Hoy es 2 de agosto. Faltan 86 días para las elecciones nacionales.

Pedro Bordaberry anunció con más de dos años de anticipación que no iba a ser candidato “a presidente ni a senador” en las elecciones de 2019 y que pasaría a “la simple pero importante posición de ciudadano”. Afirmó que después de dos décadas consideraba “necesaria una renovación en el partido [Colorado] y en la política”, y quería “dejar los espacios” para que otros los ocuparan. Sin embargo, parece que siempre está volviendo, como en la frase que se suele asociar con el tango “Nocturno a mi barrio”, de Aníbal Troilo, aunque su letra dice “siempre estoy llegando”.

Bordaberry cumplió en 2019 pero quiso incumplir. No participó en las internas coloradas de aquel año, cuando Ernesto Talvi le ganó a Julio María Sanguinetti, pero luego estuvo interesado en encabezar una tercera corriente con una lista al Senado para las elecciones de octubre. El problema fue que tanto Sanguinetti como Talvi rechazaron su iniciativa.

En aquel momento, Bordaberry dijo que su intención había sido apoyar, pero que desistió al ver que su apoyo no era deseado. Luego, Talvi alegó que había que tener “respeto por las urnas”, y que una nueva postulación de Bordaberry habría sido “enormemente” injusta con quienes habían hecho, en la campaña interna, un “esfuerzo físico, emocional y financiero para vertebrar y ordenar la forma” en que los colorados se presentarían a las elecciones nacionales, y también “con los ciudadanos que fueron a votar”.

Traduzcamos: luego de que Bordaberry anunció que no se presentaría en 2019, quienes integraban su sector, Vamos Uruguay, se redistribuyeron entre otras corrientes coloradas (en gran medida, pero no únicamente, tras el nuevo liderazgo de Talvi). El lanzamiento de otro sector habría traído consigo nuevos realineamientos, poniendo en tela de juicio incluso la mayoría que acababa de establecer, sin que el renunciante de 2017 hubiera tenido que dedicarle un peso ni unas horas de gira a la campaña para las internas.

Durante el actual período de gobierno se manejó más de una vez la posibilidad de que Bordaberry regresara a la actividad partidaria, pero volvió a estar ausente en las internas de este año. Sin embargo, ahora parece a punto de hacer lo que no pudo en 2019, encabezando una lista para octubre en sublema con las de los exprecandidatos Gabriel Gurméndez y Tabaré Viera. Al mismo tiempo, avanzan las negociaciones para la formación de otro sublema con el ganador de la interna, Andrés Ojeda, el sector Ciudadanos (del que proviene su compañero de fórmula, Robert Silva), el diputado Gustavo Zubía y el senador Raúl Batlle.

El resultado sería que el Partido Colorado compitiera en octubre con dos bloques cuya orientación predominante estaría volcada hacia la derecha, y cuyo mejor desempeño imaginable sería quitarles al Partido Nacional (PN) y Cabildo Abierto votantes ya afines al oficialismo. A su vez, en el PN las dos alas más fuertes provienen del mismo origen herrerista, y quienes reivindican el “wilsonismo” están muy disminuidos. Salvo que se produzca un improbable repunte del Partido Independiente, el panorama para la disputa por votantes “de centro” parece favorable al Frente Amplio.

Hasta el lunes.