Para la realización de la serie de artículos, titulada “2°C: más allá del límite”, periodistas del periódico estadounidense visitaron las costas de Rocha y se asesoraron con el científico Omar Defeo y sus colegas del Laboratorio de Ciencias del Mar.

El periódico estadounidense The Washington Post ganó en los primeros días de mayo el Premio Pulitzer 2020 en la categoría Explanatory Reporting (algo así como informe o reportaje explicativo) por la serie de notas “2°C: más allá del límite”, que abordó el calentamiento global y fue realizada por los periodistas Chris Mooney y John Muyskens y la fotógrafa Carolyn van Houten.

Según el jurado de la prestigiosa distinción, que entrega desde 1917 la Universidad de Columbia de Nueva York, la serie de artículos “fue pionera en el uso de datos de temperatura, y demostró que el cambio climático extremo ya es una realidad que altera la vida en 10% de la superficie de la Tierra”. De hecho, la nota se centra en distintos hotpots (puntos calientes) donde el aumento de la temperatura global es mayor debido a distintas causas.

Poniéndole un rostro humano

“Hoy en este país estamos centrados en una crisis de salud pública. Pero otra crisis mundial de salud pública está sobre nosotros”, declaró el director ejecutivo de The Washington Post, Martin Baron, respecto del calentamiento global. Baron aprovechó el contexto de la pandemia para hacer hincapié en algo que en Uruguay también ha sido puesto de manifiesto a raíz de la llegada del SARS-CoV-2: “Al igual que con el coronavirus, haremos bien si prestamos atención a la ciencia”. Sus dichos acerca del calentamiento global tienen como blanco la postura casi negacionista del cambio climático de la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Al producir esta serie de artículos, nuestro personal no sólo prestó atención a la ciencia, sino que también se basó en ella realizando un análisis más profundo y más granular”, explicó Baron al periódico. “Luego, con todos los recursos de nuestra organización de noticias, pusimos un rostro humano a los números, mostrando el grave impacto que el calentamiento extremo ya está teniendo en las comunidades de todo el mundo”, agregó. Y justamente en este punto que los investigadores del Laboratorio de Ciencias del Mar (Undecimar) de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República entran en escena.

La primera entrega de la serie de artículos comienza diciendo “La Coronilla, Uruguay. El día en que las almejas amarillas se volvieron negras está fijado en la memoria de Ramón Agüero”. Ese rostro humano que buscaba The Washington Post y esa evidencia de que el calentamiento global tenía impactos reales hoy y no en un futuro lejano, está en la evidencia que Omar Defeo, que lidera la Undecimar y trabaja en la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos, viene juntando desde hace décadas. Es que uno de esos puntos calientes, un lugar donde el aumento de la temperatura del mar es mayor que el promedio del aumento de la temperatura de los mares del planeta, está frente a nuestras costas. Los pescadores artesanales, los recolectores de almejas e incluso la pesca industrial, según las investigaciones de Defeo y sus colegas, ya sufren las consecuencias.

La sensacional nota de The Washington Post puede leerse aquí: https://www.washingtonpost.com/graphics/2019/national/climate-environment/climate-change-world/

Por todo esto, el primer artículo de la serie ganadora del Pulitzer está plagado de fotos de Rocha, de pescadores, de parte de nuestra fauna costera y, sobre todo, de los relatos de cómo ese punto caliente ya está ocasionando daños a los pescadores y sus familias. Entre todos esos rostros humanos que el periódico estadounidense usó para la nota está el de Defeo, quien ha dedicado su vida a estudiar el mar, su fauna y su gente.

Reconocimiento a la ciencia

El investigador Omar Defeo y el pescador José Rocha, protagonistas de la nota del Washington Post.

El investigador Omar Defeo y el pescador José Rocha, protagonistas de la nota del Washington Post.

“Como científico uruguayo y como parte del equipo de investigación estoy muy orgulloso del logro de ellos”, dice Defeo. “Al principio no entendía bien por qué los periodistas querían venir, y les dije que les enviaba todos los papers”, recuerda el científico, que no pensó que lo que buscaban era justamente contar esta historia a partir de testimonios de la gente que ya había visto su vida afectada por ese punto caliente frente a nuestras costas. Eso cambió cuando Mooney y Van Houten llegaron a Uruguay y estuvieron varios días con Defeo: “En base a nuestra información científica, y por eso hay que insistir en que nuestra ciencia es patrimonio nacional, fue que ellos tomaron la decisión de venir. Más allá de la información científica, querían dar a la nota un toque humano, querían ir al lugar”.

Buscando el rostro de las consecuencias del aumento de la temperatura del planeta, Defeo los puso en contacto con los pescadores de Rocha a los que conoce desde hace cerca de 40 años. “Los pescadores, especialmente los Agüero, les explicaron y les ofrecieron el conocimiento que podemos llamar ‘ecológico tradicional’, que es un conocimiento que no se sustituye por el científico. Es complementario, y te puedo asegurar que ese conocimiento de los pescadores es muy importante y es parte de todo lo que aprendí y con lo que forjé mi carrera”, reconoce.

“Por todo eso, por los conocimientos de nuestros pescadores y como grupo de investigación, con Undecimar y también con colegas de Argentina y del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global [IAI], que financió buena parte de las investigaciones recientes y gracias al que participamos, fundamentalmente junto con investigadores argentinos, aunque ahora seguimos, en una segunda etapa, con científicos brasileños y canadienses, me llena de orgullo esta distinción a los periodistas de The Washington Post”.

El Laboratorio de Ciencias del Mar está integrado por Defeo, Diego Lercari, Eleonora Celentano, Gabriela Jorge-Romero, Luis Orlando, Ignacio Gianelli, Erika Meerhoff, Rodrigo Postiglioni, Sofía Bausero y Juan Licandro. A todos ellos vayan las felicitaciones del caso, porque en parte el Pulitzer también es para todos ellos: hablar de ciencia, sin la generosa colaboración de quienes la hacen, es como hablar del cielo sin haber levantado nunca la vista.

Para escuchar más sobre esta noticia y las reflexiones de Omar Defeo, pueden escuchar el podcast Mezcla en Cuarentena del 12 de mayo, titulado “El calentamiento global: la otra pandemia”.

La otra cara de la moneda

El periodista Chris Mooney fue entrevistado por colegas del portal Green Wire a propósito de haber ganado el Pulitzer. Cuando le preguntan cómo fue informar desde Uruguay, Mooney responde: “Volé a Montevideo, la capital de Uruguay, en abril del año pasado. Nuestra fotógrafa, Carolyn van Houten, vino conmigo. Cuando llegamos, nos encontramos con este científico llamado Omar Defeo. Había estado estudiando esta población de almejas a lo largo de la costa donde Uruguay y Brasil se tocaban, y había documentado durante décadas que la población realmente había colapsado. Incluso relacionó eso directamente con la temperatura cambiante del agua del océano. Omar resultó ser muy comprometido y un muy buen guía. Nos llevó a Barra del Chuy, que es una comunidad justo en la frontera con Brasil. Y usando un traductor, hablamos con los pescadores de almejas cuyas vidas habían sido completamente dañadas por esto”.