El Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), primera institución científica del país, tuvo en el mediodía de ayer una jornada histórica al inaugurarse su nueva sede, que funcionará en el predio de la ex cárcel ubicada en la esquina de las calles Miguelete y Arenal Grande, lugar en el que también está instalado el Espacio de Arte Contemporáneo.
Javier González, director del MNHN, contó a la diaria que “si bien el museo durante todos estos años no estuvo cerrado, ya que la biblioteca que tenemos es pública y de acceso libre y las colecciones científicas siempre estuvieron disponibles para los investigadores o para aquellos que las quisieran consultar, la reapertura del espacio expositivo del museo es significativa. Por razones de espacio físico, en el lugar donde estábamos no había un montaje expositivo, por lo que este nuevo local permite tener esa punta del iceberg de los museos, que es la exposición en contacto directo con el público”.
La apertura de la exposición es la primera etapa de la mudanza hacia la flamante sede. Según explicó González, “en esta primera etapa se habilitaron dos espacios expositivos, dos pequeñas salas que van a tener dos temáticas diferentes pero complementarias. Una va a estar centrada en la evolución y otra en la biodiversidad actual. Algunas piezas que van a estar en exposición en esta etapa inicial, si bien tienen valor en sí mismas, deben ser situadas en función de un contexto y un relato. Pero, por ejemplo, en la sala de la evolución está la réplica del cráneo del roedor más grande que habitó el planeta, y esa es claramente una de las mayores atracciones del museo, junto con elementos como huevos de dinosaurio”.
Esta es la primera exposición al público desde que el MNHN se mudó del ala oeste del teatro Solís, hace 18 años. Luego se ocupará otro de los espacios del nuevo local y una construcción anexa para, finalmente, trasladar la colección científica y la biblioteca. La idea es que, luego de la culminación de las obras, en el segundo semestre del próximo año todo el museo quede instalado en la nueva sede. El acervo actual del MNHN consta de 400.000 ejemplares en todas las colecciones científicas y de alrededor de 250.000 títulos en la biblioteca, que incluye publicaciones vinculadas a la educación, divulgación, investigación y conservación. “Una de las características de todos los museos, pero fundamentalmente de los de historia natural, es que son muy dinámicos, por eso en estos años el MNHN ha seguido incrementando su acervo. Los investigadores a veces suelen hacer campañas de colecta de material biológico y otras veces se reciben donaciones. Por ejemplo, el herbario del museo –la colección de botánica–, que tiene unos 80.000 ejemplares, recibió hace un año y medio una colección privada de más de 1.000 líquenes, la más grande que había en el país; el crecimiento ha sido constante”, agregó el director de la institución.
No más vivir de prestado
Un tema de coyuntura –las obras de remodelación del teatro Solís en el año 2000– obligaron al MNHN a salir de ahí. Pero la salida del Solís no significó ir hacia un local que fuera adecuado para funcionar de acuerdo a los requerimientos de un museo. Desde entonces el MNHN ha estado en inmuebles alquilados, situación que no es nueva: en sus 180 años de existencia, el museo nunca tuvo sede propia y fue ubicado en locales de otras instituciones, compartió local con otros organismos o se instaló en inmuebles alquilados. De ahí la importancia de esta inauguración en el predio de la ex cárcel de Miguelete. González amplía: “El local nuevo pertenece al Ministerio de Educación y Cultura, que es el organismo del que depende el museo, así que por primera vez tiene una sede propia”. Una vez que se complete el traslado, se abrirán nuevas posibilidades. González declaró: “Tener un terreno y una edificación muy generosa nos va a permitir poner en valor las colecciones científicas, con las garantías de conservación para el patrimonio que custodia el museo. También permitirá que se facilite el acceso a su acervo, tanto para los investigadores y la comunidad científica como para el público en general”. González relata, además, que la exposición que se inauguró ayer va a ser permanente y que con el tiempo se mudarán las colecciones y la biblioteca. “Tenemos la idea de, más adelante, musehizar tanto parte de las colecciones como de la biblioteca, para que el público en general pueda recorrer algunas de esos sectores que habitualmente no se conocen, el ‘tras bambalinas’ de un museo”, sentenció González.
En la inauguración participaron, además del director del museo, la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz; el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, y el director de Cultura, Sergio Mautone. Aplaudió el corte de la cinta inaugural un público tan heterogéneo como entusiasta, entre el que había curiosos y colaboradores del museo, niños y adolescentes y personalidades de la ciencia local, como el secretario de Ciencia y Tecnología, Eduardo Manta, la directora del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, Susana González, y artistas y directores de otros museos, además de representantes de la academia, como la decana de la Facultad de Química, Mariella Torre, o la prorrectora de investigación de la Universidad de la República, Cecilia Fernández. Más allá de cargos, profesiones y procedencias, todos celebraron el reencuentro, siempre fructífero, de la ciencia con el público.