Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Altos dirigentes nacionales del oficialismo acordaron presentar el lema común Coalición Republicana para las elecciones de 2025 en seis departamentos, caracterizados por que en ellos el FA gobierna o lo consideran un competidor con chance de ganar si no se unen: Montevideo, Canelones y Salto en la primera categoría, y Paysandú, Río Negro y Rocha en la segunda.

No parece que hayan tenido muy en cuenta la opinión de los dirigentes locales, ya que en los tres últimos departamentos nombrados hay serias dificultades para que se acate la decisión central. Con un lema común, se puede presentar un máximo de tres candidaturas (deberían ser hasta dos, pero se utiliza la artimaña de dividir los votos en las convenciones departamentales para que haya empate en el segundo lugar, y la Corte Electoral lo tolera). Como Cabildo Abierto (CA) quiere presentar candidaturas en todos los departamentos, con miras a fortalecer su presencia, y el Partido Colorado (PC) no quiere desaparecer de la nómina de aspirantes en ninguno, queda sólo una postulación para el Partido Nacional (PN).

Este es, en la gran mayoría de los departamentos del interior, el más votado entre los que integran el actual oficialismo, suele presentar dos o tres candidaturas que suman votos entre sí y no está dispuesto al sacrificio de quedarse sólo con una. Veamos lo que pasó en las tres últimas elecciones departamentales.

Las decisiones en Montevideo dependen mucho de la dirigencia nacional. En las de 2020, el presidente Luis Lacalle Pou resolvió personalmente que hubiera una sola candidatura de la “coalición multicolor” y que la postulación le correspondiera a la nacionalista Laura Raffo. En 2015, las máximas autoridades del PN y el PC se pusieron de acuerdo para presentar tres candidaturas bajo el lema Partido de la Concertación: una blanca, otra colorada y –para desgracia de quienes urdieron la coalición– la independiente de Edgardo Novick, quien se impuso con holgura dentro del lema y se quedó con él.

En Canelones la autonomía es mayor, y cabe recordar que en 2020 el PN presentó dos candidaturas, CA otras dos y el PC, una. En 2015, nacionalistas y colorados habían sumado cinco, y en 2010, cuatro.

En Salto, donde se insiste en que la “coalición multicolor” habría ganado en 2020 si se hubiera presentado unida, hubo en las elecciones de aquel año tres candidaturas nacionalistas y otras tres coloradas. En 2015, el PN y el PC habían sumado tres, y en 2010, cinco.

En los otros tres departamentos elegidos para presentar un lema común en 2025, la cantidad de candidaturas anteriores ha sido alta. En Paysandú, hubo cinco “multicolores” en 2020, cinco entre nacionalistas y colorados en 2015 y otras cinco en 2010. En Río Negro, fueron seis en 2020, cuatro en 2015 y cuatro en 2010. En Rocha, cinco, tres y cuatro.

Para los dirigentes locales es muy importante “tirarse con lista propia”. Así consolidan su cuota de poder en la elección, y luego de ella, a la hora de distribuir cargos y recursos. Los líderes nacionales los necesitan y no pueden imponerles cualquier decisión adoptada en la capital, pero la tensión entre los dos niveles puede ser perjudicial para ambos.

Hasta mañana.