Cuando se cumplía el Bicentenario de Uruguay, Manuel Martínez Carril ‒en el aquel entonces director honorífico de Cinemateca Uruguaya‒ publicó el artículo “Paradojas y contradicciones de la curiosa historia de la filmografía uruguaya”. Era el momento de hacer valoraciones sobre el país y Martínez Carril contribuyó a la historia del cine en Uruguay, sin dejar de interrogarse sobre esa historia y sus lagunas. En su nota remarca las lagunas derivadas de la desaparición de obras o su imposibilidad de difundirse por falta de conservación, y hay múltiples referencias a varias películas cuyos motivos de desaparición son diversos. Desde la acción de “un marido indignado que hizo destruir todas las copias de una película que él creía pecaminosa” (Pervanche, de 1920), hasta “la autodestrucción química, desidia, mala conservación de los materiales y falta de recursos para trabajos de restauración”, pasando por “las pérdidas ocurridas en los últimos años, en particular desde que el Instituto del Cine y el Audiovisual tiene responsabilidad (que no asume) en el tema”. Conocedor y testigo como pocos, Martínez Carril señala varias películas desaparecidas (esperemos que por el momento) y también reclama, con pesar, que la gente no se haya enterado de que “entre los años 1950 y comienzos de 1970 en Uruguay se hizo un cine creativo, en formatos precarios de 16 mm con sonido magnético, a veces con propósitos militantes, casi siempre con búsquedas expresivas”.

Y nombra a sus autores: Miguel Castro, Enrique Amorim, Alberto Mántaras Rogé, Alberto Miller, Juan José Gascue, Roberto Gardiol, Eugenio Hintz, Ildefonso Beceiro, Juan Carlos Rodríguez Castro, quienes “debieran ser recordados y su obra conocida, algo más bien imposible en un país donde se ha perdido y se sigue perdiendo todo el cine que alguna vez se hizo, incluso el más reciente (El dirigible [1994], A los ganadores no se les pone condiciones [1984], etcétera) y donde la memoria cinematográfica hoy por hoy casi no existe”.

La mayoría de los autores a los que hace referencia Martínez Carril produjeron en material fílmico y en sus diferentes variantes (16mm, sonoro, silente, monocromo, color, cinemascope), y algunas de esas obras estarían en condiciones de proyectarse previo acondicionamiento. En el caso de otras sería imposible por su estado de conservación e, incluso, algunas podrían proyectarse de manera irregular al no contarse con el equipamiento adecuado. Es muy probable que la multiplicidad de formatos sea consecuencia de las características de producción amateur, pero los métodos de producción aficionados y de múltiples características no tienen por qué desmerecer la obra en sí. Simplemente es necesario identificar sus condiciones de producción y proyección particulares para poder volver a visionarlas.

Sin duda, ver un video resultado de una digitalización no es lo mismo que ver la proyección de un fílmico, incluso en condiciones ideales de sala y proyección: se trata de una nueva forma de ver. Sin embargo, vale la pena volver al señalamiento de Martínez Carril realizado hace más de una década y tomar en cuenta que hoy tenemos la oportunidad de ver algunas obras de estos autores. Tal vez no sean las que Martínez Carril quisiera que viéramos, pero hay bastante material en línea para acercarnos a esos dos autores.

Cine de autor en línea

Comencemos con el escritor y ensayista Enrique Amorim, tal vez no tan conocido como realizador. De él se puede ver Recuerdos (1926-1938), una sucesión de fragmentos con imágenes de escritores y artistas del siglo XX, en dos digitalizaciones diferentes: un telecine realizado en el Laboratorio de Preservación Audiovisual de la Universidad de la República en febrero de 2015, y una digitalización restaurada por CulturArts del Instituto Valencia de Cultura, en 2004. De Alberto Mántaras Rogé podemos ver su Oda al mar (1956), de poco más de ocho minutos de duración; mucho menos que Recuerdos, de Amorin. Pero entre ambas ya tenemos una hora de cine de autores recomendados por Martínez Carril.

De Juan José Gascue hay cuatro obras online: Hay un héroe en la azotea (1953), Carnaval en Montevideo (1957), Ensayo (1958) y Puerto (1960); entre todas, otra hora más de cine de autor de de los años 50.

A Alberto Miller nos podemos acercar viendo La diligencia. Animación del monumento realizado por el escultor José Belloni; sí, una animación de 1956, realizada en 16mm con fotografía y montaje de Miller y música compuesta y ejecutada por Juan Carlos Briozzo; o Cantegriles (1958), en la que colaboraron Andrés Castillo, Nelson Minello, Enrique Almada, Alfredo Castro, Mario Handler y José Wainer. De Juan Carlos Rodríguez Castro se encuentra disponible la animación La multa (1967), y de Miguel Castro es posible ver Computación en la Universidad (c.1970), dirigida junto con Mario Handler.

Ildefonso Beceiro, Miguel Castro, Roberto Gardiol y Eugenio Hintz trabajaron en el Instituto de Cinematografía de la Universidad de la República (ICUR), y allí, en conjunto o por separado, produjeron varias obras. Ildefonso Beceiro y Roberto Gardiol participaron en Semana de la primavera (1958); y Gardiol, además, dirigió A bordo del Ancap IV y José Belloni, escultor uruguayo (1957), junto con Eugenio Hintz. Hintz también dirigió Misión femenina (1950, junto con Carlos Bayarres); y Gardiol y Hintz también realizaron Arte prehispánico en 1960.

La mayoría de los autores sobre los cuales Martínez Carril reclamaba atención produjeron mucho más de lo aquí reseñado, y probablemente existan más films en línea para ver. Pero lo cierto es que ya sea por interés institucional (en el caso de la Udelar con el ICUR), educativo (muchos de los films se digitalizan por interés de profesores e investigadores), o comercial (realizadores que requieren imágenes), en los últimos años se ha avanzado en la preservación y puesta en circulación de films uruguayos de los años 50, 60 y 70. Pero aún faltan muchos. Claro que esto sólo es posible si los archivos dedican tiempo y esfuerzo a conservar las versiones fílmicas y luego las versiones digitales. No sea cosa que también perdamos las digitales.

Dónde verlas y saber más

Cuando no se trata de las familias o albaceas de algunos autores que han depositado en custodia sus obras en Cinemateca Uruguaya o en el Archivo General de la Universidad, la mayoría de las digitalizaciones fueron hechas de copias propias de las instituciones. En algunas ocasiones se trata de trailers, pero en el caso de las obras de ICUR es posible solicitar la obra completa. Más datos y detalles sobre los autores y sus obras se pueden encontrar en archivosdocumentales.udelar.edu.uy o cinedata.uy.