Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La mitad de un período de gobierno nacional marca, simbólicamente, el momento en que la cuenta de cuánto queda empieza a tener cada vez más importancia.

Para el oficialismo pasó el impulso inicial con el que todo parece posible. Esto no se debe sólo a la cantidad de meses restantes, sino también a que la cuenta regresiva marca necesidades de perfilarse con miras a las próximas elecciones.

Cabildo Abierto (CA) comenzó a emitir ese tipo de señales aun antes de que Luis Lacalle Pou asumiera la presidencia. Para el Partido Independiente son indispensables, y ya han comenzado desde las corrientes minoritarias del Partido Nacional.

El sanguinettismo proclama que el Partido Colorado es “el socio más confiable” de Lacalle Pou, pero el sector Ciudadanos no parece muy convencido de que esto le convenga, y se ve obligado a evitar que su identidad y atractivo, construidos en torno a Ernesto Talvi, se desdibujen ante la ciudadanía.

Mientras dilucida quién será su precandidato en las internas de 2024, Ciudadanos realiza gestos para fortalecer su imagen, y luego del referéndum picó al frente, junto con CA, en la difusión de propuestas propias para reducir el impacto social de la inflación.

En los comienzos del debate sobre el proyecto de Rendición de Cuentas de este año, el sector se propone también valorizar sus activos más visibles, que son las gestiones de Adrián Peña (su actual coordinador general) en el Ministerio de Ambiente, de Fernando Mattos en el de Ganadería, Agricultura y Pesca, y de Robert Silva en la presidencia del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública.

El sábado, en Colonia, la agrupación ampliada de gobierno de Ciudadanos dejó clara la voluntad de “respaldar a sus jerarcas en la función de gobierno, para que puedan cumplir con sus objetivos en la gestión”.

Del lado de la oposición frenteamplista también se tiene, por supuesto, conciencia de la cuenta regresiva hacia 2024, y con ese horizonte hay tres centros temáticos de especial importancia.

El primero es la definición del plan político que se discutirá el 4 de junio en el Plenario Nacional, con lineamientos organizativos y políticos para recuperar terreno. También privilegia, en el corto plazo, el debate parlamentario sobre la Rendición de Cuentas.

Los otros dos, muy vinculados entre sí, se refieren al programa y la candidatura para las próximas elecciones nacionales. En lo programático, obviamente las vías actuales de acumulación están muy vinculadas con la oposición a las propuestas del oficialismo, pero no es menos obvio que, a medida que se acerquen esas elecciones, será necesario bastante más que promesas de desandar camino y restaurar políticas.

La candidatura no está clara, y ni siquiera se sabe qué alianzas pueden darse tras eventuales precandidaturas. El Partido Comunista, que realizará este fin de semana un postergado congreso, señala que aún es temprano para eso, y no expresaron preferencias la directiva nacional de la Vertiente Artiguista, el sábado, ni el congreso de la Juventud Socialista, ayer, pero todos empiezan a hablar del tema en voz baja.

Hasta mañana.