La cámara muestra un extenso paisaje de pradera, cubierto parcialmente por un velo de niebla. Tras un corte, el lente se hunde lentamente en un pastizal. La voz rasposa e inconfundible de David Attenborough nos ubica en la escena. “Esconder tus intenciones en las llanuras abiertas es a menudo difícil. Pero si vivís en la vegetación a nivel de suelo de los pastizales, es posible usar tácticas bastante diferentes”, narra. La cámara avanza hasta revelar la presencia de una pequeña araña sobre una hoja de hierba. David se encarga de hacer la presentación: es un ejemplar macho de una araña con tela de cría, llamada así porque las hembras solo fabrican tela para “cuidar” a sus crías recién nacidas (nursery web spider, según el presentador de fauna más famoso del mundo). Más precisamente, de la especie Pisaura mirabilis, que puede hallarse en toda Europa y parte de Asia.
La escena corresponde al primer capítulo de The Mating Game (El juego del apareamiento), la nueva serie de BBC Earth narrada por el eterno Attenborough, que a los 95 años no parece aún dispuesto a tirar la toalla –o más bien el micrófono– de los documentales de naturaleza. El primer capítulo, titulado “Pastizales: a plena vista”, no es protagonizado únicamente por esta arañita pequeña pero llena de sorpresas. Hay avestruces, cebras, termitas, topis y hasta la curiosa ave Philomachus pugnax de Finlandia, todas ellas mostrando sus recursos para tener éxito reproductivo en un hábitat de pastizales.
El segmento de la araña, sin embargo, se luce especialmente. No sólo por cómo está filmado, con destaque especial para una escena en que la araña macho se descuelga desde una hoja como un ninja para sorprender a una presa, o una secuencia en la que sigue el hilo de seda dejado por una hembra. El valor principal es que su historia es especialmente llamativa y está muy bien contada, con un sentido del humor que no va en desmedro de la información científica, más allá de las licencias menores que los documentales suelen tomarse para armar un cuento.
Una nueva serie de la BBC, narrada por Attenborough, siempre es una noticia interesante en materia de divulgación, pero es algo más específico lo que nos lleva a darle destaque en estas páginas. La investigadora encargada de aportar los datos científicos y ayudar a tejer la trama del segmento fue la bióloga uruguaya María José Albo, de la Facultad de Ciencias y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE).
Ser parte del reducido puñado de científicos de referencia de una serie de BBC Earth es todo un logro en materia de divulgación, pero justificado en el caso de María José Albo, que viene estudiando estas arañas desde hace cerca de 15 años.
Armar la trama
Albo hizo su posgrado en Uruguay y Dinamarca con esta araña europea como protagonista, junto a otras especies neotropicales de comportamiento similar que se encuentran en nuestro país. Cuando comenzó a estudiarla junto a dos investigadores de Dinamarca, de hecho, había muy poco material académico al respecto. Al menos sobre la peculiaridad más llamativa de la Pisaura mirabilis, que es lo que justificó su inclusión en la serie de la BBC y atrajo la atención de la investigadora uruguaya hace ya década y media: el regalo nupcial.
El regalo nupcial es un comportamiento sexual que la evolución otorgó a unas poquísimas especies de arañas (al menos según los registros que tenemos hasta ahora) y que consiste básicamente en lo que su nombre describe. El macho envuelve a una presa con su seda y ofrece el regalo a la hembra para aumentar las posibilidades de ser aceptado en la cópula (y de paso, evitar ser canibalizado). El acuerdo parece beneficioso para ambos: la hembra se alimenta durante el apareamiento y el macho logra la transferencia espermática, obtenida a expensas de la proeza de sostener el regalo con un par de sus patas y ofrecerlo a la hembra durante el cortejo. Puede parecer una posición sexual incómoda para el macho, pero sin dudas preferible a ser devorado en medio del encuentro.
Este comportamiento no es igual en todas las especies de arañas, y es allí donde el asunto se vuelve más interesante, como queda claro en el capítulo de la BBC. Los machos desarrollaron la capacidad de hacer regalos “simbólicos”. Es decir, en vez de entregar una presa y renunciar a su alimento, envuelven con todo cuidado un objeto sin valor nutricional alguno (o con escaso valor, como restos de una presa) con el que engañan a la hembra para acceder a la cópula. Durante su carrera académica, Albo se interesó especialmente en estudiar cómo evolucionó este comportamiento en los machos de algunas especies y qué datos puede aportar a la hora de armar el “puzle” evolutivo del regalo nupcial en arañas.
Durante su posgrado a medias entre Dinamarca y Uruguay, Albo analizó y comparó la evolución de este comportamiento en Pisaura mirabilis con el de otras especies de arañas, una investigación que derivó en el primer trabajo que describió la existencia de regalos simbólicos en arañas.
El relato que hace Attenborough en The Mating Game sigue paso a paso las peculiaridades descubiertas por Albo y sus colegas. En la primera escena, la araña atrapa primero una mosca y la envuelve hábilmente con seda hasta dejar listo su “paquete”, que entrega con éxito a la hembra. Luego, el macho falla a la hora de cazar otra presa pero decide “hacer trampa”. Envuelve hábilmente los escasos restos de una mosca muerta y los entrega a otra hembra nuevamente con éxito. Envalentonado por estos episodios, en la siguiente escena hace algo que Attenborough narra como “excepcionalmente deshonesto”: envuelve una flor, algo que para la araña ni siquiera es comida, un comportamiento poco usual en esta especie en particular pero que en este caso funciona.
Para regalar y regalarse
La Pisaura mirabilis funciona muy bien en este relato porque tiene la peculiaridad de cumplir con todas las hipótesis postuladas sobre el el origen de este comportamiento en arañas, cuenta Albo. Por un lado, el regalo sirve al macho para lograr más cópulas (una ventaja en lo que en inglés se conoce como mating effort, el esfuerzo invertido en conseguir parejas para reproducirse). Si el macho ofrece un regalo, es mucho más probable que sea aceptado.
En segundo lugar, si el regalo es nutritivo, es de gran utilidad para la hembra porque la ayuda a aumentar su fecundidad (una ventaja en este caso para lo que se denomina parental investment, el costo para una especie de generar descendencia).
Sumado a esto, Albo y sus colegas lograron demostrar que algunas hembras de Pisaura mirabilis pueden ser muy agresivas, aunque por lo general hay bajo canibalismo en esta especie. En esos casos, sin embargo, el regalo sirve también como “escudo” ante el potencial canibalismo por parte de las hembras, ya que el macho expone el regalo a los quelíceros (las mandíbulas) de la hembra y evita así la posible agresión. ¿Logró o pretendía lograr la BBC un registro de este comportamiento? Nuestra reseña prefiere no incluir spoilers.
El regalo simbólico es más complejo y a la vez más interesante porque no aporta beneficios a las hembras. “Esta es una historia de conflicto sexual”, dice Albo, demostrando con su sinopsis de una línea, ideal para un póster de película, cómo logró cautivar a la BBC. “La hembra se ve atraída por el regalo y tiene preferencia por él, pero como no puede reconocer lo que contiene, no está ‘programada’ para rechazarlo. Porque además en la mayoría de los casos efectivamente el regalo tiene un contenido nutritivo”, aclara.
Sin embargo, hay una forma en la que las hembras “contrarrestan” este engaño. Cuando se dan cuenta de que no hay alimento en lo que ofrece el macho, acortan la duración de la cópula, que es justamente el motivo por el que los machos de esta especie raramente ofrecen regalos sin valor. Si lo hacen, son “penalizados”; dicho de otro modo, cuando la cópula dura menos tiempo, los machos dejan menos descendencia. Sin dudas la BBC se pasó un buen tiempo para poder filmar esa instancia.
El conocimiento que la investigadora uruguaya tiene sobre esta especie y también sobre el regalo nupcial en general sin dudas aportó a que se convirtiera en la referente de ese segmento, pero fue el ida y vuelta con los productores de la BBC lo que determinó que la colaboración fuera un éxito.
Un hilo entre dos continentes
Albo fue contactada por la productora Silverback, que trabaja para la BBC, en abril de 2019, luego de que su colega Valentina Franco-Trecu –con quien se habían comunicado antes– les pasara su nombre entre otros investigadores que trabajan en reproducción. Aunque no era la primera vez que la BBC se comunicaba con Albo, algo que ocurre con científicos de todo el mundo durante el proceso de preproducción de estos programas de realización maratónica, los tanteos nunca habían avanzado a la fase de “factibilidad”.
La persona que coordinó el trabajo con la investigadora fue Ángel García-Rojo, que además de ser integrante de la productora Silverback, es director de campo en dos de los capítulos de esta serie.
“Cuando comenzamos a hablar y yo le conté sobre esta araña, me esforcé mucho en decirle que esto estaba bueno de verdad, que nunca había salido, pese a que hace años que venimos trabajando en este comportamiento. A él le gustó mucho la historia y la empezamos a trabajar juntos, fue un ida y vuelta”, cuenta la investigadora.
Pero antes de hablar sobre la Pisaura mirabilis, Albo quiso convencer a la BBC de que viniera a filmar a Uruguay. Les habló de todas las especies que tienen este comportamiento (hay cuatro géneros en el país cuyos machos sabemos que presentan regalo nupcial) y hasta planteó el escenario ideal: la Quebrada de los Cuervos de noche, un marco impresionante para ver a nuestras arañas neotropicales ofrecer sus obsequios buscando un encuentro sexual exitoso.
En enero de 2020 la balanza finalmente se inclinó por la Pisaura mirabilis por una cuestión muy simple: es fácil de hallar en Europa, cerca de la base de operaciones de la BBC. Sin embargo, Albo tenía todo arreglado para trabajar casi como local. Acordó con la productora para ir a Dinamarca, donde podría colaborar directamente en el proceso de recolección de arañas en el campo y la generación de experimentos de comportamiento y filmación. Era el panorama casi ideal, pero para marzo de 2020 el mundo tenía otros planes. Llegó el coronavirus y el plan de trabajar codo a codo con la BBC se vino abajo. La colaboración pasó a ser en línea y la BBC salió a buscar a la Pisaura en Inglaterra, algo relativamente sencillo gracias a lo extendida que está la especie en Europa.
Durante aquellas sesiones en línea, Albo le mostró al equipo cómo manipular estas arañas y fue armando el esqueleto de la historia en los intercambios con Ángel García-Rojo. “Me consideraron todo el tiempo cuando hacía comentarios y estuvieron dispuestos a hacer modificaciones; se respetó muchísimo la parte científica”, reconoce la investigadora.
Luz, cámara y divulgación
En el transcurso de 2020, el equipo de la BBC le fue contando a Albo lo que había logrado filmar de acuerdo al guion que surgió de aquellos intercambios. Una vez que editaron toda la secuencia, la invitaron a hacer la revisión técnica de la voz en off de Attenborough y la historia contada en imágenes. No sólo eso. Filmaron sus reacciones mientras veía todo el segmento y luego la entrevistaron para que contara por qué se dedica a esto y por qué es importante divulgar estos temas.
No tuvo que disimular nada frente a las cámaras cuando vio el resultado. “Me encantó. La historia quedó muy bien, con mucho humor, y la calidad de la filmación es increíble. Me impresionó ver cosas que están descritas pero que nunca había logrado observar, como el macho tocando el hilo de seda que deja la hembra y siguiéndolo”, explica Albo.
La científica nunca había trabajado con un equipo internacional de esta forma y en algo tan grande, pero siente que el camino que hizo fue lo que la llevó hasta allí. No es su primera experiencia en divulgación. Como investigadora del IIBCE y de la Facultad de Ciencias formó parte de Los niños que cuentan ciencia, un proyecto de educación y divulgación en las escuelas que se lleva a cabo desde 2016. En él, no solo se derriban mitos y miedos infundados sobre la fauna en nuestro país, sino que se trabaja en producción y filmación de historias con los mismos niños y docentes.
“Durante muchos años generamos historias para divulgar, y eso es parte de un entrenamiento. Uno tiene que saber qué quiere mostrar de una historia, porque no podés contar todo”, dice Albo. “Lo que yo realmente quería era que la gente se enterara de que existen estas arañas, porque lo que intentamos hacer es divulgar que las arañas son capaces de hacer cosas increíbles. Lo importante es que el mundo vea lo que hacemos”, agrega. Lo bueno es que cuando se trata de la BBC, es un poco más sencillo que el mundo preste atención.
Ciencia con tenedores
Para María José Albo, ver su trabajo cristalizado en la voz de David Attenborough es un reconocimiento especial, tanto que cuando el productor se lo mencionó, al comienzo de sus charlas, creyó que era broma. “A casi todos los biólogos o a quienes nos interesa la divulgación científica nos influyó la forma en que él narra la ciencia y la belleza de las imágenes. Ese relato, esa voz, ya es una marca. Fue un orgullo, aunque todavía no caigo”, dice.
Sin embargo, este tipo de reconocimientos tiene para Albo algo de agridulce, porque marca un “contraste” grande con el apoyo a menudo escaso que recibe la ciencia en Uruguay. “Cuánto mejor nos podría ir si realmente tuviéramos más posibilidades”, se pregunta.
“En Uruguay seguimos haciendo ciencia con tenedores, especialmente en áreas de ciencia fundamental, como las investigaciones en biología evolutiva. Los recursos destinados a esta área son tan escasos que es admirable cómo logran sobrevivir las líneas de investigación. En mi caso, durante este tiempo he logrado apoyos nacionales pequeños, pero más que nada mucha ayuda internacional. Este es un problema de muchas y muchos que diariamente deben sobrellevar situaciones complejas, como falta de espacio y de recursos financieros en general (como ahora, por ejemplo, con los recortes), además de cumplir con las obligaciones del trabajo de investigación”, señala la investigadora.
Pese a la mirada crítica por la falta de recursos, es optimista: “Sabiendo de dónde partimos y todo lo que hay que sortear para hacer ciencia en el país, es verdaderamente un orgullo lograr calidad científica y el reconocimiento internacional”. Esa sensación ambigua también la invade cuando vuelve a Uruguay luego de estar trabajando en otro país, como le acaba de ocurrir tras retornar de Estados Unidos.
Para Albo, hacer o lograr mucho con poco es una realidad dura, pero es justamente el mérito de muchos investigadores e investigadoras que están trabajando fuerte en la generación de conocimiento científico. “Es el gran valor de la ciencia de Uruguay en ese sentido”, concluye.