Los dinosaurios son animales que causan fascinación en personas de todas las edades. Es un grupo de vertebrados terrestres con varios miles de especies de muy distintas formas, tamaños, colores y plumas, pero hay uno que se lleva las palmas de la popularidad (no sin cierta manija de la prensa y medios): el Tyrannosaurus rex.

En Estados Unidos, país en el que ha aparecido gran parte de fósiles de este gigante carnívoro (lo cual tiene bastante que ver con la manija que los hizo tan populares), existía el debate sobre dos pequeños fósiles de dinosaurios que eran, salvo el tamaño, muy similares al vigoroso T- rex y que fueron encontrados a principios de los años 2000 en Montana. Apodados Jane y Petey, los dos dinosaurios, que no superaban la altura de un caballo alto, fueron llevados al museo Burpee de Historia Natural del estado de Illinois.

Para algunos paleontólogos, estos pequeños podían ser los representantes de un nuevo género de dinosaurios, al que denominaron Nanotyrannus. Un reciente estudio, liderado por Holly Woodward, de la Universidad Estatal de Oklahoma, analizó la microestructura del fémur y la tibia de estos dos pequeños gigantes y llegó a la conclusión de que “se trata de individuos inmaduros de entre 13 y 15 años de edad que exhibían tazas de crecimiento similares a la de los mamíferos y aves actuales”. También encontraron que “el crecimiento anual de estos animales estaba sujeto a a la abundancia de recursos”. Por tanto, afirman que sus resultados “apoyan la sinonomización de ‘Nanotyrannus’ a ‘Tyrannosaurus’ y no aportan evidencia para sostener la existencia de una especie sompátrica de tiranosaurio con un tamaño adulto notablemente más pequeño”.

Además de aportar información sobre el crecimiento de estos carnívoros, el trabajo pone de manifiesto algunos sesgos que interfieren con la labor paleontológica. “Históricamente, muchos museos preferían los fósiles más grandes e impresionantes de una especie de dinosaurio para exhibirlos, ignorando a los demás”, afirma Woodward en el comunicado de prensa. “El problema es que esos fósiles más pequeños pueden provenir de animales más jóvenes. Por lo tanto, durante mucho tiempo hemos tenido grandes lagunas en nuestra comprensión de cómo crecieron los dinosaurios, y T. rex no es una excepción” razona la investigadora.

Artículo: “Growing up Tyrannosaurus rex: Osteohistology refutes the pygmy ‘Nanotyrannus’ and supports ontogenetic niche partitioning in juvenile Tyrannosaurus”.

Publicación: Science Advances (enero de 2020).

Autores: Holly Woodward, Katie Tremaine, Scott Williams, Lindsay Zanno, John Horner, Nathan Myhrvold.