El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) comunicó este martes que no habrá variación en el precio de las tarifas de los combustibles a partir del 1º de octubre. En virtud del nuevo esquema definido, cada fin de mes se define la variación a partir del inicio del mes próximo. En este caso, el gobierno explicó que la decisión responde al resultado favorable de Ancap en el primer semestre del año.
El nuevo mecanismo toma como referencia el precio de paridad de importación (PPI) ‒una referencia teórica de lo que costaría a un importador abastecer el mercado en las mismas condiciones que Ancap‒ y cada mes la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea) informa su evolución en el período que va del día 26 de un mes al 25 del siguiente.
Según dicho reporte, el PPI a la salida de la planta de Ancap mostraba una variación de 3,65% en el gasoil y una baja mínima de 0,15% en la nafta. De acuerdo al procedimiento establecido por el gobierno, además de este informe que eleva la Ursea, el Poder Ejecutivo considera un mensaje de Ancap sobre su situación financiera y de producción.
En un comunicado, el MIEM destacó “los resultados de Ancap en el primer semestre del año”, con una ganancia “extraordinaria en favor del ente”. La petrolera estatal ganó 39 millones de dólares al cierre de los primeros seis meses del año, principalmente por la exportación de energía de UTE a Brasil, para lo que deben prenderse las centrales térmicas que funcionan con petróleo.
En virtud de esto, los precios de naftas, gasoil y supergás permanecerán sin cambios durante octubre, indicó el gobierno. Los valores vigentes son: 70,41 pesos nafta Súper; 72,34 pesos nafta Premium; 49,94 pesos el gasoil 50-S; 64,48 pesos el gasoil 10-S ‒el menos consumido‒; y 56,16 pesos el kilo de supergás.
“Si bien la evolución de los costos en los mercados internacionales de referencia determina el traslado de un incremento a los precios, los resultados en el balance de Ancap permiten al ente asumir esa variación”, señaló el MIEM. Agregó que “así como se han expuesto los sobrecostos e ineficiencias en los que incurre Ancap, resulta lógico que un resultado extraordinario favorable del ente llegue también a los precios que paga el público”.
El economista Javier de Haedo, que asesoró en materia económica en la última campaña al Partido de la Gente y previamente estuvo en el Partido Nacional, cuestionó el procedimiento: “El razonamiento [del MIEM] no resiste el menor análisis. Las reglas se hacen para cumplirse. Cuando sirve y cuando no. Cabe suponer que esta decisión es consecuencia de que habrá un referéndum”, opinó vía Twitter.
De Ripley. El razonamiento no resiste el menor análisis. Las reglas se hacen para cumplirse. Cuando sirve y cuando no. Cabe suponer que esta decisión es consecuencia de que habrá un referéndum. Como la postergación de la reforma previsional. https://t.co/E4gCoasNd5
— Javier de Haedo (@JavierdeHaedo) September 28, 2021
Desde que se activó el nuevo mecanismo de fijación de las tarifas de combustible, en junio, el gobierno había hecho tres subas y una baja de los precios. Tomando los cinco meses, la nafta sufrió un aumento de 12 pesos y el gasoil, de 9,54 pesos.
Evolución y perspectivas del crudo
Para el PPI se toma como referencia los precios FOB ‒valor de una mercadería puesta a bordo de un barco‒ de la gasolina en la costa del Golfo, región sobre el Atlántico donde se concentra el mayor número de refinerías del mundo. Es decir que se toma el precio del producto refinado en lugar del valor del barril de petróleo WTI, el extraído en esas zonas, o la cotización del Brent ‒crudo del mar del Norte, que suele utilizar Ancap‒.
A eso se le incorporan los fletes y seguros, los gastos de internalizar el combustible, así como el almacenaje, el transporte primario, el despacho, el margen y la mezcla de biocombustibles. La lógica detrás del cálculo es que representa el valor al que un importador podría abastecer el mercado local en las mismas condiciones que lo hace Ancap, que tiene el monopolio legal.
Según datos públicos de la web de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, el precio en el Golfo por galón de gasolina convencional pasó de 2,846 dólares el 30 de agosto a 2,912 dólares el 27 de setiembre ‒se aportan los datos por semana‒, es decir, hubo un incremento de 2,31%.
Si bien no son la referencia directa, también aumentaron y en mayor medida los precios del barril de crudo Brent y WTI. Tomando la cotización de los futuros del mercado de crudo WTI de la web Investing, en el período considerado por la Ursea el barril subió 8,33%; mientras que en igual lapso la evolución del petróleo Brent fue de 8,08%.
En tanto, las perspectivas del mercado de crudo también están al alza. El diario El País de Madrid publicó este martes que el barril de Brent superó la barrera de los 80 dólares tras casi tres años y el aumento en el año es superior a 50%. Algunos factores globales, como la recuperación de China y los países asiáticos, combinado con bajas reservas y una oferta de crudo restringida por acuerdos a nivel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo ‒entidad que agrupa a varias de las principales potencias petroleras‒, hacen prever que el proceso de suba no frenará. La consultora Goldman Sachs proyectó un barril a 90 dólares hacia fin de año.
“Aunque nuestra visión sobre el petróleo siempre ha sido alcista, el desequilibrio actual entre la oferta y la demanda es mayor de lo que habíamos previsto”, indicó Goldman Sachs. “El repunte va a continuar. No veo evidencia de que haya tocado techo”, dijo un analista de la consultora especializada JTD Energy Services, según recoge el medio español.