El pasado fin de semana se realizó en Maldonado el Campeonato Nacional Apertura de Judo Copa Punta del Este, organizado por la Federación Uruguaya de Judo. El primer puesto fue para el Club Terra Judo de Montevideo y Mercedes; la segunda posición la logró el Club San Vicente del Chuy, y en tercer lugar se ubicó el Club Uruguay de Juan Lacaze. Los buenos resultados alcanzados por esta institución no son fruto de la casualidad; desde hace más de 20 años cumple un papel destacado en esta disciplina.
El pionero del judo en tierras sabaleras fue el Club Cyssa, que en la década de 1970 brindaba clases a niños, dictadas por profesores que se trasladaban cada semana desde Montevideo. En aquella época, el contagio positivo se dio en otras localidades, y tanto el Club Colonia Rowing de Colonia del Sacramento como el Club Artesano de Nueva Helvecia también iniciaron los entrenamientos del arte marcial, logrando realizar torneos departamentales con gran asistencia de competidores.
Nicolás Rostán practica esta disciplina desde hace casi 40 años. Arrancó a los ocho años, no sin antes probar suerte en el fútbol. “Mis viejos me llevaron al Club Atlético Reformers, pero rápidamente se dieron cuenta de que no era lo mío”, dijo en diálogo con la diaria.
A fines de la década de 1990, en el primer piso del Club Uruguay se instaló un dojo, lugar donde se realizan las actividades y entrenamiento de los judokas. Hoy concurren unas 50 personas a practicar, y la cifra va en aumento. Rostán es el único profesor de esa institución certificado por la Federación Uruguaya de Judo, pero desde hace algunos años ya no participa en ninguna lucha de modo oficial, ya que “dando clases es complicado entrenar como para competir”.
En la actualidad, el judo es el único deporte que desarrolla este club, aunque antes contaba con patín, ciclismo, bochas y pesca, entre otras actividades. “Comenzamos la actividad de judo con una escuelita a partir de los cinco años, donde asisten 15 niñas y niños”, dijo Rostán.
Renzo Chevalier es el encargado de dar clase a los más chiquitos, lo que resulta “muy importante, porque al llegar a la categoría menores, que es a partir de los siete años, ya vienen con un montón de aprendizaje encima”, explicó Rostán. “El respeto, el silencio, la concentración, la respiración y las técnicas de caída son algunas de las cosas que se enseñan en la escuelita, y los niños lo implementan de manera extraordinaria”, agregó.
“La competencia oficial no es obligatoria”, aseguró el profesor, dado que algunos participantes realizan las actividades “por gusto, entrenamiento o ejercicio físico”.
El Club Uruguay brinda exhibiciones y clases en distintos puntos de la ciudad cada cierto tiempo, a modo de “mostrar las actividades y los entrenamientos que realizamos hace más de 20 años en el club”. Es increíble, pero “hay mucha gente que no sabe que seguimos practicando este deporte”, reflexionó Rostán.
La vigencia del judo en Juan Lacaze se logra gracias “al trabajo diario de los deportistas y las familias”, algo que “debemos mantener para seguir creciendo”. “Si cada uno pone un granito de arena, seguiremos avanzando como viene sucediendo desde hace muchos años”, concluyó.