El departamento de Colonia se ha transformado en un destino turístico que trasciende la temporada estival, especialmente en su capital, Colonia del Sacramento, que, tras las restricciones impuestas por la pandemia, ha vuelto a recibir a turistas de diferentes partes del mundo. La mayoría de los extranjeros que llegan a esa localidad provienen de la vecina Buenos Aires y se quedan un margen de tiempo bastante acotado, algo que intentan revertir autoridades y operadores turísticos locales.

No obstante, ese departamento también tiene un público estival, mayoritariamente uruguayo, que prefiere descansar en los balnearios con costas sobre el Río de la Plata, especialmente. Los balnearios más reconocidos son Fomento, Britópolis y Los Pinos en la zona este; Artilleros y Santa Ana en el centro-sur, y Punta Gorda y Zagarzazú, entre Carmelo y Nueva Palmira, al oeste.

Como ocurre en el resto de la costa uruguaya, la mayor ocupación de esos balnearios en la temporada estival que acaba de concluir se registró en enero.

En Santa Ana la ocupación en enero “llegó al cien por ciento en los primeros diez días del mes, mientras que los restantes días descendió un poco, pero fue un mes muy bueno”, relató a la diaria Paola Bermúdez, propietaria de Inmobiliaria Santa Ana. Una situación similar se registró en la cadena de playas ubicada en el este del territorio coloniense. “Ya desde los últimos días de diciembre y enero la ocupación fue muy buena, a tope, en la cadena de playas de Fomento y los balnearios cercanos”, comentó Pablo Pou, de Inmobiliaria Fomento, a la diaria.

La situación cambió en febrero. “Ese mes fue bajísima la ocupación, salvo en los días de Carnaval”, explicó Bermúdez. En la zona de Fomento la ocupación también bajó en relación al mes anterior -llegó a 40%-, “pero la pudimos compensar con los días buenos de diciembre”, dijo Pou, y relató que “en los días pico de enero” hubo cerca de 30.000 personas en esa zona.

Los precios de alquileres en la zona de Fomento “arrancan” a partir de los 1.500 pesos diarios para las viviendas más pequeñas y pueden llegar hasta 3.000 pesos diarios las casas completas, comentó Pou, mientras que en Santa Ana oscilaron entre 65 y 100 dólares diarios, indicó Bermúdez.

En ambos puntos del territorio coloniense, la “amplísima” mayoría de quienes alquilaron viviendas en la temporada estival fueron uruguayos.

Tanto Santa Ana como los balnearios de la denominada Costa del Inmigrante viven una tendencia similar: cada vez más gente elige vivir allí de modo permanente tras el inicio de la pandemia de covid-19. En Santa Ana viven cerca de un millar de personas, mientras que cerca de 3.000 lo hacen en Fomento y balnearios vecinos.