Con 8.000 casos nuevos de coronavirus por día, el gobierno alemán decidió ajustar las medidas de confinamiento para tratar de frenar la escalada de contagios. La mayoría de los comercios estarán cerrados y no habrá ceremonias religiosas durante la Semana Santa, del 1º al 5 de abril, según anunció este martes la canciller Angela Merkel.

Las reuniones, incluso las comidas al aire libre, estarán prohibidas la semana que viene; sólo las tiendas de alimentos podrán abrir a partir del 3 de abril. Además de este recrudecimiento en las medidas, el gobierno encabezado por Merkel decidió prorrogar el confinamiento, que ya va por el cuarto mes, hasta el 18 de abril; eso implica mantener cerrados hoteles, restaurantes, gimnasios, espacios culturales y comercios no esenciales.

Tras una negociación de casi 12 horas con los estados federados también se endurecieron las restricciones de circulación en la vía pública, debido a las implicancias de lo que algunos expertos locales llaman la tercera ola de la pandemia en Alemania.

“Tenemos un nuevo virus y es mucho más letal, mucho más infeccioso y contagioso durante mucho más tiempo”, declaró la canciller en una rueda de prensa en Berlín, según consigna la agencia de noticias AFP. “La situación es grave. El número de casos aumenta exponencialmente y las camas de cuidados intensivos se vuelven a llenar”, advirtió, y agregó que Alemania enfrenta una “nueva pandemia, claramente más letal, claramente más infecciosa y contagiosa durante más tiempo”, en referencia a las variantes de la covid-19 que circulan en el país.

Entre otras medidas también se decidió obligar a todos los viajeros a contar con un test PCR negativo al llegar al país desde cualquier lugar del mundo, incluso desde zonas que no son consideradas de riesgo. Según señala la Deutsche Welle, se tomó esta decisión luego de la polémica en torno a las vacaciones de Semana Santa en Mallorca, cuya demanda se disparó después de que las autoridades alemanas eliminaran a las Islas Baleares de la zona de riesgo, lo que evitaba presentar una prueba PCR y guardar cuarentena al regresar.

En esta línea, Merkel dijo que desaconsejan “todos los viajes al extranjero que no son estrictamente necesarios”. La canciller aseguró que el gobierno trabaja con las aerolíneas del país para que todos los viajeros regresen y se hagan un test “antes del vuelo”.