Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

El senador Guido Manini Ríos tiene pocos años de experiencia en la política partidaria, pero a menudo se muestra más artero en ese terreno que la mayoría de los demás dirigentes oficialistas. A veces parece que estos no hubieran percibido todavía a qué juega Manini y cómo lo hace, que no lo vieran venir o que no supieran cómo lidiar con él.

Hace cuatro días se señaló en este espacio que ninguno de los partidos oficialistas se apresuraba por ser el primero en apoyar por completo el anteproyecto de reforma previsional presentado por el presidente Luis Lacalle Pou, antes de que estuviera claro si reuniría los votos necesarios para ser aprobado, y que todos parecían tener “sumo interés en quedar identificados con la defensa de cambios que mejoren las perspectivas para la población en general o para algunos sectores cuya representación quieren asumir”.

Pues bien: ayer Manini anunció que, tras recibir el informe de un asesor suyo sobre el anteproyecto, se reunirá hoy con Lacalle Pou y le propondrá modificaciones que considera, según adelantó, indispensables para que los legisladores de Cabildo Abierto (CA) voten la iniciativa.

Mencionó por lo menos dos de sus reclamos, aunque pueden ser más: quiere que se cambie lo referido a las pensiones por viudez, que si se aprobara el anteproyecto pasarían a ser en muchos casos transitorias, y que se mantengan las actuales “bonificaciones” jubilatorias para el personal policial con tareas ejecutivas.

Por otra parte, dijo que “no se ha respetado la recomendación” de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) “en cuanto a cuándo tiene que estar efectivizada la transformación, o sea cuándo empiezan los años para adelante; no son los recomendados”. La frase no es fácil de interpretar, pero Presidencia planteó un período de transición más largo que el recomendado por la CESS, y da la impresión de que Manini no está de acuerdo con eso.

Sea como fuere, las dos demandas más claras combinan la probablemente popular defensa de la viudez desamparada y la de las fuerzas de seguridad, sin develar quizá alguna otra que bien podría referirse a la Caja Militar.

Pero esto no fue lo único que hizo ayer Manini. También se reunió con el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, para que este le diera explicaciones sobre su plan secreto para que disminuyan los delitos, y le planteó propuestas al respecto. Hace ya tiempo que el senador expresa públicamente su disconformidad con los resultados obtenidos y recalca que CA quería tener representantes en la conducción del ministerio pero no lo logró.

Quizá las dos movidas no tienen relación entre sí, pero también es imaginable que Manini esté presionando con un eventual rechazo a la reforma previsional, que impediría su aprobación, para lograr otros objetivos. Estos pueden ser el cargo de dirección general de secretaría en Interior al que renunció Luis Calabria, el lugar que su partido quiere y no le dan en la Corte Electoral, o la aprobación de alguno de los proyectos de CA que el resto de la coalición mantiene bloqueados en comisiones parlamentarias. Lo indudable es que el excomandante ha resultado ser un socio difícil.

Hasta el lunes.