Una vez alguien dijo que si un día viniera un extraterrestre y tuviera que explicarle qué es un murguista, le tendría que mostrar al Loco Iván, viejo platillero de unas cuantas murgas del estilo Unión, y que más acá en el tiempo se lo recuerda por sus participaciones en La Matinée y Murga Madre. Jugando un poco con ese guiño conceptual, podríamos decir lo mismo sobre la batería de La Nueva Milonga, si quisiéramos ejemplificar lo que es el toque de la murga.
Desde que se consumó el trío en el carnaval del 2023, conjugaron de manera perfecta sus cualidades como percusionistas, asumiendo también el mandato histórico de una murga con un jeito muy particular.
“Somos muy respetuosos de la esencia del género”, afirman y lo sostienen arriba del escenario Jorge Pulga Pérez, Gerardo Batata Cánepa y Agustín Pérez. Bombo, platillo y redoblante para disfrutar. Y si bien el resultado que buscan es “sonar bien”, claro está que los reconocimientos son bienvenidos. Mención a mejor batería de los últimos tres desfiles inaugurales por 18 de Julio y mención a mejor batería del Concurso Oficial en el 2024.
Hasta el Club Cyssa Maroñas llegó la diaria para dialogar con los integrantes de “la bata” de La Nueva Milonga. Cómo trabajan, sus preferencias al momento del toque, el coloque y la conexión entre sí.
Gerardo Cánepa: “Un toque de murga sumamente artesanal, a la antigua”
¿Qué línea de trabajo encaran cuando se empieza a armar el espectáculo?
Sinceramente, si te tengo que decir la manera que tenemos nosotros de encarar el toque de murga, es sumamente artesanal. Te diría a la antigua. No solemos juntarnos aparte. Siempre sobre la marcha vamos viendo lo que sale, sobre todo dejando a cada uno que ponga su impronta. Obviamente hay experiencia, conocimiento, nos entendemos. Entonces ya sabemos por dónde va cada uno y respetamos esos códigos musicales. Eso hace que después logremos el empaste, que es lo más importante que tiene que tener una batería a la hora del toque. Parece fácil a veces llegar a ese punto, pero no es tan sencillo.
Nosotros tenemos esa manera explícita de trabajar. Todas las maneras son respetables y valiosas, pero nosotros nos encontramos desde el lugar del sentimiento. Van apareciendo las melodías, las canciones. Tiramos algo para acompañar y ahí vamos viendo qué va saliendo. A veces no es necesario decir esto va, porque naturalmente nos damos cuenta de que ya está colocado. Es una manera sencilla, práctica, disfrutable y que a nosotros nos da resultado. No el resultado de competir ni de nada, sino el resultado para sonar bien y acompañar a la murga.
El hecho de salir en una murga que históricamente tuvo un estilo, ¿implica adaptarse en cierto modo?
Mantener el toque tradicional es fundamental. No es la única verdad. Cada uno encuentra su camino y su forma de expresar lo que siente a través de la murga. Es como una continuación, que si no suena, se pierde. Es la única manera de mantener vivo algo que capaz por cuestiones de las nuevas generaciones —que tampoco están muy alejadas porque la batería de murga transita por determinados códigos musicales— se puede ir perdiendo a la hora de elegir el cómo llevarlo a cabo.
Somos muy respetuosos de la esencia del género. Lo justo y necesario para que suene a batería de murga, ni más ni menos. Tan importante como tan humilde a la vez. Artesanal, callejera y sobre todo sentimental. Esto no es académico; si vos la sentís, le vas a encontrar la vuelta.
Jorge Pérez: “Nosotros vamos por lo más sencillo posible”
¿Qué tiene que tener una batería en el carnaval de hoy?
Hace tres años que está conformada la batería. Yo venía de un palo totalmente distinto a este. Es un estilo que se logró entre los tres. Buscar el empaste, acompañar al coro, eso es lo principal. Y a partir de ahí va surgiendo lo demás.
Acá ayuda mucho cuando los directores traen músicas con las que uno se siente cómodo. Porque hay muchos estilos diferentes, todos aceptables, todos lindos. Yo creo que no hay ni una batería que toque mal, pero sí que son estilos diferentes. Hay murgas que apuestan más al texto, entonces la batería tiene que aplicarse. No es tocar, es como ir marcando el paso de los que van cantando. Acá tenemos la libertad, lo vamos sintiendo, lo vamos gozando. La musicalidad ayuda muchísimo.
¿Cuál es entonces el sello que los marca a ustedes y que les vale muchos elogios?
Lo primero que veo es que somos diferentes a todas. En lo sencillo, en lo más bohemio. Escuchamos todas las baterías. Hoy se busca mucho la perfección, agregar percusión por fuera de los instrumentos clásicos. Nosotros vamos por lo más sencillo posible. Es como un jingle. ¿Viste que un jingle queda en la cabeza? Que no tiene mucho chiche, mucho break; queda por la melodía. Lo nuestro es acompañar, y esa compañía queda regozada; a la hora de escuchar, se siente gozado. Si vos hacés una de más, se rompe esa estructura.
Agustín Pérez: “En lo que se basa nuestro toque es en divertirnos”
¿Por dónde creés vos que está la fórmula de ustedes?
Primero que nada, es mortal poder compartir con los mejores tocadores, cada uno en su instrumento. Yo tengo 27 años [empezó a salir en carnaval a los 17]. Mi padre empezó por el 84, el Batata por el 88. Yo no estaba ni en planes de nacer y ellos ya estaban arriba de un tablado. Con mi padre vengo tocando de antes, desde los Diablos Verdes, y hay un empaste, pero para el lado de lo que sería el estilo La Teja.
A Batata lo conocí en el 2019, que empezamos a tocar e inmediatamente conectamos. De una entendí su concepto musical, que lo comparto y a mí es el que más me gusta. También con él empecé a entender por dónde va el ritmo del lado de la Unión, o como quieran decirle. En el 2023 nos juntamos los tres, tuvimos una búsqueda, pero en realidad la encontramos enseguida. En lo que se basa nuestro toque es en divertirnos.
Nadie nunca le impuso nada al otro. No nos encerramos a decir: vos hace esto, vos lo otro… Acá eso no existe. Traen la presentación, arrancamos con la primera música y tocamos. Nos parece que va por ahí y queda. Tocamos lo que sale del corazón y eso me parece súper valioso. También el tema de no meter instrumentos extra. La murga es bombo, platillo y redoblante, y lo más difícil es tocar todos los ritmos solo con bombo, platillo y redoblante. La esencia de la murga está ahí y lo intentamos defender.
Desde que salís en carnaval, ¿es el año que te sentís más cómodo?
De los años que estoy en batería, es la que más me gusta como suena, la que más disfruto y donde más me divierto. Además compartimos el mismo concepto, porque si hay diferentes opiniones es más difícil encontrar el camino. Ya tocamos de memoria. Tratamos que suene lo mejor posible y disfrutar.