Ubicada al este del departamento de Colonia, Villa La Paz-Colonia Piamontesa fue fundada por un grupo de colonos valdenses el 17 de octubre de 1858. Actualmente tiene 700 habitantes en el casco urbano y otros 2.500 que viven en la zona de playas sobre el Río de la Plata, y en el área rural.
En las últimas elecciones votó por primera vez a las autoridades de su municipio y la vida en el pueblo parece haber cambiado. Hoy La Paz tiene alcalde y concejales que administran recursos provenientes del gobierno central y de la Intendencia de Colonia para realizar obras y gestionar diferentes acciones para la comunidad.
De peón a alcalde
En las elecciones en La Paz ganó el Partido Nacional (PN) con 520 votos. En segundo lugar quedó el Partido Colorado (PC) con 142 votos y el Frente Amplio (FA) obtuvo 133 votos. Dentro del PN el candidato más votado fue Walter Miranda, de 59 años, considerado un outsider de la política. Los resultados determinaron, además, que el municipio esté integrado por otros tres concejales nacionalistas -Jorge Enrique Long, Valeria Aguirre y Luis Pita- y uno del PC, Gustavo Hernández.
“No tengo historia política. Soy laburador de toda la vida y me tocó llegar a ser alcalde”, comentó Miranda, en diálogo con la diaria. Miranda contó cómo se dio su ingreso a la vida política: “estaba laburando y vino gente del PN, de la lista 3904, y me preguntaron si me gustaría ser candidato a alcalde. Lo pensé y dije que sí”.
El alcalde lapaceño dijo que le gusta hacer muchas cosas por el pueblo pero todas vinculadas “al trabajo, que es lo que sé, porque de temas papeles no sé bastante”. El desconocimiento de algunas tareas burocráticas no fue impedimento para que Miranda lleve adelante su candidatura: “Me dijeron: 'Tranquilo, vamos a trabajar para la candidatura y después habrá una secretaria que llevará los papeles para ayudarte', y así estamos trabajando ahora”.
Miranda conoce los pormenores de la labor municipal ya que trabajó 27 años en la antigua Junta Local del pueblo. Allí realizó tareas en las playas primero, después en la recolección de residuos, se animó a manejar un tractor para chilquera, una motoniveladora y una retro, y llegó a ser capataz en esa dependencia.
Hijo de Carlos Miranda y Ángela Fantoni, el alcalde de La Paz concurrió a la escuela 9 Blanca E Pons, siguió sus estudios secundarios en el liceo Daniel Armand Ugón de Colonia Valdense y también asistió a la UTU.
El alcalde se siente satisfecho con la tarea que desarrolla pero admite que aún tiene mucho para aprender. El trabajo como alcalde lo desarrolla “en comunidad” con los restantes concejales. “Venimos trabajando y logrando cosas todos juntos, porque estoy bien acompañado. Vamos a seguir luchando”, indicó.
Los planes de obras
La concreción de obras es el gran desafío para las autoridades de la localidad coloniense. El alcalde comentó que desde 2008 no se realizaban obras importantes en La Paz y desde que asumió el actual consejo municipal se lograron satisfacer varios reclamos de los vecinos.
Miranda puso como ejemplo la reconstrucción de una alcantarilla en la calle Roosevelt que estaba derruida y otra “de importantes dimensiones” en la calle Diego Wilson. En ambos casos el objetivo era mejorar el escurrimiento de aguas pluviales y el tránsito por esos lugares.
Con el apoyo de la Intendencia de Colonia también se concretó la obra de un divisor de tránsito en la entrada a la localidad. Esta obra permitió concretar el principal objetivo que se habían trazado en el municipio para 2021: alejar el tránsito pesado y de vehículos provenientes de la zona de playas del centro de la villa. “Es la obra más importante que hemos realizado, y era algo pedido por la gente desde hace mucho tiempo”, comentó Miranda, quien valoró el apoyo otorgado por la comuna coloniense a la realización de esas obras. Entre los proyectos del municipio para los próximos años están: “más cordón y más cunetas, una ciclovía, pero todo no se puede; tenemos que definir obras año a año”, apuntó el alcalde.
Paraíso del trabajo
“La falta de trabajo no es un problema” en la localidad, aseguró Miranda. En efecto, La Paz tiene una tasa muy baja de desempleo entre sus habitantes. De hecho, sólo 36 personas de esta localidad se anotaron al programa Oportunidad Laboral (a nivel departamental se presentaron 8.000 personas).
Miranda destacó las fortalezas de los diferentes sectores económicos de la localidad: fábricas, quintas, aserraderos, entre otros emprendimientos. “La gente se mueve y consigue trabajo. Incluso viene gente de afuera a trabajar acá. Trabajo hay siempre”, enfatizó.
Las principales fuentes laborales de la localidad son: Los Nietitos, Poliuretanos Kalisay y Hernández, una empresa dedicada a obras viales. “También hay varios camioneros que trabajan en traslados de semillas para las cooperativas de la zona. Acá se consigue trabajo. Eso da tranquilidad a la ciudad, porque también vive el comercio, la carnicería, la tienda”, concluyó el alcalde lapaceño.
Puente Negro: el gran desafío
La pequeña villa coloniense contiene cinco obras que fueron declaradas Monumentos Históricos Nacionales. Ellos son la primer casa que se construyó en el pueblo, en 1859; el Molino de Agua Bonjour, construido en 1877; la primera Iglesia Evangélica Valdense de América, consagrada en 1893; el Puerto Concordia, la Fábrica de Aguardientes construida en 1887, que destilaba maíz para producir alcoholes; la Capilla de la Santa Cruz y Seminario Católico, y el Puente Negro, inaugurado en 1902.
El emblemático puente conecta ambas márgenes del río Rosario en un punto donde el curso de agua tiene unos 40 metros de ancho. Se trata de la primera obra de esa índole que se desarrolló en Uruguay: la estructura, totalmente de acero, construida en Norteamérica, tiene unos 60 metros de largo y descansa sobre enormes pilones de granito. Fue una obra de vanguardia para su tiempo que permitió unir las ciudades de Colonia del Sacramento y Montevideo.
La recuperación de esa infraestructura es el principal desafío del municipio y vecinos de La Paz, algo que también impulsan los legisladores colonienses.
El diputado Nicolás Viera del Frente Amplio (FA) contó a la diaria que “se viene trabajando en el tema desde hace tiempo con los vecinos de La Paz-CP, en busca de poder reparar el viejo Puente Negro que, a raíz de las reiteradas inundaciones, el paso del tiempo y el descuido, se fue deteriorando al punto de quedar inhabilitado para su tránsito”.
“Eso ya está hablado, hay una comisión trabajando en eso, sería una cosa muy importante que el Puente Negro se habilite aunque sea para dar paso a motos y bicicletas, poder ponerla como parte turística con focos, bancos y macetas”, explicó Miranda.
“Se trata de un rescate patrimonial muy necesario”, indicó Viera. El MTOP tiene en carpeta el tema pero, según Viera, “no es una obra de condiciones imprescindibles desde el punto de vista vial porque no forma parte del trazado vial del departamento desde lo cotidiano, sino que tiene que ver con una vinculación de localidades pequeñas por eso no es imprescindible su funcionamiento”, explicó el legislador.
Viera agregó que el reclamo “tiene mucho condimento de patrimonial y de identidad para La Paz. No son muchos los recursos que se necesitan pero ahí está el tema”, señaló.
“Vamos a hacer lo imposible para poder lograrlo, estamos en tratar de conseguir los recursos y en eso se trabaja de manera mancomunada entre MTOP, OPP, Municipio, la Intendencia, la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación y la comunidad que pueda aportar de diferentes lugares, por ejemplo los aserraderos para la colocación de los tablones, por ejemplo”, explicó el representante coloniense.
Un puente, una comunidad
“El Puente Negro debe pensarse dentro de la lógica del pastor Daniel Armand Ugon y el Consistorio. Con ese puente, y antes el de madera, no¨se dejaba aislada a Colonia Cosmopolita, ni educativamente, ni religiosamente, además de la comunicación con Rosario. Si [Armando Ugon] hizo una ciudad donde no la había y dio el lujo de ponerle el nombre de su religión, ese puentecito, donde no había camino nacional, fue otro logro. No debe olvidarse que en estas colonias los grandes proyectos nacieron de la propias comunidades”.
Omar Moreira (1932-2017), docente, escritor, investigador del departamento de Colonia.
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