Todos estamos acostumbrados a la imagen de la foca que aplaude en un centro de atracciones cada vez que su entrenador se lo solicita. La gracia del animal es, por lo general, recompensada con un poco de pescado. Esta idea de la foca servil que todo lo aplaude pasó a ser usada, más que nada en las redes sociales, por los opositores a los gobiernos de los Kirchner en Argentina y del Frente Amplio en Uruguay como burla a lo que, según ellos, es una postura acrítica respecto de cualquier acción llevada a cabo por los gobernantes de turno. Un estudio dado a conocer recientemente demuestra que, al menos en el caso de las focas grises (Halichoerus grypus), aplaudir no es una gracia de un animal adoctrinado, sino una forma de comunicarse.

Publicado recientemente en la revista Marine Mammal Science (2020), bajo el título “Percussive Underwater Signaling in Wild Gray Seals”, el trabajo liderado por David Hocking, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Monash de Australia, viene a socavar la imagen de la foca que aplaude de forma complaciente. “Aquí reportamos un nuevo tipo de señalización de percusión en focas grises salvajes (Halichoerus grypus), que demuestra que los comportamientos auditivos no vocales también pueden producirse completamente bajo el agua”, sostienen.

Uno supone que los autores del trabajo ignoran que en estas latitudes las redes sociales están plagadas de “aplaudan focas”; sin embargo, son conscientes de que la imagen de este mamífero que aplaude es popular: “El descubrimiento de ‘focas aplaudidoras’ podría no parecer tan sorprendente; después de todo, son famosas por aplaudir en zoológicos y acuarios”, dijo Hocking en el comunicado de prensa que daba a conocer la investigación. De todas formas, hace énfasis en la diferencia: “Mientras que los animales de los zoológicos a menudo son entrenados para aplaudir para entretenernos, estas focas grises lo hacen por sí mismas”.

Las focas y el aplauso

La foca gris es un mamífero marino que vive en ambas costas del Atlántico norte y que llega a pesar entre 170 y 310 kilos. El trabajo de los científicos está basado en una prueba muy concreta: “Nuestras observaciones se basan en imágenes de video de una foca gris macho que aplaude repetidamente con sus extremidades anteriores para producir un sonido nítido y parecido a un chasquido”, dicen.

El video de la foca aplaudidora fue tomado en las cercanías de las islas Farne, en Inglaterra, durante la temporada de reproducción de 2017 por Ben Burville, coautor del trabajo, que si bien venía observando este comportamiento por más de una década, nunca había logrado registrarlo en imágenes. “Tentativamente, interpretamos el aplaudir como un comportamiento utilizado por los machos para alejar a los competidores potenciales y/o para dar a conocer entre las hembras sus condiciones físicas”, sostienen en el trabajo publicado, en el que recuerdan que en otros mamíferos marinos, como las focas macho de la especie Phoca vitulina o las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) con sus bofetadas pectorales, se han registrado comportamientos de percusión con funciones similares. “Al igual que los aplausos de las focas grises, estos comportamientos de superficie producen sonidos breves y explosivos con frecuencias máximas mayores a los 10 kHz, aunque con la diferencia crucial de que se pueden escuchar tanto arriba como abajo de la superficie del agua”, afirman.

Conocer más para proteger mejor

Por más que la foca gris haya sido descrita para la ciencia en 1791, el comportamiento consignado por los investigadores deja en evidencia cuánto nos falta conocer aún sobre la vida que nos rodea en el planeta. Dado que estas focas aplauden para comunicarse, al menos en la temporada reproductiva, los humanos podríamos estar afectando su comportamiento de formas que no imaginábamos siquiera. “Se sabe que la contaminación acústica humana interfiere con otras formas de comunicación de los mamíferos marinos, incluido el canto de las ballenas. Pero si no sabemos que existe un comportamiento, no podemos actuar fácilmente para protegerlo”, dijo Hocking. El hallazgo podría no ser de vital importancia para la foca gris, ya que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se trata de una especie que hoy no está en peligro de extinción y que figura en la categoría de amenaza Preocupación Menor.

Con un estimado de más de 316.000 adultos en edad reproductiva y una población en aumento, la foca gris hoy puede estar a salvo. Si bien los investigadores afirman en su trabajo que “no hay datos suficientes para determinar si se producen aplausos en otros mamíferos marinos”, especulan que las diferencias anatómicas podrían impedir que este comportamiento de aplaudir con las aletas también se desarrolle en otáridos, como nuestros lobos marinos, y en cetáceos, como nuestras ballenas jorobadas, pero no descartan que puedan formar parte del repertorio conductual de otros fócidos.

Artículo: “Percussive Underwater Signaling in Wild Gray Seals”.
Publicación: Marine Mammal Science (2020).
Autores: David Hocking, Ben Burville, William Parker, Alistair Evans, Travis Park, Felix Marx.