A la luz de los cambios que han ocurrido en el planeta a todo nivel en los últimos 30 años, el desarrollo científico-tecnológico aparece como el elemento central en el desarrollo de las sociedades modernas. Así, los países desarrollados han basado su crecimiento en la innovación, desplazando sus industrias tradicionales hacia países del tercer mundo. Gracias a una adecuada estrategia en este aspecto, países emergentes como Israel, Finlandia y Corea del Sur han conseguido en las últimas décadas resultados espectaculares en los campos de las tecnologías de la información y las biotecnologías.
En ese contexto, la ciencia, la tecnología y la innovación son elementos centrales para que Uruguay no quede fuera de una economía basada en el conocimiento y el talento de su gente, y constituyen desafíos mayores para afirmar la viabilidad futura de nuestro país.
El camino recorrido hasta ahora está marcado por varios emprendimientos exitosos, donde se destacan, entre otros, la creación del Pedeciba (1986); la Facultad de Ciencias (1990), el Proyecto Conicyt-BID I (1991-2000); la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República (Udelar, 1992); el proyecto PDT-BID (2001-2006); el desarrollo del programa de Dedicación Total de la Udelar, que pasó de unos pocos a cerca de 1.200 investigadores en la actualidad; la creación (1989) y el desarrollo de INIA; el desarrollo dentro del LATU de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI); las creaciones del Polo Científico-Tecnológico de Pando (2004), el Institut Pasteur de Montevideo (2006), la ANII (2005) y el Cudim (2010), y la creación de la Academia Nacional de Ciencias (2012).
Para Uruguay es vital encontrar una inserción adecuada dentro de la sociedad del conocimiento, basándose en los dos pilares tecnológicos reconocidos como motores a nivel internacional de la transformación hacia las sociedades del futuro cercano y lejano: la biología y las tecnologías de la información y la comunicación. Esto representa una prioridad para lograr un desarrollo en armonía con la evolución del mundo y no depender exclusivamente de la comercialización de commodities.
Nuestro país dispone de las condiciones necesarias para el desarrollo de este proyecto:
1) Dispone de mas de 2.000 investigadores evaluados según criterios internacionales, que son potenciales emprendedores capaces de desarrollar estos proyectos.
2) Dispone de una infraestructura tecnológica adecuada, desarrollada en las ultimas décadas (véase lo que podríamos llamar la “Avenida Italia Valley”, donde coexisten el Cudim, Hospital de Clínicas, Instituto Clemente Estable, Facultad de Ciencias, Institut Pasteur, el LATU con el hub de la CUTI, Zonamérica, además de laboratorios de excelencia en las facultades de Medicina, Química e Ingeniería), que le permite poner en marcha estos proyectos.
Esta infraestructura permitió el desarrollo muy exitoso de la CUTI en el LATU. Este hub debería reforzarse con la creación de una Unidad de Inteligencia Artificial asociando la CUTI con las facultades de Ingeniería y Ciencias.
Es posible llevar a cabo un hub biotecnológico en torno al Campus de la Udelar en Malvín Norte, donde coexisten la Facultad de Ciencias y el Institut Pasteur, a los cuales se debería agregar el traslado de la Facultad de Química (decidido por la Udelar y laboratorios provenientes del INIA).
3) Dispone de un sistema de comunicaciones moderno que es fundamental para el desarrollo del proceso y que ha hecho que el problema de la ubicación excéntrica de nuestro país no constituya un problema insuperable.
4) Dispone de un reconocimiento como un país serio y con un muy bajo nivel de corrupción, que dispone de una legislación muy favorable para los inversores. Existen aspectos regulatorios a mejorar, pero que no deberían demorar la puesta en marcha del sistema (tratado de cooperación en propiedad intelectual, habilitación a investigadores de distintas instituciones académicas para participar en el ecosistema innovador, incentivos para el desarrollo del sistema, legislación sobre tipos de personerías jurídicas y sobre forma de M&A, etcétera).
5) Dispone de una diáspora sumamente calificada, trabajando exitosamente en el mundo desarrollado y que ha mostrado su disposición a colaborar en este proceso.
Para lograr estos objetivos es necesario atender cuatro puntos que aquí desarrollo.
1) Incrementar el desarrollo de la ciencia “guiada por curiosidad”
No se puede lograr un desarrollo profundo en el campo científico-tecnológico y de la innovación basada en la creación de valor sin disponer de ciencia de calidad basada en nuevos conceptos científico-tecnológicos. Nuestro país dispone de cerca de 2.000 científicos de nivel internacional en distintas áreas del conocimiento que cuando se insertan en otro país juegan un rol destacado en la mayoría de los casos. Muy numerosos jóvenes se están formando a muy alto nivel en programas e instituciones nacionales y en programas e instituciones de excelencia del exterior –particularmente en el marco de convenios y programas nacionales– en todas las áreas del conocimiento. Pero estas son insuficientes: una importante cantidad queda fuera del sistema, y Uruguay tiene diez veces menos investigadores per capita que los países desarrollados.
Estas nuevas generaciones constituyen una enorme riqueza y una gran promesa, pero ellas son efímeras si no encuentran su lugar en el país. Numerosos jóvenes científicos muy bien formados no logran insertarse profesionalmente en nuestro país, ya que el sistema académico dispone de pocas plazas y sólo unos pocos tienen posibilidades laborales a nivel del sector empresarial privado y público. Es importante arbitrar los recursos necesarios que permitan evitar la emigración de nuestros jóvenes científicos. De poder concretar un número mayor de oportunidades para ellos, el país cosecharía importantes beneficios en plazos no muy largos, en el desarrollo empresarial de mano de la innovación y la tecnología, en la formación profesional en todas las áreas, en la educación a todo nivel y, por último, aunque no menor, en la construcción cultural de los nuevos tiempos. Además, en nuestro país, no se ha consolidado el círculo virtuoso de invertir en ciencia guiada por evidencias y elementos factuales (función principalmente del Estado) y la generación de emprendimientos innovadores basados en nuevos conceptos científico-tecnológicos.
El desarrollo de este sector requiere:
a) Establecer sinergias fuertes con la diáspora calificada y facilitar el retorno de jóvenes científicos que han mostrado un nivel de excelencia. Para ello, lanzar un programa que permita financiar proyectos a cinco años, como el desarrollado exitosamente por el IPMON, que parece una solución adecuada. A estos proyectos podrían postular nuestros científicos trabajando en nuestro país y aquellos que trabajan en el exterior.
b) Aumentar el número de posdoctorados. Ellos son actores fundamentales en todos los sistemas científicos, facilitan las colaboraciones entre equipos y ofrecen un marco de inserción para la explotación de resultados científicos obtenidos durante el doctorado.
c) Aumentar las becas de posgrado y desarrollar programas de emprendedurismo que permitan a los jóvenes investigadores disponer de recursos que les den posibilidades de permanecer en el país y liderar procesos de innovación tendientes a generar nuevos emprendimientos y así generar valor y nuevos puestos de trabajo de calidad.
d) Aumentar los montos destinados a la financiación de proyectos de investigación en todas las áreas del conocimiento es indispensable ya que actualmente un número importante de proyectos muy bien evaluados no reciben apoyo.
e) Aumentar de forma progresiva el número de posiciones de tiempo completo.
2) Facilitar el desarrollo de ciencias de la vida y “deep tech”
Es necesario consolidar el círculo virtuoso de invertir en ciencia guiada por evidencias y elementos factuales (función principalmente del Estado) y la generación de emprendimientos innovadores basados en nuevos conceptos científico-tecnológicos. Es en este último punto donde, en los sistemas equilibrados y que van al frente del resto, los fondos privados (o público-privados) deben jugar un rol fundamental sin el cual será muy difícil alcanzar una economía basada en productos y servicios de alto valor agregado basada en el conocimiento.
Es una prioridad importante generar una estrategia para el desarrollo de startups en Uruguay. Esto ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de los países avanzados (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Israel, Corea del Sur, Finlandia, etcétera). En América Latina, Chile creó hace diez años el programa denominado StartUp Chile, que es una aceleradora de negocios creada para atraer un alto nivel de emprendimientos basados en la innovación con sustento en Chile, y que ha logrado desarrollar exitosos emprendimientos. Un ejemplo muy exitoso en nuestro país es el emprendimiento LAB+ del IPMON.
Apoyarse en la ciencia y la tecnología para alcanzar una economía sustentable requiere una inversión bien acompañada por una política de Estado que redunde en un virtuoso desarrollo de este ecosistema. El Institut Pasteur de Montevideo es un ejemplo emblemático que confirma esta afirmación.
El desarrollo de este programa requiere:
a) La creación de un hub biotecnológico en el campus de la Udelar, donde ya están la Facultad de Ciencias y el Institut Pasteur. El traslado previsto por la Udelar a este campus de la Facultad de Química sería de gran ayuda. Asimismo, sería importante la creación de un local capaz de acoger las diferentes startups surgidas de estas diferentes instituciones.
b) La creación por el Estado de un fondo raíz destinado a financiar las etapas iniciales de un proyecto startup, ya que los fondos privados son reacios a financiar a este nivel. Esta etapa no requiere fondos importantes.
c) La creación de fondos de inversión público-privados destinados a financiar aquellos proyectos que hayan superado exitosamente la etapa inicial. En este sentido, el proyecto LAB+ del IPMON podría ser extendido a otros campos.
d) Aumentar significativamente el presupuesto de agencias que ofrecen instrumentos de apoyo a la innovación, como ser la ANII.
e) Desarrollar la legislación sobre las formas de gestión de la propiedad intelectual.
f) La profesionalización de las oficinas de transferencia tecnológica.
g) Disminuir los requerimientos para crear empresas.
h) Crear una ley de emprendedores que procure beneficios tributarios para inversores y fomentar la inversión de las empresas públicas en estos emprendimientos.
i) Propiciar que el Estado se torne en un cliente de los productos y servicios generados por los nuevos procesos de innovación.
3) Incrementar el desarrollo de las TIC y la IA
Las tecnologías de la información han conocido en las últimas décadas un desarrollo considerable consiguiendo éxitos importantes a nivel de las exportaciones. La creación de un hub tecnológico, a través de la CUTI en el predio del LATU, ha resultado muy exitosa.
Si bien nuestro país ha conseguido desarrollar exitosas startups en este campo por el nivel elevado de sus ingenieros informáticos y la existencia de una red de comunicaciones sumamente moderna, es fundamental diseñar una estrategia a mediano-largo plazo para potenciar su crecimiento y lograr un aumento significativo de nuestras exportaciones, ya que se trata de un sector sumamente competitivo, en el cual los países centrales, particularmente Estados Unidos y los países asiáticos, libran una encarnizada competencia.
La dificultad mayor que enfrenta este sector está dada por la cantidad insuficiente de personal calificado.
Para resolver este problema se requiere:
a) Crear las condiciones, a través de estímulos fiscales y facilidades administrativas, que permitan atraer a nuestro país a ingenieros extranjeros.
b) Realizar llamados a proyectos a nivel de la región, en los cuales los proyectos seleccionados recibirían la subvención de los fondos raíz.
c) A largo plazo, es necesario crear las condiciones para que nuestro sector académico sea capaz de responder a la demanda creciente en este sector.
d) Desarrollar la inteligencia artificial, que juega, y va a jugar cada vez más, un rol primordial en el desarrollo de las sociedades modernas. Su introducción en el sistema productivo va a determinar un aumento significativo en la productividad, excluyendo de este sector a numerosos empleos poco calificados. Está destinada, asimismo, a cambiar radicalmente los métodos de enseñanza y de manejo de datos. Diseñar una estrategia y arbitrar los fondos necesarios para el desarrollo a largo plazo de la inteligencia artificial en nuestro país es un objetivo fundamental. Para ello, desarrollar una cooperación estrecha entre los laboratorios de la Facultad de Ingeniería, la Facultad de Ciencias y la CUTI es necesario.
La consolidación de estos hubs biotecnológicos y de tecnologías de la información permitiría a nuestro país consolidarse como hub científico-tecnológico regional.
4) Lograr una adecuada interrelación con nuestra diáspora calificada
La globalización hace posible una mayor interrelación de vínculos entre las personas y los territorios, replanteando un cambio de paradigma con respecto a los compatriotas que viven en el exterior a través del establecimiento de vínculos con el país mediado por las telecomunicaciones y las redes interpersonales.
Nuestra diáspora de talentos, en muchos casos en posiciones de influencia, puede jugar un papel importante para el desarrollo de este ambicioso proyecto. Para ello es necesario establecer una relación formal estrecha con ella, cuya adhesión a Uruguay es clara. La diáspora de Israel ha jugado un rol importante en el espectacular desarrollo científico-tecnológico de este país, mientras que Chile, a través del programa Chile Global, ha conseguido establecer una exitosa relación con su diáspora destacada.
Para llevar adelante este objetivo, se requiere:
a) Crear una agencia que establezca una red de talentos de la diáspora, integrada por uruguayos que viven en el extranjero y comparten el interés por vincularse con nuestro país para aportar con sus conocimientos y contribuir a su desarrollo, estableciendo sinergias estructurales con iniciativas locales, fomentando la innovación y facilitando su posicionamiento a nivel internacional. La agencia deberá organizar reuniones regionales para su establecimiento y proponer planes de actividad detallados. Deberá asimismo organizar reuniones para elaborar programas y proyectos específicos (por ejemplo, desarrollo de startups en Uruguay).
b) Que la Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación del MRREE asuma un rol importante como ejecutora de la política de mejora en gestión a nivel consular y de vinculación con los compatriotas que residen en el exterior, definiendo como prioritario entre sus actividades el fortalecimiento del vínculo con la diáspora de compatriotas destacados.
Acciones necesarias para instrumentar este proyecto
Nuestro país no puede lograr un desarrollo adecuado si no consigue lograr una buena inserción en la sociedad del conocimiento. Si bien estas condicionantes ya estaban claras, los diferentes gobiernos de estos últimos 20 años no han logrado resultados satisfactorios.
La solución de estos problemas no se puede lograr en un período de gobierno. Requiere, por lo tanto, diseñar una estrategia de largo plazo, con la cual se comprometan todos los sectores políticos. Un ejemplo de que esto es posible es el excelente proyecto sobre pobreza infantil, presentado por la diputada Cristina Lustemberg, que logró el apoyo unánime de todos los sectores de la Cámara de Diputados.
La misma estrategia debería diseñarse a nivel del proyecto de desarrollo científico-tecnológico y de otros proyectos indispensables, como la enseñanza, sistema de cuidados, vivienda, etcétera, para lograr un desarrollo adecuado de nuestro país. En principio, no hay razones para que proyectos bien diseñados no consigan el apoyo de todos los sectores.
La principal dificultad para llevar a cabo estos proyectos está en su financiación. Todos los gobiernos del Frente Amplio y el gobierno actual asumieron el compromiso de otorgar a la ciencia y la tecnología el equivalente del 1% del PIB. Sin embargo, en ninguno de estos gobiernos se consiguió llegar al 0,5%. Lo mismo ha sucedido con otros proyectos indispensables para el futuro de nuestro país.
Además de lograr un consenso de todos los sectores en torno a estos proyectos, que deberían dar lugar a políticas de Estado de largo plazo, se vuelve ineludible arbitrar los fondos necesarios, ya que estos sectores siempre han sido postergados a nivel presupuestal, para atender problemas considerados más urgentes.
Es claro que en nuestro país, como en el resto del mundo, han crecido considerablemente las desigualdades a nivel de los ingresos, con un enriquecimiento considerable de los sectores privilegiados y el correspondiente empobrecimiento de las clases populares. Un conjunto muy importante de economistas (139), que incluye varios premios Nobel, acaba de publicar un informe en el que afirman que no se puede seguir aumentando los desequilibrios en la distribución de ingresos, y proponen la instauración de un impuesto a las grandes fortunas. Establecer un impuesto de este tipo podría ser una forma justa de proveer, por lo menos en parte, los fondos necesarios a la realización de estos proyectos. El presidente Lula da Silva acaba de proponer una solución de este tipo para Brasil. Una vez más, sería necesario que esta medida obtenga el consenso de todos los sectores y que se den garantías de que los fondos recaudados van a ser utilizados exclusivamente con esta finalidad.
Guillermo Dighiero, médico e investigador del Institut Pasteur de París y del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, fue el primer director del Institut Pasteur de Montevideo, así como uno de los impulsores de su creación. En 2015 fue nombrado embajador de Uruguay en Francia.