Alrededor de un millón de neozelandeses vuelven a sus trabajos hoy, luego de que el gobierno del país que encabeza la primera ministra Jacinda Ardern anunciara la flexibilización de muchas medidas de combate a la expansión de la covid-19 que rigieron desde comienzos de marzo.

Con números de contagios de un solo dígito durante siete días –y sólo uno este domingo–, Ardern, en una conferencia de prensa, anunció que el virus fue “actualmente eliminado” del país. La directora general de Salud, Ashley Bloomfield, dijo que esto no significa que no haya más casos de covid-19 en el país, sino que las autoridades sanitarias saben de dónde pueden venir todos los casos nuevos.

De todas maneras, de acuerdo con lo que consignaron medios internacionales, tanto la mandataria laborista de 39 años de edad como importantes funcionarios de su gobierno advirtieron a la población contra la relajación total de las medidas de precaución necesarias, asegurando que este importantísimo paso dado por Nueva Zelanda no significa el final total de nuevos casos de la enfermedad en el territorio.

La tasa de transmisión de Nueva Zelanda (la cantidad de personas a las que cada persona infectada puede transmitir el virus) ahora era inferior a 0,4, en comparación con la tasa de transmisión promedio en el resto del mundo, de 2,5, según informó el diario inglés The Guardian.

Ardern dijo que Nueva Zelanda “evitó lo peor” de la pandemia, y por ello se decidió avanzar una fase más dentro del programa de rehabilitación de actividades programado por el Ejecutivo. El país levantó la pasada madrugada el denominado bloqueo de nivel 4, que estuvo en vigor durante algo más de cuatro semanas.

Este paquete de disposiciones restrictivas determinó que casi la totalidad de los comercios, salvo aquellos esenciales, permanecieran cerrados, al igual que todas las instituciones educativas. En esta fase, el gobierno le pidió a la población que actuara responsablemente y que se quedara en sus casas la mayor cantidad de tiempo posible, salvo para ir a realizar compras o a hacer ejercicio por un período corto de tiempo.

En este nuevo nivel que comenzó a regir hoy, los comercios minoristas, servicios de atención médica y actividades educativas no esenciales, restaurantes y escuelas podrán reabrir, pero no en forma total.

Las escuelas volverán a recibir a niños de hasta diez años que no puedan estudiar en sus casas o cuyos padres tengan que volver a sus labores. Los trabajadores también podrán, a partir de esta nueva etapa, volver a realizar sus tareas en sus sitios de trabajo habituales, siempre y cuando estos tengan un plan de control de propagación de la pandemia, con medidas sanitarias de seguridad y distanciamiento físico.

“Estamos abriendo la economía, pero no estamos abriendo la vida social de las personas”, dijo Ardern, y remarcó que las personas deben abstenerse de realizar encuentros entre lo que denominó “burbujas” familiares expandidas. En ese sentido, tanto la primera ministra como las principales autoridades sanitarias de la nación insular oceánica, en la que viven algo menos de cinco millones de habitantes, pidieron a la población que siga estando la mayor parte del tiempo dentro de sus hogares y que evite dentro de lo posible las interacciones sociales.