La violencia doméstica es un fenómeno tristemente extendido por todas partes. Sin embargo, pensarla en función de violencia de género no lo explica en su totalidad, o al menos eso deja ver una investigación sobre violencia íntima de pareja (IPV, por su sigla en inglés) hecho en Estados Unidos en base a reportes de 320 personas en 160 parejas homosexuales de hombres. El estudio, llevado adelante por Nicolás Suárez, de la Escuela de Salud Pública de Minnesota, y otros científicos, tuvo origen en la constatación de que “si bien las parejas de hombres pueden presentar tasas de violencia íntima de pareja tan altas, o más aun, que las [que experimentan las] mujeres en parejas heterosexuales”, la literatura referida a esa población “todavía es incipiente”.

En el trabajo se define como formas de violencia íntima de pareja a la “violencia emocional, física o sexual entre parejas románticas o sexuales”, y los autores añaden además “las conductas de monitoreo y control”. También reconocen que la IPV “es un problema de salud pública prevalente que afecta a personas de todos los géneros y orientaciones sexuales”. En base a bibliografía anterior, en el trabajo se indica que “el estrés financiero, la depresión y el uso de alcohol y drogas se correlacionan con la IPV tanto en el caso de parejas heterosexuales como en parejas del mismo sexo, ya sean de hombres o mujeres”. Por su parte, la edad también juega un rol, y “las parejas heterosexuales jóvenes tienden a exhibir niveles más altos de violencia que las más viejas”, lo que también se daría entre las parejas hombre-hombre, con “la violencia disminuyendo con la edad”.

Para el estudio, los dos integrantes de cada pareja (que vivían en Boston, Chicago y Atlanta) llenaron formularios y encuestas sobre diversos tópicos socioculturales y sobre violencia. Al ser analizadas las respuestas, arrojaron resultados tan interesantes como preocupantes: 45,6% reportaron haber sufrido IPV de algún tipo (146 de los 320 participantes), 33,6% reportaron IPV emocional, 20,3% IPV de monitoreo, 9,7% IPV física y 6,8% IPV de control. En el artículo se aclara que esa violencia sucedió “con su pareja íntima al momento del estudio”. Los autores califican estos guarismos de “alarmantes”, y si bien reconocen la necesidad de realizar más estudios con mayor cantidad de participantes, afirman que la investigación muestra “la necesidad de desarrollar y testear programas de prevención de la violencia con sensibilidad cultural”.

Artículo: “Dyadic Reporting of Intimate Partner Violence Among Male Couples in Three U.S. Cities”.

Publicación: American Journal of Men’s Health (julio 2018).

Autores: N Suárez, M Mimiaga, R Garofalo, E Brown, A Bratcher, T Wimbly, M Hidalgo, S Hoehnle, J Thai, E Kahle, P Sullivan, R Stephenson.