Hoy es 1º de noviembre. Faltan 22 días para el balotaje.
El éxito electoral del Movimiento de Participación Popular (MPP) el domingo pasado no fue novedad para las personas más jóvenes y tampoco para las ya no tan jóvenes, porque ha sido una constante desde las elecciones de 2004, aunque en esta ocasión sus listas marcaron un predominio especialmente notorio dentro del Frente Amplio (FA), con nueve de los 16 senadores y 36 de sus 48 diputados.
Para los propagandistas más burdos de la derecha, este resultado es una oportunidad para insistir con el relato de un FA dominado por los tupamaros, que omite adrede un largo e interesantísimo proceso político.
A la salida de la dictadura, el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) se reorganizó con protagonismo de dirigentes que habían sido guerrilleros y venían de pasar muchos años como presos y rehenes. Entre ellos estaba José Mujica, pero no era el principal líder. Durante unos cuantos años, la adaptación a la actividad política legal convivió con las visiones de quienes pensaban que podía (o debía) estar cercano un nuevo período de lucha armada.
Este proceso incluyó el lanzamiento, por parte de Raúl Sendic (padre) de la iniciativa de un “Frente Grande”, habitualmente mal entendida: su idea no era fundar una nueva organización política, sino impulsar la cooperación desde distintos partidos y movimientos sociales para impulsar algunos puntos de acuerdo programático.
A la vez, el MLN-T presentó un pedido de ingreso al FA, cuyo bloqueo durante años tuvo en primera línea al Partido Demócrata Cristiano. Cuando este se fue del FA en 1988-1989, junto con el Partido por el Gobierno del Pueblo liderado por Hugo Batalla y tras una larga polémica interna, el ingreso del MLN-T fue aprobado y los tupamaros formaron con otros sectores y personalidades independientes el MPP, para comparecer en las elecciones de 1989 pero sin ser candidatos a cargos legislativos en esa ocasión.
Aquel primer MPP tenía un perfil bastante más “radical”, que se fue transformando en un período caracterizado por el ascenso y la poderosa convocatoria popular de José Mujica, elegido diputado en 1994. Diez años después, cuando el FA ganó las elecciones nacionales y Tabaré Vázquez llegó a la presidencia, el MPP ya era el sector frenteamplista más votado, con una amplia política de alianzas en el Espacio 609. Mujica había conquistado una enorme influencia en todo el país, ganó en 2009 las internas frenteamplistas y la presidencia, y se proyectó desde ella como una figura de prestigio internacional.
La fundación del MLN-T tuvo mucho que ver con el descreimiento en la vía electoral, pero el MPP de hoy tiene una acumulación de experiencia, destreza y disciplina militante para ganar votos que aventaja en mucho a los demás sectores frenteamplistas.
Este MPP está en una posición centrista dentro del FA, gran parte de los viejos dirigentes guerrilleros ya fallecieron, y los años de Mujica en la actividad política legal son muchísimos más que los que dedicó a la guerrilla. En la plana mayor emepepista predominan ampliamente personas cuya trayectoria ha sido frenteamplista desde el comienzo. Usarlas para asustar en la noche de Halloween ya no tiene mucho sentido.
Hasta el lunes.