Si un árbol cae en un bosque y no hay nadie cerca para oírlo, ¿hace algún sonido? La pegunta tiene ribetes filosóficos que atañen a la percepción de la realidad y también tiene una vertiente científica. El árbol que cae producirá vibraciones del aire (y de la superficie en la que caiga). Para que esas vibraciones se entiendan como sonido, la onda debe pasar por el órgano receptor de un ser vivo que se encargue de transformarlas en información pasible de ser procesada como sonora por un sistema nervioso.

Los investigadores e investigadoras pueden sentirse a veces como el árbol de la pregunta hipotética: si bien tienen formas de comunicarse con otros colegas –por ejemplo, las publicaciones científicas, congresos–, no siempre logran, cuando quieren hacerlo, dar con ese alguien que, sin ser su par, los escuche para que lo que hacen suene. La divulgación científica –o comunicación científica, periodismo científico, apropiación social de la ciencia o como se le quiera llamar– busca justamente que la ciencia suene por fuera del ámbito que la produce. El ciclo radial SobreCiencia, que conducían Alexandra Perrone y Gustavo Villa, hacía justamente eso: que lo que hacían los investigadores e investigadoras de nuestra comunidad se escuchara en la frecuencia de Radio Uruguay.

Lamentablemente, el martes 1° de diciembre SobreCiencia hizo su último envío por la emisora estatal. Las autoridades del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan) hace poco habían decidido que Perrone ya no trabajaría para Radio Uruguay, mientras que Villa, tras participar en un concurso interno para personal de la radio, pasaría a trabajar en Televisión Nacional Uruguay (TNU). Desmembrado el equipo que lo llevaba a cabo, SobreCiencia no tuvo más remedio que dar por terminado un proceso de acumulación y de abrir espacio para la ciencia de seis largos años.

Al aire desde 2015

SobreCiencia nació con el propósito de divulgar lo que se investiga en nuestro país en ciencia, tecnología e innovación”, dice el sitio web, que no refleja todo el esfuerzo previo para llegar hasta ese lugar.

Perrone cuenta que la idea de hacer un programa que cumpliera ese objetivo la tuvo en 2011 cuando trabajaba como productora periodística en el informativo de Radio Uruguay. Entonces vio que Villa, que era coconductor del programa De 8 a 10 junto a Luis Custodio, tenía el mismo interés en hacer divulgación científica y lo invitó a hacer una página web dedicada a la ciencia que se hacía en el país. “En esa época se empezaron hacer eventos como la Semana del Cerebro, la Semana de la Ciencia y la Tecnología o el IIBCE Abierto, que mostraban que había un interés de la gente por la ciencia y faltaban espacios para divulgarla”, cuenta Perrone.

Tras presentarse, sin éxito, a algunos llamados de Popularización de la Ciencia de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), decidieron que SobreCiencia comenzara en el medio más cercano que tenían, Radio Uruguay, donde ambos ya trabajaban. En abril, SobreCiencia comenzó a emitirse semanalmente dentro del programa De 8 a 10. Aquel espacio grabado de una hora pasó a realizarse a diario y en vivo en 2017, pero ahora sin la participación al aire de Perrone, quien trabajaba en la radio en otro horario (hasta diciembre de este año, cuando termina su contrato, trabaja para la emisión vespertina del informativo Informe Nacional).

“En instituciones públicas y privadas de Uruguay, científicos trabajan en pos de resultados que aporten a la sociedad herramientas fundamentales en temas como energía, biotecnología, cambio climático, ciencias naturales, medicina y salud, agricultura, ingeniería y tecnología, entre otras. Entendiendo que estos conocimientos son actualmente los principales generadores de las dinámicas de cambio económico, social y cultural a nivel mundial, creamos SobreCiencia con el objetivo de colaborar con la formación de una cultura científica en la sociedad uruguaya”, dice su página web y seguirá diciendo. Porque en 2017 volvieron a presentarse a la ANII y entonces sí lograron recursos para lanzar aquel sitio web que idearon en 2011. “Fue un poco un reconocimiento por todo el trabajo que hicimos sin contar con más recursos que nuestro interés y la buena voluntad de Custodio”, dice Perrone. Y desde entonces SobreCiencia es un proyecto multiplataforma –tienen podcast, cuentas en redes sociales– que excede la emisión por las radios públicas.

Y aquí hay algo que merece ser destacado: dos personas que ya trabajaban en Radio Uruguay decidieron crear un espacio dedicado a la ciencia que la radiodifusión pública no tenía. Al hacerlo no sólo sumaron valor y contenidos a Radio Uruguay, sino que siguieron cumpliendo con sus tareas asignadas –por las que estaban contratados– con igual eficiencia y profesionalismo. ¿Cuánto mejor sería el Estado si cada empleado pudiera aportar cosas que faltan poniendo motivación, empeño y profesionalismo y, encima, sin descuidar las otras tareas que cumple? “El programa lo hacíamos por amor al arte y la divulgación científica”, dice Perrone. “Por eso el espacio SobreCiencia es nuestro, no es que fuera un programa de la radio”, agrega. Por tanto, SobreCiencia nunca tuvo un presupuesto propio. Todo esto, que puede verse como algo valorable, es también parte de problema: al no tratarse de un programa per se con presupuesto propio, al realizar un ordenamiento de los trabajadores del Secan –con no renovaciones de contratos–, nadie percibió que estaban afectando al espacio para la divulgación de la ciencia.

El fin de un ciclo

“En ningún momento interpreté, ni Alexandra tampoco, que presentarnos al concurso para trabajar también en TNU iba a poner un punto final a la existencia de este espacio en la radio”, dice Villa. Desde el Secan se hizo este año un concurso destinado a trabajadores de la radio que quisieran incorporarse a la pantalla de TNU. “Cuando me anticiparon oralmente que iba a haber un llamado, se me dijo que era para mechar algunas horas de televisión entre las de la radio, lo que estaba bueno porque las horas de televisión se pagaban mejor”, relata Villa. “Luego de presentarnos al concurso, se nos dijo que no había alternativa: o agarrábamos la televisión o nadie nos garantizaba que fuéramos a seguir teniendo espacio en la radio. Y de hecho, a Alexandra no le dieron espacio ni en la televisión ni en la radio”, prosigue, y agrega contrariado: “No tuvimos la más mínima señal desde la radio de encontrar la manera de mantener algún espacio de SobreCiencia en la radio”.

Al aire en el último programa, acompañado de Alexandra y Luis Custodio, Villa dijo que “no hubo nunca una decisión explícita de que este programa se termine, pero por la vía de los hechos, al no haber una acción en el sentido contrario, hace que SobreCiencia termine a pesar de que siempre fue claro que este espacio, este nombre y esta producción, es un trabajo de este equipo”. Luego, Villa señaló: “Acá lo que hubo, en todo caso, fue una no decisión. Por la vía de los hechos, las maneras en que nuestras trayectorias se han manejado por quienes han ido decidido hacen que yo vaya para otro medio público y Alexandra cese su trabajo. SobreCiencia va a seguir, tiene otras plataformas, pero en cuanto a las radios públicas, en este momento, es un ciclo que se termina”.

Lo que dice Villa es respaldado por Gerardo Sotelo, director del Secan y de TNU. “El programa SobreCiencia no terminó, sino que se ‘desintegró’ porque Villa ganó un concurso y se viene a trabajar al canal, y a Perrone no se le va a renovar el contrato. Pero no hubo una decisión de levantar el programa. Muy por el contrario, lo que queremos es darle más espacio a la ciencia en la radio pública”. Sotelo agrega: “Nunca hubo una valoración específica de SobreCiencia, y si la hubiera habido no habría sido negativa al punto de decir que hay que levantar el espacio. Sinceramente, se cayó el programa de forma accidental. La verdad, fue un hecho fortuito y desgraciado”.

Sobre el hecho de que haya más ciencia en las radios públicas, Sotelo adelanta que “Emisora del Sur va a ser una radio enfocada a la cultura en el sentido amplio, donde van a estar la ciencia, el arte, los grandes debates contemporáneos, etcétera”, mientras que en Radio Uruguay, “que es la radio más periodística, la ciencia estará porque es una disciplina, hoy en día ha quedado más claro, de interés periodístico. La idea es que haya más contenidos científicos. Nunca se resolvió levantar el programa. Pero ya que se nos cayó el programa ‘sin querer’, tenemos que rescatar el sentido del programa. No podemos dejar de lado la ciencia, al contrario. De verdad, me di cuenta cuando Villa comenzó a publicar en las redes que se emitía el último programa. Esto fue fruto de una casualidad y tenemos que enmendarlo”.

Balance y hacia adelante

“El balance en mi caso es extremadamente positivo. SobreCiencia va a seguir estando, tanto en su web, en las redes, como en futuros proyectos que puedan surgir en otros medios”, dice Perrone, quien además agradece a la comunidad científica y a la audiencia que los acompañó. “Llegamos mucho más lejos de lo que nos imaginamos cuando arrancamos”, dice Villa. “Arrancamos de una forma muy tímida haciendo una entrevista por semana los lunes. Hoy el espacio en la radio se nos acaba, tal vez antes de tiempo, pero de todas maneras, después de seis años, tenemos una marca, con sus redes, sus podcast, con su página propia, un proyecto al que la mayor parte del sistema científico le atiende el teléfono, nos cuentan cosas y confían en el manejo que hacemos al traducir el contenido científico en periodismo de interés general. Hoy tenemos todo para que SobreCiencia ande solo”, resume Villa.

Pero no todo son margaritas. “El balance es positivo, la tristeza viene por la manera en que se da este fin de ciclo. Nos parece que terminamos sufriendo desidia y desapego, pero no por voluntad de cortar el espacio, sino simplemente por no tener en el radar que era algo que había que cuidar y mantener”, reflexiona Villa.

En el último programa emitido compartieron mensajes de distintos actores de la comunidad científica. Miguel Sierra, presidente del Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología, por ejemplo, manifestó que siempre contaron “con este espacio, de alto profesionalismo, seriedad y capacidad de comunicación. Se precisan actores que intermedien y hagan esa traducción que, sin perder la sustancia y lo conceptual, hagan la ciencia más accesible a un público mayor y que conecten la ciencia, la tecnología y la innovación con la sociedad y los desafíos que tenemos”. David González, director del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas, entre otras cosas, declaró que “hoy que el periodismo científico está intentando asomar cabeza, no debemos olvidarnos del rol fundacional y clave que ha llevado adelante este fantástico pequeño equipo de trabajo”. La prorrectora de investigación de la Universidad de la República y presidenta de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), Cecilia Fernández, dijo al aire: “Tienen que estar muy orgullosos del camino recorrido. Desde la Universidad de la República y en particular desde la CSIC, les agradezco la oportunidad de dar a conocer y difundir el trabajo de nuestros investigadores, tratando de acercar a la población el impacto de ese trabajo en la vida cotidiana y el desarrollo del país. No deja de resultarme un poco paradójico que justo el cierre de este ciclo ocurra al final de un año en el que la ciencia ha adquirido una visibilidad tan importante y ha sido valorada de manera tan particular por la sociedad. Pero, por otro lado, los ciclos y los procesos ocurren como ocurren, así que me gusta pensar en esto como el cierre de una etapa a la que le seguirán otras”.

Si es por el empeño de Perrone y Villa, seguro Fernández tiene razón. Vendrán otras etapas para SobreCiencia. Hoy quedan su portal –en el que seguirán trabajando–, sus podcast, sus redes sociales y un archivo con centenas de entrevistas sobre el trabajo de investigadores e investigadoras de nuestro país. No se descarta que el programa pueda emitirse por otras frecuencias o que participe dentro de propuestas actuales. Pero decir dónde sucederá eso es, hoy, hacer futurología. Por lo pronto, miramos estos seis años y desde estas páginas, nos sumamos a las andanadas de felicitaciones recibidas por el fin del ciclo y al deseo de que sus ganas de contar la ciencia, lejos de mitigarse por este revés, no hagan más que crecer y encuentren el espacio de expresión que se merecen.