El 4 de mayo de 2020, a orillas del Río de la Plata, a pocos metros de villa Las Malvinas, en Colonia del Sacramento, apareció el cuerpo mutilado, con alto grado de descomposición, de Nelson Nito Correa.
Hacía más de un mes que el hombre era buscado; sus documentos habían sido encontrados a varios kilómetros de ese lugar, en el viejo muelle de palos del Real de San Carlos. Nito era músico, escritor, artesano, una figura conocida de la escena cultural local.
Poco y nada se ha logrado saber sobre las últimas horas vividas por Nito. Sin embargo, el trágico desenlace trajo aparejado el rescate de la obra literaria de Correa, a partir del trabajo que realizó el docente, poeta y editor Leonardo Lesci con la publicación de Anacahuita (Hurí, 2021).
Nelson Correa nació en Montevideo en 1965; a fines de los años 90 se instaló en Colonia del Sacramento, en villa Las Malvinas, un asentamiento irregular que hoy es habitado por una muchedumbre.
Rose Marie Papazián y Nito fueron compañeros afectivos en aquellos años. La pareja tuvo un hijo, Demian, que nació a principios de este siglo. Anacahuita se llamó la vivienda que habitó esta familia en el asentamiento Las Malvinas, así como el libro editado por Lesci que contiene la obra poética de Correa.
Los últimos años de vida del poeta estuvieron atravesados por la fragilidad de su salud mental. Nito había sido diagnosticado con esquizofrenia y las internaciones en el Hospital Vilardebó, en Montevideo, eran frecuentes, recuerda Lesci en diálogo con la diaria. La enfermedad “fue tratada mediante choques eléctricos en las sucesivas internaciones, ese fue su tratamiento médico institucional”, mientras que “la escritura se transformó en su terapia”. “Estoy seguro que él escribió para salvarse”, sostiene Lesci.
El rescate literario
“Anacahuita intenta ser un refugio, una casa, de este autor, y recoge dos libritos -Elocubraciones boludianas y Poemas Psico-pateados- que Nito había publicado en formato fanzine y que vendía él mismo”, explica el editor.
Además, Anacahuita contiene una colección de poemas escritos por Correa que permanecían inéditos. Lesci encontró esas poesías en las computadoras del centro de reeducación integral ITU, que funciona en el centro de Colonia del Sacramento. “En el proceso de edición fui al ITU, que es un centro donde asisten personas con ciertas problemáticas y que se convirtió en un refugio. Allí le brindaron las herramientas para que él pudiera respaldar las tareas de escritura que él hacía con tanto cariño, y allí también le permitían imprimir esos fanzines”.
En ITU aparece el tercer libro de poesías -inédito-, “que él no llegó a difundir vía fanzines, que se llama Vicios y Abraxos”. “El sueño de Nito, según me contaron sus docentes del ITU, era poder hacer una edición de imprenta, y ahora se termina concretando con Anacahuita”, cuenta Lesci.
El poeta, su obra
“Bienvenidos todos/ pues el Nito está servido: / he aquí su hígado/maltratado por el vino/ aquí sus pulmones, ahumados por el /cigarrillo/ aquí su corazón aún latiendo.../Aquí sus vísceras, aquí sus músculos..../No se pierdan este festín: / Bienvenidos todos;/ Cuervos, buitres, alimañas...” (Nelson Correa).
Para el editor, la poesía de Correa “es callejera, está muy ligada con lo musical desde las rimas que son más propias de un cancionero urbano, hay un diálogo con la canción y con la música”. “Nito grabó sus poemas en el Vilardebó y también en el ITU y siempre lo hizo acompañado del matófono, que lo utilizaba para darle melodía a los textos”, recuerda Lesci.
Entre las temáticas abordadas por Correa, el editor distingue “preocupaciones contemporáneas” mientras que “una parte muy controvertida de su poesía tiene que ver con la virilidad masculina, con una excesiva virilidad masculina, que en aquel momento que lo produjo podría haber sido recibida” y que en el presente resulta “muy incorrecta del punta de vista político”.
A pesar de las dificultades, Correa se convirtió en un integrante activo de la movida cultural que se desarrollaba en el centro y en el Barrio Sur -también conocido como Barrio Histórico- de Colonia del Sacramento. De ese modo, Lesci indaga en lo que acontecía en la movida artística cultural coloniense. “Nito llegó a Colonia a fines de los noventa, principios de los 2000, y comienza a ser protagonista del movimiento under que se generó por entonces, y eso es algo que me interesa conocer. Nito se transforma en un eslabón importante de esa movida cultural y no convendría dejarlo aislado en su estudio sino que habría que asociarlo a otros fenómenos que ocurrieron”, propone.
Además, el editor- investigador fija su mirada en algunas transformaciones que ocurren en una ciudad cuyo casco histórico había sido declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por Unesco. “Este libro también aborda el desarrollo de los asentamientos irregulares o villas en Colonia, especialmente Las Malvinas”.
“En el tiempo que Nito se instala en Las Malvinas no se daban algunos fenómenos que comenzaron a darse en forma posterior, asociados a ciertas prácticas, como el tráfico de drogas, sino que allí se generaban diversos espacios de intercambios, donde había una especie de pequeña colonia dentro de Colonia del Sacramento, con ciertas prácticas vinculadas a la agricultura en espacios pequeños”, explica Lesci. Y agrega que “después los hechos deben analizarse a la luz de la aparición de la pasta base, la merca, y el tráfico de drogas-, y la asociación de esa parte de la ciudad con la venta de drogas”.
Según Lesci, Nelson Correa “es un eslabón de una historia más que reciente de la ciudad de Colonia del Sacramento que a mí me interesa muchísimo, donde se desarrollan algunos autores locales que estamos publicando en Hurí, como Luis Carro, cuya poesía no tiene nada que ver con la de Nito.
Pero ellos dos, y otros más, están habitando un momento de Colonia donde también se daba la presencia de bandas de rock que en los noventa fueron muy importantes”. “Existen otros autores y personas que pueden ayudar a entender el desarrollo de la ciudad”, sugiere.
Hurí, Arte y Edición
Leonardo Lesci es docente y poeta. Natalia Guevara es periodista y locutora. Ambos llevan adelante el sello Hurí, Arte y Edición desde hace tres años. Al momento Hurí lleva editados siete libros-la mayor parte de ellos de poesías de autores colonienses-, pero, según adelanta Lesci, al finalizar el 2021 superará la decena de trabajos, a partir de la publicación de “novelas, relatos, poesías y otros géneros” que están en proceso de edición.
“Todo empezó con libros de poesía pero hemos incorporado otros géneros, a los cuales le estamos encontrando un lugar. A los diferentes proyectos de libros que han llegado hemos podido materializarlo con celeridad”, destaca Lesci. Y recuerda que en su experiencia de poeta “crecí publicando en antologías que terminaban concretándose a los 4 años”. “Queremos romper con esa cuestión que frena, que se hace burocrática. Nosotros queremos armar un proyecto y trazar un cronograma para que se materialice”, subraya.