Hace casi dos años, en julio de 2023, la planta frigorífica de la empresa Rondatel, instalada en Rosario, cerró sus puertas debido a las cuantiosas deudas que mantenía con sus proveedores y dejó a más de 250 personas sin empleo. Igual situación se dio en ese momento con el frigorífico Lorsinal, de Canelones, que pertenece al mismo grupo empresarial (Sundiro) de origen chino.

Desde que ambas empresas se encuentran cerradas, el grupo empresarial chino hizo gestiones para hacer frente a las deudas contraídas, que totalizan unos diez millones de dólares, y logró un acuerdo con los acreedores privados para lograr una reducción.

Asimismo, la empresa expresó la intención de reabrir ambas plantas industriales, una vez que logre ponerse al día con varios organismos públicos y entidades financieras a las cuales también les adeuda. En ese sentido, esta semana representantes de Sundiro se reunieron con autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) y reiteraron la intención de retomar la faena de animales, tal como lo expresaron previamente a la dirigencia de la Federación de Obreros de la Industria Cárnica (Foica).

En efecto, según explicó el presidente de esa organización sindical a la diaria, en ambas reuniones Sundiro presentó “un cronograma de pagos y un plan de trabajo” tendiente a lograr la reapertura de las plantas ubicadas en Colonia y Canelones. Ese cronograma está compuesto de varios pasos que deberán ser cumplidos por parte de la firma china: “terminar con el pago a los acreedores privados” y “saldar las cuentas con el Banco de Previsión Social, la Dirección General Impositiva, el MTSS, el Banco de Seguros del Estado, y otros entes bancarios”.

Una vez cumplidas esas obligaciones “imprescindibles para que las personas puedan volver a los lugares de trabajo”, “entraría la tercera fase, que es un diagnóstico de mantenimiento de las plantas y [su] reactivación”, que la empresa apunta a concretar en el segundo semestre de este año. “En esa fase se pondrían en condiciones las máquinas como para empezar a trabajar, pero no se sabe de qué manera se haría”, advirtió Cardozo, y agregó que, de acuerdo a ese plan, “en julio de 2026 ambas plantas estarían completamente activas”. Ese proceso debería estar acompañado “por inyecciones financieras por parte de la empresa”, comentó el dirigente sindical, que tiene “una mirada, lamentablemente, un poco pesimista sobre esta situación, pero con el deseo de que se cumpla lo que ha anunciado la empresa”. “Si uno va al historial de esta empresa, vemos que no ha cumplido nada de lo que ha planteado. Y eso es lo que más nos preocupa”, expresó Cardozo.