En 2017, un muchacho carmelitano que se encontraba con su novio en una plaza de Carmelo fue objeto de un ataque homofóbico que incluyó agresiones físicas y verbales. Tras denunciar el hecho, el joven no logró el respaldo de ninguna institución local o departamental que lo asistiera y terminó estableciendo un contacto con el colectivo Ovejas Negras, en Montevideo.
Este evento “fue el detonante” para que Maxi Olaverry, militante político y politólogo que trabaja en la oficina del Ministerio de Desarrollo Social de Colonia, impulsara un encuentro a “compañeros de militancia LGBT y también a personas que tenían militancia política y participación a nivel institucional, para generar una coordinadora de la diversidad” a nivel departamental.
Esa reunión se realizó el 28 de junio de ese año, Día Internacional del Orgullo LGBT. Allí, entre otras cosas, se resolvió generar acciones para ganar visibilidad, recuerda Olaverry. En ese marco, se propuso realizar la primera Marcha de la Diversidad en Colonia del Sacramento.
“Se organizó una marcha desde el Barrio Histórico hasta el edificio de la Intendencia de Colonia, por General Flores. Muchos pensaban que estábamos locos, que no podríamos organizar semejante movida. Pero pudieron más las ganas de visibilizar y rápidamente en esos meses de trabajo logramos el apoyo para que Colonia Diversa existiera y para que la marcha fuera un éxito”, destaca Olaverry. Cada Marcha de la Diversidad que se ha organizado desde entonces “no sólo es una marcha reivindicativa de derechos, sino de celebración”, subraya.
Las marchas continuaron y también el creciente apoyo a Colonia Diversa, en diferentes niveles. “Ha habido mucho apoyo de las instituciones, de los colectivos, de las instituciones de la educación, de empresas, de organismos nacionales, de la Intendencia de Colonia y de los diferentes municipios”, señala.
En paralelo, Olaverry valora el crecimiento de la participación de Colonia Diversa en distintos ámbitos, tanto a nivel territorial como fuera de los límites departamentales. “Ha habido muchos cambios simbólicos desde entonces que marcan la presencia del colectivo Colonia Diversa”. Y destaca el rol que cumple esa organización en el seguimiento de personas trans adultas en la concreción de diferentes trámites que permiten la salvaguarda de sus derechos, así como de jóvenes que concurren a las instituciones educativas. “Apoyamos a cuatro personas trans que son menores de edad en coordinación con las instituciones. Tenemos un diálogo instalado con la educación y nos convocan para hacer un abordaje. Nuestro objetivo es que los chiquilines no interrumpan el trayecto educativo”.
Las buenas relaciones entre Colonia Diversa y la Administración Nacional de Educación Pública permitieron que ese organismo le concediera una vivienda de su propiedad para que instalara su primera sede. “En esta casa los compañeros tienen un lugar donde estudiar, tienen una computadora y espacio para reunirse. Tenemos casa propia y eso nos permite recibir visitas”, señala. Colonia Diversa también está en trámites para obtener la personería jurídica.
Todavía “falta mucho, debemos hacer acciones más focalizadas, construir una agenda de políticas más real”, aclara el activista. En esa línea, el año pasado el colectivo reclamó a la Intendencia de Colonia la creación de una Secretaría de la Diversidad, “que elabore políticas activas en salud, de empleo y becas para jóvenes de los diferentes colectivos”, una petición que no ha satisfecho hasta el momento.
Colonia Diversa recorrió el camino de “ser una coordinadora” a “ser un colectivo LGBT”, aunque “no es necesario ser LGBT para integrarlo, sino que cualquier persona puede hacerlo”. “El énfasis es la diversidad sexual y vamos trabajando otras interseccionalidades de las personas y estudiando otras temáticas como la discapacidad, la afrodescendencia”, que también atañen a las identidades de quienes participan en este colectivo.