Las trazas de corrupción en algunas actuaciones se hacen inocultables, la opacidad en la gestión se ha instalado y la participación ciudadana se ha bastardeado.
Sin datos confiables ni hechos oportunamente detectados y denunciados, el país seguirá oficiando como territorio de origen, tránsito y destino de trata con fines de explotación sexual.
El gobierno aprueba normas o adopta decisiones de asignación de recursos que favorecen intereses de empresas privadas sin considerar el interés público.