Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Las actividades parlamentarias y las ejecutivas son muy distintas. Hay gente capaz de desempeñarse bien en ambas, pero esto no es lo más frecuente.

Desde la salida de la dictadura, todos los presidentes salvo Tabaré Vázquez fueron también legisladores, y decenas de personas alternaron entre bancas parlamentarias y ministerios. Sin embargo, es mucho mayor el número de quienes aceptaron que sus características se adecuaban más a un tipo de tareas que al otro, y hay casos en los que habría sido mejor que lo aceptaran.

Luis Alberto Heber viene de una familia largamente vinculada con el sector herrerista del Partido Nacional. Empezó muy joven su actividad política, que lo llevó por primera vez al Parlamento en 1985, cuando tenía 27 años, y permaneció como integrante del Poder Legislativo hasta marzo de 2020, sin ocupar cargos en el Ejecutivo durante la presidencia de Luis Alberto Lacalle Herrera. En esos 35 años –toda una vida laboral– no llegó a estar nunca entre los parlamentarios más destacados, pero aprendió sin duda el oficio y se convirtió en una figura de referencia.

Luego de que José Mujica le ganó el balotaje de 2009 a Lacalle Herrera, Heber consideró que era su momento para postularse a la presidencia de la República, pero a comienzos de 2013 le quedó claro que el herrerismo quedaría en manos de Luis Lacalle Pou y dio un paso al costado.

Hace recién 19 meses que entró al Poder Ejecutivo, como ministro de Transporte y Obras Públicas. Tras la muerte de Jorge Larrañaga, en mayo de este año, pasó a Interior.

En su primer ministerio se quejó con frecuencia de sus dificultades para lanzar iniciativas de impacto, porque el grueso de los recursos ya estaba comprometido para proyectos del gobierno anterior. Tampoco lo ayudó mucho la orientación general de recorte del gasto público.

Uno de los temas que ocupó su atención en ese período fue la negociación del acuerdo con Katoen Natie, que desarrolló en forma reservada y cuyos resultados recién fueron revelados, mediante un decreto presidencial, poco antes de que Heber asumiera en Interior.

En ese momento comenzó una polémica de alto voltaje que lo involucra en extremo, a tal punto que debió regresar en forma interina a Transporte y Obras Públicas para afrontar una dura interpelación en el Senado. Al final del llamado a sala, la bancada oficialista declaró satisfactorias las explicaciones de Heber, pero tanto el Partido Colorado como Cabildo Abierto pusieron como condición que se modificaran los términos del acuerdo con Katoen Natie, cosa que aún está por verse.

El Frente Amplio (FA), en cambio, reafirmó que esos términos son ilegales y muy dañinos. Presentó una moción de censura parlamentaria contra Heber, que ayer fue rechazada por los senadores oficialistas, y ahora anuncia una denuncia penal, además del inicio de acciones por las vías administrativa y civil.

Como si esto fuera poco, Heber atraviesa en forma simultánea una situación muy delicada debido a la fuga de la cárcel de Santiago Vázquez de Hugo Pereira, y será nuevamente interpelado por el FA. Cabe la posibilidad de que hoy no esté seguro de haber tomado la decisión correcta cuando dejó el Parlamento.

Hasta mañana.