Numerosas investigaciones han constatado los efectos negativos que tiene alimentarse viendo las pantallas, así como las alteraciones en el sueño y en la capacidad para concentrarse y reanudar la actividad laboral.
En este tiempo de pandemia, la enfermedad por coronavirus ha truncado estos procesos, impidiendo los abrazos, las caricias, la posibilidad de sostener la mano de ese ser querido que está por partir.
En estos tiempos inciertos debemos desplegar nuestras fortalezas, nuestros recursos personales y generar redes de solidaridad, promoviendo el autocuidado colectivo y la contención.