El docente e investigador coloniense Roger Geymonat ha publicado numerosos trabajos sobre historia de los fenómenos religiosos en Uruguay, entre ellos: “El templo y la escuela. Los valdenses en el Río de la Plata” por la editorial Planeta y, en coautoría “La secularización uruguaya” (Taurus), “El Uruguay laico” (Taurus), “Los uruguayos del Centenario” (Taurus) y “Las religiones en Uruguay” (La Gotera).
Hace unos días acaba de publicar “Iglesia, Estado y Sociedad en el Uruguay contemporáneo (1960-2010)”, publicado por Ediciones de la Banda Oriental. En este trabajo Geymonat aborda el desarrollo de los fenómenos religiosos en un período histórico que incluye etapas como la última dictadura militar.
El autor dividió este trabajo en tres capítulos bien definidos, que se detienen, primero, en la definición de “lo religioso”, en el análisis de diferentes procesos desarrollados en esa media centuria y en “los tiempos recientes” que se inauguran tras la recuperación democrática.
La investigación también recoge las miradas de diversos autores que aportan definiciones de la religión, tal como lo destacó Geymonat en la presentación realizada vía Zoom la pasada semana desde Colonia Valdense. “Este libro es producto de muchos años de investigación -más de 30- y de alguna manera resume mi intención de definir qué es la religión; también realizo un análisis de los procesos, que incluyen la secularización, la renovación, la dictadura y el proceso posterior”, detalló el autor en esa instancia.
Iglesias y dictadura
En “Iglesia, Estado y sociedad en el Uruguay contemporáneo” Geymonat señala que si el proceso de secularización “puede ser visualizado como una pugna entre dos organismos, el Estado y la Iglesia, por el control del espacio público”, esa confrontación “parece revivir en el período dictatorial”. No obstante, en la dictadura, “los extremos son mucho mayores: se busca privatizar no solo la vida religiosa, sino la vida política, social y cultural”. “Las fuerzas de las armas se impone sobre la razón, y no hubo órbita de la vida de los uruguayos (....) en las cuales el régimen no se haya inmiscuido y sembrado el terror”, resalta.
Bajo ese marco, Geymonat analiza el control y persecución que hizo la dictadura del accionar de religiosos vinculados a las iglesias católica y protestantes, fundamentalmente, a quienes consideraban “que formaban parte del bando opuesto, parte de ese espacio difuso llamado el 'enemigo', que por lo tanto debían ser vigilados y controlados, tanto institucional como personalmente”.
Además de efectuar una interpretación de esos procesos en el período citado, Geymonat propone algunas tareas a realizar en el futuro no muy lejano en este campo de estudios e insta a la academia a profundizar el análisis de “lo religioso” en Uruguay a partir de la creación de una suerte de instituto multidisciplinario.
En definitiva, el autor invita a salir de la trampa interpuesta por “concepciones políticas filosóficas dominantes” en los siglos XIX y XX que observaban “de modo despectivo” los eventos religiosos y que llevaron a sostener -secularización mediante- el supuesto carácter “irreligioso” de “la sociedad uruguaya”.