Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

La historia es sencilla, pero resulta útil recapitular. El primer dato es que el nacionalista Carlos Albisu, dirigente del sector Aire Fresco (fundado y liderado por Luis Lacalle Pou), se postuló sin éxito a un cargo de diputado por Salto en 2019 y a la intendencia de este departamento en 2020.

El segundo dato es que Lacalle Pou decidió designar a Albisu como presidente de la delegación uruguaya a la Comisión Técnico Mixta (CTM) de Salto Grande, un cargo muy apetecido porque ese organismo internacional no está sujeto a las leyes uruguayas ni a la escala de remuneraciones de nuestra administración pública, y para el manejo de la represa basta con seguir las indicaciones de los técnicos.

El tercer dato es que Albisu usó ese cargo para ganar apoyos con miras al siguiente ciclo electoral. Convirtió a la CTM en una agencia de colocaciones por designación directa para dirigentes oficialistas, en especial de su propio sector, dispuso ascensos sin concurso y repartió apoyos en el departamento con un claro sesgo clientelista.

El cuarto dato es que la denuncia de las prácticas antedichas causó un escándalo nacional de grandes proporciones, así como la decisión de interpelar en la Cámara de Representantes al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, y a su par de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, para que comparecieran junto con los jerarcas uruguayos de la CTM y afrontaran la difícil tarea de justificar o defender la gestión de Albisu.

El llamado a sala se fijó para el 3 de octubre del año pasado, pero el quinto dato es que Albisu renunció antes de esa fecha y evitó así dar la cara por una situación de la que era responsable directo, aunque no el único porque muchos dirigentes oficialistas conocían y toleraban su manejo de la CTM. Entre ellos, Lacalle Pou, quien le manifestó su “confianza”, “aprecio” y “afecto personal” cuando ya eran públicas las denuncias sobre su actuación.

El sexto dato es que la interpelación terminó con dos resoluciones claras y drásticas: la primera reclamó el cese de todas las personas designadas en forma directa; la segunda exigió también la renuncia de toda la delegación uruguaya al organismo.

Séptimo dato: cuatro meses después, las demandas del Poder Legislativo no fueron atendidas. Los demás delegados uruguayos a la CTM no renunciaron y 12 de 35 personas designadas en forma directa siguen en sus cargos, con altos salarios y beneficios fuera de lo común. De los restantes 23 casos, que “se han resuelto” según el actual canciller, Omar Paganini, sólo en cuatro hubo renuncias definitivas. Una persona se jubiló, a otras tres se les vencieron los contratos sin que hubieran renunciado y 15 renunciaron como funcionarios permanentes pero pasaron a la condición de contratados.

Dato octavo: Albisu anunció a fines del año pasado que volverá a postularse a la Intendencia de Salto en 2025, y comenzó su campaña con gran autobombo sobre su reparto de fondos de la CTM de 2020 a 2023. La candidatura de Albisu es apoyada por Álvaro Delgado, de Aire Fresco, precandidato presidencial que se presenta, en forma muy pertinente, como continuador de la gestión de Lacalle Pou.

Hasta mañana.