Desde hace tres décadas persiste en Chile el reclamo de que se redacte una nueva Constitución para dejar atrás la actual, creada durante la dictadura de Augusto Pinochet.

El acuerdo político para convocar un plebiscito al respecto fue lo que redujo la tensión el año pasado, cuando las protestas sociales generalizadas contra la desigualdad, la falta de acceso a la salud y la política económica del gobierno se extendieron por todo Chile.

La primera etapa para la elaboración de una nueva constitución es esa consulta ciudadana: la población debe votar si quiere una nueva constitución y si para elaborarla se debe instalar una Asamblea Constitucional. Esta votación había sido fijada para el lunes 27 de abril. Sin embargo, debió posponerse debido a la emergencia sanitaria que causó la epidemia de covid-19, y se estableció una nueva fecha, el 25 de octubre. Pero en los últimos días, el gobierno que encabeza el presidente Sebastián Piñera dejó abierta la posibilidad de volver a postergar la votación, y con ella, el proceso de cambio constitucional.

El fin de semana, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, afirmó, en una entrevista con el diario La Tercera, que hay que “evaluar” la fecha y “conversar republicanamente” al respecto, según la evolución que tenga la epidemia. Para Blumel, tiene “sentido racionalizar el cronograma electoral” porque es probable que esta situación se extienda “por lo menos por este año y parte del próximo”.

En otra entrevista, con CNN, Piñera manifestó que aunque no se estaba discutiendo la fecha del plebiscito, era posible hacerlo. “Yo pienso –estamos especulando– que quizás la recesión económica va a ser tan grande y va a poner tantos desafíos a todos los países, incluyendo a Chile, [que] es un tema que quizás se va a volver a discutir”, dijo.

Al día siguiente, el lunes, se sumó a estas dudas una declaración del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien afirmó que la fecha va a depender “enormemente de las circunstancias epidemiológicas en ese momento y, sobre todo, de cuál sea la percepción de la gente respecto de la pandemia”. Agregó que la decisión al respecto se debe tomar “a más tardar en un mes”, porque “después se gatilla el proceso de propaganda e información”.

Una postergación podría alterar todo el calendario del proceso.

Cuando se pospuso la votación para el 25 de octubre, también se estableció que las elecciones municipales, previstas para esa fecha, se postergarían para el 4 de abril de 2021, y ese día –si así se decidiera en el plebiscito– se elegiría también a los integrantes de una Asamblea Constituyente.

Los dichos de los ministros y del presidente, integrantes de una coalición de gobierno que reúne a los sectores políticos más reacios a cambiar la Constitución, reactivaron el lunes las manifestaciones populares, que volvieron a tener como centro la plaza Italia, en Santiago. A pesar de la epidemia y de que están prohibidas las reuniones de más de 50 personas, un centenar de manifestantes se sumó en ese lugar, y otras decenas se congregaron en otros puntos de Chile, respetando distancias y normas sanitarias, según dijeron a la prensa sus participantes.

Si bien en Chile no hay cuarentena obligatoria (se aplican medidas de ese tipo por ciudades o barrios, cuando se detectan casos de covid-19), sí rige un estado de excepción, con toque de queda a partir de las 22.00. Las fronteras están cerradas y las clases, suspendidas, al igual que parte de la actividad comercial. Los casos de coronavirus detectados en el país son 13.813, y desde que comenzó la pandemia 198 personas murieron por covid-19.

Violencia y Carabineros

Las movilizaciones de la noche del lunes terminaron con 60 detenidos. “Se les comunicó que estaban contraviniendo la norma, hicieron caso omiso y se procedió a la detención y al despeje de esa manifestación”, dijo en una conferencia de prensa Raúl Solís, coronel de Carabineros.

Dos integrantes de esa Policía militarizada son investigados por lo que ocurrió en un barrio de Santiago, La Florida, donde los manifestantes fueron atacados por personas armadas y diez de ellos fueron heridos y trasladados al hospital.

Los sospechosos son dos carabineros que no estaban de servicio y que habían salido a tomar alcohol, según las autoridades. El general de Carabineros Enrique Bassaletti dijo que “hasta ahora” lo que se sabe es que estaban “fuera de toda norma, consumiendo alcohol, infringiendo el toque de queda después”, y agregó: “Queremos enfatizar en que el hecho no tiene nada que ver con un hecho institucional, sino que obedece a responsabilidades personales de funcionarios que se han apartado de los cánones institucionales”.

Con o sin demora

Dirigentes de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente, uno de los principales socios de la coalición de gobierno de Piñera, argumentaron que con la crisis desatada por el coronavirus cambiaron las prioridades, que ya nadie piensa en la reforma constitucional y que no se deben gastar recursos en el plebiscito.

Pero ni siquiera en el oficialismo están todos de acuerdo con este tipo de discurso. Como varios otros dirigentes, Manuel José Ossandón, un senador de Renovación Nacional, el partido de Piñera, consideró que lo que debe hacer el gobierno es “garantizar que los procesos electorales se cumplan” y trabajar para minimizar las posibilidades de contagio. Con él coincidió Heraldo Muñoz, presidente del opositor Partido por la Democracia, que llamó a hacer el plebiscito con “distancia social, mascarillas y alcohol en gel en las mesas de votación”.

Otro dirigente opositor, Fuad Chahín, de la Democracia Cristiana, dijo que le parece “bien extraño que el gobierno quiera que los alumnos vuelvan a clases en mayo, que se reabran los centros comerciales, que vuelvan los funcionarios públicos al trabajo, y que esté pensando en postergar un plebiscito que se va a realizar a fines de octubre”. Varios dirigentes de la oposición cuestionan la anticipación con que el gobierno prevé la necesidad de cambiar de fecha, y, por otra parte, rechazan el argumento de que una crisis económica impida la votación pese a que no lo ha hecho en otros casos.

La presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, que abogó por posponer la fecha prevista para abril, dijo a La Tercera que “las elecciones y el plebiscito deben estar abiertos a modificaciones según el desarrollo de la pandemia”, pero consideró, al igual que Chahín, que “es difícil explicar cómo se puede concurrir a un centro comercial pero no votar”. En su opinión, el gobierno debe trabajar para “un plebiscito seguro, que cuente con todas las medidas necesarias para materializarlo en octubre”.

La oposición también ha argumentado que se debe respetar el cronograma aprobado por el Parlamento para el proceso constituyente. El lunes, organizaciones sociales y centros de estudio que representan a sectores de la oposición, tanto del Frente Amplio como de los partidos que integran la alianza llamada Nueva Mayoría, mantuvieron un encuentro virtual para coordinar posiciones y trabajar para que el plebiscito sea posible.

Felipe Harboe, del Partido por la Democracia, opinó que sería “una irresponsabilidad” volver a cambiar la fecha ahora. Según informó el medio digital El Mostrador, Harboe afirmó también: “Soy un convencido de que si no hubiéramos tenido un acuerdo político, el gobierno de Sebastián Piñera hubiera caído el año pasado”.