Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Si están leyendo la diaria en una pantalla, tal vez hayan notado que esta edición viene más cargada de noticias internacionales. Si lo que tienen en las manos es el papel, ya saben que hoy apareció el suplemento Mundo, dedicado a brindar información y opinión sobre asuntos internacionales. Espérenlo todos los miércoles.

La tapa de este primer número está dedicada a la tragedia humanitaria que afecta a Palestina, como parte del conflicto armado entre Israel y el movimiento Hamas. El ataque israelí a un hospital en Gaza causó más de 500 muertes, y cabe recordar que ocurre en una zona sitiada que, según organismos internacionales, está a punto de quedarse sin insumos básicos para la supervivencia.

Hay, además, artículos sobre las elecciones en Argentina, cuya primera vuelta se celebrará el domingo, sobre las consecuencias de la deforestación de la Amazonia y sobre las amenazas a la educación sexual en México. Y también se puede leer una noticia sobre la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Pekín.

Esa visita sería de por sí una novedad, porque es la primera salida al exterior de Putin desde que comenzó la invasión a Ucrania (recordemos que en marzo la Corte Internacional de Justicia pidió su captura por los crímenes cometidos por tropas rusas en ese país). Para los medios de China, en cambio, lo destacable es que se produce en el marco del décimo aniversario de la iniciativa de la Franja y la Ruta, que celebra su cuarto foro internacional en Pekín desde ayer.

La iniciativa, también conocida como Nueva Ruta de la Seda, BRI (por las iniciales en inglés de Belt and Road Iniciative) o Una Franja, Una Ruta (en traducciones directas del chino), es un ambicioso proyecto con el que se buscaba inicialmente fortalecer las franjas comerciales terrestres entre Asia y China y también las rutas marítimas en los océanos Índico y Pacífico.

Mucho cambió en geopolítica desde 2013, y la iniciativa dio prioridad a la construcción de infraestructura en el llamado Sur global, que incluye a los países de África y nuestra región. La financiación de esas obras de infraestructura viene generalmente atada al contrato con bancos y proveedores chinos, y muchos organismos internacionales han señalado que el mecanismo es una especie de “trampa de deuda”, ya que muchos países no desarrollados se encontraron pronto con dificultades para pagar los préstamos.

Estados Unidos y la mayoría de los miembros de la Unión Europea no adhieren a la iniciativa de la Franja y la Ruta, en un distanciamiento de China que se ha visto agravado desde la invasión a Ucrania. Sin embargo, “los países votan con los pies”, como dice un editorial del lunes publicado en el periódico oficial chino Global Times, que comentaba que la mayoría de los estados del planeta sí están presentes en el foro de Pekín.

Uruguay es uno de ellos y está representado por el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, que ayer estuvo en la inauguración del evento. Delgado, además, se reunirá con diversas autoridades del gobierno para preparar la visita del presidente, Luis Lacalle Pou, a Pekín, que tendrá lugar en noviembre.

Aunque la participación del país asiático en el comercio uruguayo sigue cayendo y aunque la realización de un tratado de libre comercio es ya un sueño lejano, Delgado declaró a la cadena CGTN: “Queremos ser la puerta de entrada de China a América Latina y, particularmente, al Mercosur”.

Hasta mañana.