No vale todo, el Mundial de Qatar no es una fiesta. No se puede celebrar alegremente sobre la sangre de miles de trabajadores como si se tratara de vidas descartables.
Las reflexiones que se presentan a continuación fueron motivadas por la divulgación de la realización de una película que recoge escenas de un campamento destinado al entrenamiento deportivo. El deporte no es, a priori, bueno o malo, no se lo puede juzgar con categorías morales. Ésta es una de las mayores debilidades de su pedagogización y uno de los grandes olvidos de fundamentalistas y promotores del alto rendimiento.