Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Mariano Arana, ciudadano ilustre de Montevideo desde hace muchas décadas y con declaración oficial desde anoche, ejerció el gobierno de este departamento durante dos períodos como quien canta “no ambiciono otra fortuna, [...] ni reclamo más honor”, pero hoy las circunstancias son otras. Tres intendencias ganó el Frente Amplio (FA) en 2020, y en cada una de ellas se incuba una precandidatura a la presidencia de la República.

Carolina Cosse y Yamandú Orsi, sin haber anunciado aún que quieren participar en las internas de 2024, son quienes tienen más preferencias en las encuestas. A comienzos de este mes, Andrés Lima se convirtió en el primer aspirante declarado a la postulación. Los tres ya están de hecho en carrera, y su competencia se cruza con la definición de quién ocupará el año que viene la presidencia del Congreso de Intendentes (CI), que le corresponderá al FA.

En principio, habría que elegir entre Orsi y Cosse, porque Lima ocupó la vicepresidencia durante los últimos dos períodos, pero hace ya por lo menos un par de meses que el FA no logra definir por quién se inclina, quizá porque eso implica en cierta medida (o puede parecer que implica) optar de antemano por una precandidatura. Lima, ni corto ni perezoso, salió a terciar también en este terreno, y ayer se ofreció para presidir el CI si no hay otra forma de “destrabar” la situación actual.

El FA necesita recuperar votantes entre quienes le retiraron su confianza en 2019, sin perder apoyos ni entusiasmos entre quienes la mantienen. Una de las áreas en las que perdió terreno es la del electorado “del interior”, que por supuesto no es homogéneo y, en consecuencia, tampoco se puede reconquistar con una receta sencilla. La presidencia del CI está muy lejos de ser la clave, pero todo suma.

A quien más le sumaría es a Cosse, no sólo porque su cargo actual y su perfil son capitalinos, sino también porque, hasta ahora sin una estructura sectorial fuerte que la respalde en todo el país, tiene menos recursos para contrapesar la dura campaña de desprestigio que se realiza contra ella desde gran parte de la “coalición multicolor”, probablemente con mayor repercusión fuera del departamento que gobierna.

Para Orsi, sería agregar una señal de cuál es el escenario en el que el FA más lo necesita como candidato, aunque el intendente de Canelones puede ser visto desde Montevideo como una figura muy cercana “al interior”, pero desde el norte del río Negro como alguien muy cercano a Montevideo.

A algo de esto aludía Lima, en beneficio propio, cuando dijo que quería ser precandidato porque “el interior tiene que tener una expresión electoral en la interna [frenteamplista] de 2024”, como si Orsi fuera alcalde de Pocitos. Muchas diferencias se podrán contrapesar después de las internas, al armar la fórmula, pero antes –ahora– viene el tiempo de marcarlas.

Hasta mañana.