¿La verdadera renovación no será aquella que entienda y busque alguna salida a problemas estructurales, más que el decoro de sólo sentirse parte de un recambio que puede ser más de lo mismo?
Promover la escucha atenta y real parece ser una buena señal para despejar el ruido y poder ver con mayor claridad demandas que no son fantasiosas: sólo la búsqueda de vivir un poco mejor.
En la vida en general y en el año entrante en particular, deberíamos permitirnos con mayor efervescencia las discrepancias que nos van formando, perder un poco más el miedo a las discusiones.