El matemático y coordinador del área de Modelos y Ciencia de Datos del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Fernando Paganini, sostuvo en En perspectiva de Radiomundo que la pandemia de coronavirus en Uruguay pasó de una fase de crecimiento exponencial a una de crecimiento subexponencial o lineal, lo que significa que la cifra de casos nuevos no se duplica cada una tasa fija de tiempo, como sucedía en diciembre.
El científico señaló que en la actualidad el promedio semanal es de 800 casos diarios y que un objetivo deseable es llegar a 200 casos por día, lo que llevaría a un control mayor de la situación y a una mejor operatividad del sistema de rastreo.
Aunque el promedio semanal en los últimos días se ubicó en 800 casos nuevos diarios, “todavía no estamos seguros de que no pueda seguir subiendo”, advirtió Paganini, por lo que “rigurosamente no podemos decir que se haya llegado al pico”. Según las estimaciones del GACH, a fines de enero se podría llegar a un promedio semanal de 1.000 casos diarios, “pero también es posible que se quede en 800”. “Hace una semana parecía que íbamos para ahí, pero en los últimos días está más frenado” el aumento, indicó. “El tema es si [el crecimiento] es lineal o todavía tiene un poquito de fuerza para crecer”, agregó.
“Nuestra aspiración como grupo de datos es que, para sentirnos con control de la epidemia, haya una bajada en la cifra, y nos pusimos como meta volver a 200 [casos] por día, la zona amarilla de Harvard”, explicó Paganini. En ese nivel, el sistema de rastreo “vuelve a ser muy operativo”, indicó, pero un “escalón intermedio” sería “salir de la zona roja en todo el país, sobre todo porque con el retorno de la actividad va a haber presiones al alza”.
Paganini explicó que en este momento es difícil hacer proyecciones porque no hay una tendencia “firme” como había en diciembre, debido a varios cambios en las condiciones; por ejemplo, “la gente está volviendo de sus licencias, la actividad se está retomando, las escuelas van a retomar las clases en un mes”, señaló.
No obstante, destacó que hay una variable “bastante clara” que muestra un “freno en el crecimiento en la última semana”, que son los casos graves, que “obviamente no se escapan” de los registros, así como el índice de fallecimientos, que se mantiene en 1%. “Ambos números muestran cierta estabilización en las últimas semanas. Eso nos da cierta tranquilidad de que esta ola, en este momento [y] con las condiciones actuales, no está creciendo”, aunque sí “preocupan las condiciones que puedan cambiar”, manifestó.
El matemático resaltó con optimismo la incorporación del test de antígenos en el sistema sanitario, y consideró que “se tiene que desplegar más” su aplicación, porque pese a tener “un poco menos de precisión que el PCR”, es “mucho más rápido e incluso más económico”. “Si se puede masificar eso, nos daría una medición mucho más fina de lo que está pasando”, opinó. Asimismo, señaló que “daría más tranquilidad” bajar el porcentaje de positividad, que actualmente está en 11%, a 4% o, por lo menos, “a un valor intermedio de 7,5%”, lo cual “requiere más testeos”.
Consultado sobre el relacionamiento del GACH con el gobierno nacional y el acatamiento del Poder Ejecutivo a las recomendaciones del grupo, Paganini afirmó que “el GACH no tiene condiciones ni capacidad de ver todas las posibles formas de manejar el país para controlar la epidemia, [algo que] sería una locura, y tampoco tenemos autoridad democrática para eso”. “Nuestra política como GACH siempre ha sido mantener salidas independientes de las del gobierno y se va a mantener así. Desde el año pasado ha habido políticos que se han escudado en el GACH, de un lado y del otro. Nos parece bien que el GACH se mantenga independiente de las distintas corrientes políticas”, manifestó.
En cuanto a la renuncia de Daniel Borbonet, Paganini recordó que “hay otros colegas que antes que él tomaron la decisión de apartarse porque no estaban en condiciones de seguir o estaban sobrecargados”, y consideró que se debe tener en cuenta que “este es un grupo que se creó de la nada en abril-mayo, y no teníamos claro el período de tiempo que nos iba a tocar ejercer”. “Creo que en un proceso largo como este es natural que haya variaciones de personas que pueden seguir o no seguir”, manifestó.