“Documento final elaborado por Ancap en base al trabajo conjunto Ancap-Fancap sobre el negocio del pórtland”, se llama el texto de cinco páginas publicado en el sitio web de la empresa energética estatal. Este lunes la Federación Ancap (Fancap) emitió un comunicado en el que informa que ese documento no cuenta con la aprobación del sindicato.

“Si bien en los últimos meses hemos sido parte junto con el Sunca [Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos] de un trabajo de análisis de posibles escenarios a través de un equipo de técnicos de Ancap y del compañero Ec. [economista] Mauricio Zunino en representación de la Coordinadora de Sindicatos de Ancap, en el seno de dicho equipo no se arribó a un acuerdo para la redacción de un documento de consenso”, dice el comunicado de Fancap, que además pide que la empresa cambie el nombre del documento o lo adecue a la resolución del Consejo Federal del sindicato del 27 de enero de 2021, que decidió no acompañar la redacción.

En esa resolución también se definió hacer una ronda de asambleas con paro durante este mes, para “discutir las características de un plan de lucha frente al escenario de privatización o cierre de la planta de Paysandú” de pórtland. Este martes, en la capital sanducera, se realizó una asamblea con paro y los trabajadores de la Coordinadora de Sindicatos de Ancap decidieron hacer una serie de movilizaciones.

Gerardo Rodríguez, presidente de Fancap, dijo a la diaria que se definieron tres acciones: una el 24 de febrero, en la que todos los sindicatos harán una concentración en defensa de la industria cementara (con lugar a definir); los primeros día de marzo habrá otra movilización, pero en esa oportunidad se hará en Bella Unión, Artigas; y la tercera actividad será una asamblea general en la Plaza 1° de Mayo, en Montevideo.

Sobre las medidas de cuidado por posibles contagios de covid-19 el sindicalista dijo que se mantendrá la distancia recomendada de un metro y medio para evitar aglomeraciones, y se insistirá en el uso de tapabocas. De todas formas, aseguró que “el hecho de estar en esta situación de pandemia nos hace extremar los cuidados, pero lo que no puede es amputarnos la posibilidad de movilizarnos”.

Sobre la planta de pórtland de Paysandú, Rodríguez comentó que tuvieron un encuentro con el presidente Luis Lacalle Pou, en el que este les aseguró que habría un ámbito de discusión; después, el directorio de la empresa los convocó a reuniones técnicas, pero “lo que entendimos es que la decisión política de ir por un camino ya estaba decidida, ahora lo que están haciendo es buscar una justificación técnica. Nosotros lo que vimos fue que cada propuesta nuestra se encontraba con una puerta cerrada”. De todas formas, agregó que ese trabajo les sirvió para acceder a información importante, como la existencia de un mercado para el cemento en la Mesopotamia argentina (región que comprende las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos). Este dato surgió de un estudio de mercado que hizo Ancap.

“Ancap nos propuso el documento en conjunto y respondimos de manera negativa porque, si bien había algunos puntos de contacto, las propuestas de camino a seguir a futuro son antagónicas”, afirmó. Para Rodríguez, que la empresa haya titulado el documento dando a entender que está avalado por Fancap fue una “deslealtad”, porque hace referencia a un acuerdo que no existe.

Rodríguez contó que sí intercambiaron borradores pero no llegaron a un acuerdo; un punto sobre el que no coinciden es la entrega de la planta a un privado. Desde Fancap lo que proponen es que se instale un nuevo horno, que está desarmado y guardado en unos contenedores en la planta de Paysandú. “Con el horno 3 se multiplica dos veces y medio la producción de pórtland, lo que genera una baja del costo de producción. La pregunta era si había mercado y el estudio de Ancap demostró que sí, la empresa reconoce esa oportunidad pero dice que lo debería hacer un privado”.

Para Rodríguez, un punto a favor es que ya no dicen que no existe futuro para el pórtland, pero “la posición de Ancap es que con o sin mercado ellos no están dispuestos a invertir”.

El integrante de Fancap aclaró que el horno se compró en 2012 pero desde esa fecha está guardado en la puerta de la fábrica. Instalarlo cuesta 120 millones de dólares, por lo que el sindicato propone que, para recuperar esa inversión, se promueva por parte del gobierno un plan de infraestructura y de construcción de viviendas a nivel nacional. Con esas inversiones se paliaría el déficit habitacional y se usaría el cemento, tanto en las casas como en otro tipo de obras.

Si bien admitió que 120 millones de dólares es una inversión importante, dijo que es “para industrializar una riqueza de 10.000 millones de dólares que tienen Ancap en piedra caliza, sería 1% de la riqueza que hay en materia prima, con un retorno financiero a 20 años, pero Ancap insiste en que la inversión la haga un privado”.