El Centro Emmanuel, ubicado en Colonia Valdense, presentó hace unos días el proyecto “Validación de la herramienta de coinnovación para la transición hacia la agroecología en predios lecheros en el Uruguay”. Se trata de una iniciativa presentada por dicho centro productivo con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República (Udelar), financiada por la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE).
En diálogo con la diaria, la directora del Centro Emmanuel, la ingeniera Raquel Malán, valoró la concreción de este proyecto: “Es un anhelo de muchos años”. Relató que productores lecheros radicados en el sur del país presentaron al Centro Emmanuel “la demanda” de transitar del modelo tradicional a la agroecología.
“Son productores familiares, con predios medianos. Tenemos la responsabilidad de proponer un cambio, pero tenemos que ser muy conscientes de que las familias están viviendo en esos predios y que ellos, al igual que otras personas que trabajan allí, viven de los resultados que genera ese sistema productivo”, explicó.
El Centro Emmanuel llevará adelante esta experiencia junto al apoyo técnico de INIA, la Facultad de Agronomía de la Udelar y un equipo de antropólogos encabezado por Javier Taks.
El Centro Emmanuel: teología y producción
Bien al sur de la avenida Daniel Armand Ugón se encuentra el Centro Emmanuel, Centro de Capacitación, Formación Ecuménica y Promoción Ecológica. En un amplio terreno se erigen, elegantes y armónicos, diferentes edificios: un centro de reuniones, un alojamiento, oficinas administrativas y una capilla. Más lejos se encuentran invernáculos, tambo, dulcería y otros locales que dan cuenta de la existencia de un proyecto productivo.
El Centro Emmanuel es una organización ecuménica conformada por las iglesias Evangélica del Río de la Plata, Metodista del Uruguay y la Evangélica Valdense del Río de la Plata.
La ingeniera Raquel Malán es la directora de esa institución desde 2012, pero ingresó a ella en 2004 para trabajar en la parte de la promoción de vínculos del Centro Emmanuel con los centros educativos instalados en la zona. Malán explica que el desafío de esas organización es vincular dos áreas que antes se trabajaban por separado: la teología y la agroecología. "Nosotros queremos dar cuenta de que debemos cuidar la creación de Dios, que somos parte de ella y que en la diaria, en la producción, en generar comida, en vivir sanos, y todo eso está muy vinculado a nuestra creencia, a la parte teológica, por eso queríamos unir esas dos áreas. Desde 2016 estamos trabajando en ecoteología", apuntó.
Si bien el proyecto empezó formalmente a ejecutarse en estos días, tanto los productores como los equipos técnicos vienen trabajando desde hace tiempo con el Centro Emmanuel.
El nombre de la propuesta incluye el término “coinnovación”, que implica “saber qué es lo que el productor quiere cambiar, qué es lo que realmente quiere hacer”, explicó Malán. Y relató que “hemos hecho varias reuniones de grupos, y la mayoría de los productores quiere reducir el uso de agroquímicos -agrotóxicos- en sus predios, no solamente el uso de insecticidas, fungicidas, herbicidas, sino también de fertilizantes y los productos sanitarios para los animales, porque en este momento están utilizando algunos elementos que ellos saben que no son buenos”.
Los productores “son conscientes de que eso no es lo ideal y saben que en este momento los sistemas que utilizan están acostumbrados a esas prácticas”, por lo cual “tenemos que ver cómo hacer las transformaciones” que los encaminen al modelo agroecológico, añadió.
Camino a la agroecología
Malán enumeró las fases del proyecto que técnicos y productores llevarán adelante: caracterización de los establecimientos, diagnóstico y, finalmente, rediseño de los sistemas productivos rumbo a la utilización del modelo agroecológico.
La metodología de trabajo elegida plantea que cada predio “es un sistema aparte, que tiene ingresos de insumos y salidas de productos, que no son sistemas cerrados”, y “lo que tratamos de hacer es caracterizar a cada uno de esos sistemas, lo cual llevará unos meses porque habrá que recolectar muchos datos y muestras, porque son muchas puntas para conocer”. Finalizada la caracterización de cada predio vendrá la fase de diagnóstico, en que “se discutirá con los productores cuáles son los puntos más débiles”.
Malán explicó que algunos productores “ya han identificado algunos problemas y dicen: 'El suelo ya no me responde'”. En ese sentido, la especialista recordó que “en agroecología mantener el suelo vivo es la base, y somos conscientes de que, además de las razones de salud para las personas, los agroquímicos matan los microorganismos vivos y eso va matando paulatinamente al suelo, porque cuando se usa todo el paquete de agroquímicos se pasa de un suelo vivo a un suelo cada vez más muerto. Y eso hace que no se produzcan plantas buenas ni animales sanos, es todo una cadena”.
La agroecología “marcha bien”
Ismael Perrachón es productor agropecuario. También es edil del Frente Amplio, y en esa condición hace un par de meses presentó una iniciativa para limitar el uso de agroquímicos cerca de las viviendas rurales.
Perrachón, que forma parte del grupo de productores asesorado por el Centro Emmanuel, explicó que el modelo agroecológico “es más tranquilo, porque tenés menos costos y también menos riesgos, porque tenemos menos exposición a los productos químicos”.
La transición de un modelo sustentado en el uso de agroquímicos a uno agroecológico “la realizamos con mucho cuidado y logramos que el margen de ganancia se mantuviera bajando la producción y los costos”.
Perrachón sostiene que detrás de las elecciones de los métodos de producción aparece “un tema filosófico”. “Yo no estoy de acuerdo con los técnicos argentinos que apuntan a la máxima rentabilidad, sobre todo a partir de los cultivos de cobertura, alternando soja, centeno, trigo. Yo sé que no llegaría a las rentabilidades de punta”.
“Yo hago la cuenta al revés: pienso cuánto preciso para vivir y pienso si el sistema me lo puede dar. Otros piensan en sacar la máxima rentabilidad y logran sacar, libre, tres o cuatro veces más que yo”, concluyó.
Tras el diagnóstico llegará la etapa del rediseño de los sistemas utilizados en cada uno de los predios. “Se propone un rediseño que apunta hacia la agroecología, para bajar el uso de agroquímicos, porque apuntamos a mejorar la vida del sistema y a partir de eso se subsanarán algunas cosas del sistema”.
En este caso, la ANDE financia “la generación de una herramienta que servirá a otros productores del país, porque se trata de una forma de encarar el predio”, destacó.
La directora del Centro Emmanuel resaltó que el modelo agroecológico no comulga con el precepto de lograr la mayor rentabilidad de los predios, sino que apuesta a conservar la biodiversidad y el buen estado de los suelos. “Los productores agroecológicos también quieren vivir bien, acceder a las comodidades básicas, pero la idea primaria no es tener más plata, sino vivir más sano y mejor”.
Según Malán, “el planeta ya no aguanta mucho más el modelo de sacar y sacar y la agroecología apunta a ver qué podemos sacar de cada sistema, sin pedirle más de lo que puede dar, porque la utilización de los agroquímicos genera un círculo vicioso”. La agroecología “es un proceso más largo, que apunta a la mejora del suelo, a respetar la biodiversidad y a permitir mejorar el sistema”.
Seminario Agroecológico: Producción sana, suelo sano.
Los viernes 9 y 16 de abril se llevará a cabo el seminario virtual “Producción sana, suelo sano”, organizado por el Centro Emmanuel.
El encuentro contará con la participación de los especialistas Andrés Beretta, Carolina Leoni, Jorge Charbonnier, Eduardo Cerdá, Adriana Montañez, Gabriela Jorge, Fabiana Pezzani, Natalia Bajsa, Ismael Perrachó, Maximiliano Pollak, Carlo Bounous.
Informes e inscripciones: [email protected]; teléfono: 091 764 797. Costo: $ 400 / Integrantes de la Red de Agroecología: $200
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