Si hay algo que tienen los virus es que no andan discriminando entre los hospederos que los ayudarán a replicarse. Poco les importa que uno sea el mejor 9 de la selección o un usuario del transporte colectivo. Si la carga viral presente en las gotículas de alguien que estornuda o habla con cierta vehemencia entran en contacto con las mucosas adecuadas, el virus buscará la forma de hacer de las suyas, es decir, de usar la maquinaria genética de las células del hospedero para hacer miles de copias de sí mismo y, de esa manera, propagarse con éxito. El SARS-CoV-2 no es una excepción. Y a la hora de afectar a los humanos, da lo mismo que los hospederos estén reunidos en una oficina de cancillería, una mutualista, un shopping, un bar o el centro de estudios donde se formaron los virólogos que hoy dan respuesta a múltiples desafíos para enfrentar la enfermedad que provoca.

Así que, casi irónicamente, la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar), que tanto ha aportado para combatir esta pandemia, no tiene más remedio que celebrar sus tres décadas de existencia respetando el distanciamiento físico sostenido. Es que por más que se trate del año en que quedó claro lo importante que es tener investigadores formados, laboratorios funcionando y una comunidad científica sólida y ávida de aportar soluciones, hacer festejos con varias personas en la semana en la que se batió el récord de casos diarios detectados desde que se inició la pandemia sería poco sensato. O, mejor dicho: sería desoír eso que quienes se forman en ciencia tratan de respetar casi siempre: el peso de la evidencia.

Con cambios, pero se festeja

“Para los 30 años de la facultad habíamos pensado hacer una cantidad de actividades durante el año, pero por razones de esta emergencia sanitaria tuvimos que postergarlas y esperar”, dice la decana de la Facultad de Ciencias, Mónica Marín. Si bien no es lo que hubiera deseado, sabe que el coronavirus ha trastocado cosas mucho más profundas que un festejo, así que no se detiene demasiado en lo que hubiera sido, sino en lo que va a ser.

Lejos de desmoronarse por la llegada del nuevo coronavirus, y fieles a la tradición de que cuando una hipótesis no se condice con los hechos merece ser revisada, cambiaron de estrategia: en vez de celebrar sus 30 años durante todo 2020, comenzarán mañana a festejar su aniversario con actividades que se extenderán, a partir de ahora, durante un año. “Ese es un poco el motivo del lanzamiento que haremos mañana de esto que llamamos el 30 + 1”, explica Marín. En el fondo subyace la esperanza de que, en ese tiempo, la covid-19 nos dé un respiro y pueda haber actividades presenciales para festejar como Newton manda.

“El viernes 20 de noviembre se cumplirían estrictamente los 30 años, ya que en esa fecha, en 1990, se realizó el primer Consejo de la facultad. Por eso realizamos esta actividad el viernes, pero ya pensando en realizar distintas actividades durante todo un año”, dice Marín. Dentro de esas actividades habrá presentaciones de libros, charlas y conferencias, presentaciones artísticas, reconocimientos a trayectorias, proyectos que involucran al barrio –la Facultad de Ciencias se encuentra en Malvín Norte–, el lanzamiento de la muestra fotográfica La pasión por la investigación científica, que recoge fotos de distintos investigadores a lo largo de estas tres décadas, entre otros eventos programados.

Monica Marin, decana de la Facultad de Ciencias.

Monica Marin, decana de la Facultad de Ciencias.

Foto: Federico Gutiérrez

Un año especial

Celebrar los 30 años en 2020 es extraño. Pero la vida sigue y uno espera que lo vivido deje algo. Para Marín y su equipo, hay cosas que merecen remarcarse. “Frente a este problema imprevisto, un grupo muy grande de jóvenes estudiantes y docentes se involucró de tal manera que permitió demostrar la importancia de tener capacidades científicas, de tener jóvenes con una formación excelente en biología molecular, virología y otras disciplinas, así como equipamientos funcionando y reactivos, que ayudaron a resolver problemas, poner a punto los test diagnósticos y otros desarrollos, entrenar a otras personas, desde estudiantes llenos de entusiasmo hasta la participación de la facultad para que se sumaran Salto, Tacuarembó y Rocha a hacer también los diagnósticos”, destaca la decana.

“Por un lado sentimos una gran satisfacción por todo lo que se pudo aportar y se sigue aportando, y por el entusiasmo y la dedicación de los jóvenes. A nivel general queda la sensación de que, capaz que como nunca, se ha visto que la ciencia y las capacidades instaladas tienen un rol muy importante, que incluso tiene que ver con la soberanía del país”, agrega Marín. Un dato no menor es que cerca de 80% de la investigación que se realiza en el país se lleva a cabo en la Udelar. Y una gran proporción de esa investigación se lleva adelante en la Facultad de Ciencias.

Uno pensaría que esta visibilidad de la ciencia y de su valor para el país podría tener un impacto en la vocación de los jóvenes. ¿Podría haber un aumento notorio en la matrícula de la Facultad de Ciencias el año próximo? “Me encantaría que todo esto repercutiera en que más jóvenes se acercaran a formarse en estas áreas”, responde Marín, que acto seguido agrega: “Pero eso también requiere que haya un apoyo presupuestal para el futuro”.

“El desarrollo de este sistema científico no es algo que se logre una vez y quede para siempre. Tiene que ser un esfuerzo sostenido en el tiempo. Lo que ha sucedido ahora es el resultado de un trabajo de muchos años y de la adjudicación de recursos”, sostiene, consciente de que en la Cámara de Senadores se está trabajando para destinar un presupuesto a la Udelar que, si bien no es el que solicitó, al menos permitiría seguir adelante con algunos programas relevantes, como el de Dedicación Total. “En lo particular el tema que nos preocupa a nosotros es el del lugar de los jóvenes en la ciencia, el de la proyección, que puedan formarse y tener oportunidades de inserción en distintos lugares y no sólo en la academia. Sería fantástico que en el Estado, las empresas públicas y privadas se entusiasmaran con lo que estos jóvenes con formación científica pueden aportar”, dice Marín pensando en los futuros investigadores e investigadoras.

La Facultad de Ciencias, entonces, comienza a celebrar mañana sus 30 años. No hace falta pedir un aplauso para quienes a diario hacen lo imposible para que siga siendo una usina de formación de personas con todas las herramientas para generar conocimiento. No hacen falta saludos estruendosos ni declaraciones rimbombantes. En este 2020 ha quedado claro que Uruguay sería un lugar mucho peor sin su Facultad de Ciencias. Feliz aniversario. Gracias por tanto, y dado que vivimos en una democracia en la que quienes definen el presupuesto son nuestros representantes, perdón por tan poco.

Qué: 30 + 1: Facultad de Ciencias celebra sus 30 años
Cuándo: viernes 20 de noviembre a las 17.00
Dónde: canal de Youtube de la Facultad de Ciencias de la Udelar y Facebook (@FcienUdelar)