Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Aquello de las “tres perillas” no da cuenta de lo complejo que resulta el manejo de la emergencia, pero en este momento resulta útil para entender algunos debates internos del oficialismo.

El impacto acumulado de la pandemia en lo económico y en lo social es mayor que en lo estrictamente sanitario. Esto explica que los socios del Partido Nacional (PN) pongan en escena su demanda de nuevas y mayores medidas para reducir daños. Los énfasis y los instrumentos propuestos son distintos en cada caso, pero las iniciativas de Cabildo Abierto y del Partido Colorado, a las que se sumaron ayer las del Partido Independiente, tienen en común la premisa de que es necesario y viable aumentar los desembolsos estatales para hacerle frente a la crisis.

Si el presidente Luis Lacalle Pou y el PN aceptaran formalmente alguna de esas propuestas, se fortalecería la percepción de que el resto del oficialismo está más atento que ellos a los problemas del país y tiene mayor voluntad de resolverlos. Por supuesto, si el presidente y su partido rechazaran las iniciativas de sus socios, esa percepción se fortalecería aún más.

Por eso la reacción de Lacalle Pou y de su entorno más cercano ha sido, hasta ahora, alegar que las ideas de sus aliados son en algunos casos superfluas, porque ya se están aplicando; y en otros inviables o inconvenientes, porque no se dispone de los recursos económicos necesarios o no es prudente aplicarlos a esos fines.

Esta respuesta no es muy distinta de la que se les ha dado a los reclamos del Frente Amplio, del PIT-CNT o de otras organizaciones sociales, cuando se les respondió. No parece ser la manera más prudente de tratar a los socios, indispensables para aprobar leyes, pero además da a entender que estos no disponen de información básica acerca de lo que el Poder Ejecutivo ya está haciendo, ni de lo que estaría en condiciones de hacer.

Por ahora, Lacalle Pou se viene salvando de que aparezcan demandas similares dentro del propio PN, salvo las que ha formulado el senador Juan Sartori en algunas de sus ocasionales apariciones. Desde filas nacionalistas no se le reclama que el Estado gaste más, sino que gaste aún menos.

El senador Sebastián da Silva anunció que si el Ministerio de Industria, Energía y Minería no envía al Parlamento un proyecto para eliminar la adición obligatoria de biodiésel al gasoil, él lo hará. Da Silva se alinea, de este modo, con los productores agropecuarios que exigen cuanto antes el cumplimiento de las promesas de rebaja de ese combustible, reiteradas durante la campaña electoral.

Mientras tanto, la “perilla sanitaria” sigue quieta hasta que lleguen vacunas, como se anunció que ocurrirá a comienzos del mes que viene. Todos los demás países de América del Sur ya las recibieron, aunque en la mayoría de los casos la cantidad de dosis ha sido menor en relación con la población que la que espera el Poder Ejecutivo.

Mientras se aguarda el comienzo de la vacunación, se prorrogará, mediante la perilla policial, la restricción del derecho de reunión, cuyo efecto para desacelerar la propagación de la covid-19 ha sido por lo menos discutible.

Hasta el lunes.