El Banco Mundial publicó este jueves el estudio Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños, en el que advierte que, debido a la pandemia de coronavirus, 170 millones de estudiantes de educación primaria en América Latina dejaron de asistir a la escuela. Pese a los esfuerzos por continuar las clases de manera virtual, “el impacto sobre la educación está siendo demasiado alto y los aprendizajes se están desplomando en la región”, señala el informe.

Según el estudio, es probable que la actual generación de estudiantes de primaria llegue al final del primer ciclo con un aumento de 20% en “pobreza de aprendizaje”, que es el porcentaje de niños de diez años incapaces de leer y comprender un relato simple. Esto implica unos 7,6 millones más de niños y niñas en educación primaria “pobres de aprendizaje” en la región, y en total se habla de casi dos de cada tres niños incapaces de comprender un texto simple, adecuado para su edad.

En el informe se plantea que “los niños, niñas y jóvenes menos privilegiados son los más afectados debido a una serie de razones relacionadas con el acceso y la participación efectiva en la educación a distancia, el apoyo de las familias y las dificultades económicas, entre otras”. Esto, sumado a que en muchos países las instituciones privadas reabrieron antes que las públicas, “podría ensanchar las desigualdades preexistentes en el aprendizaje al interior de los países y entre alumnos”.

Por ejemplo, una simulación hecha para el informe señala que con diez meses sin clases presenciales, en Chile, el país latinoamericano mejor posicionado en materia educativa en las pruebas PISA, los estudiantes del quintil inferior de ingresos podrían llegar a perder hasta 95% de lo que pueden aprender en un año regular.

El Banco Mundial plantea en su informe que las pérdidas ocasionadas por la crisis educativa producto de la pandemia no terminan en el aprendizaje y que, si no se actúa rápido, serán a largo plazo.

Inicialmente se prevé que muchos estudiantes que ya se encontraban en una situación de pobreza de aprendizaje se desvincularán del sistema educativo, se reducirá la movilidad intergeneracional debido al choque de capital humano, y se reducirá la cantidad de niños provenientes de los niveles más bajos que terminen la educación secundaria, ya sea por pérdida de interés o porque tienen que salir a trabajar.

La propuesta del Banco Mundial para revertir esta situación se basa en tres puntos claves: enfrentar la pandemia durante el cierre, gestionar la continuidad de los estudiantes y recuperar su aprendizaje apenas inicien las reaperturas, e impulsar mejoras y aceleración para el largo plazo.

En este último aspecto, el organismo propone aprovechar la crisis ocasionada por la pandemia para producir reformas educativas que mejoren el alcance, uso y efectividad de la tecnología, incluyan cambios pedagógicos como el apoyo socioemocional, la capacitación de docentes, la instrucción personalizada y desarrollar habilidades para los próximos años, en un contexto poscoronavirus que incluya aspectos como las habilidades transversales y la transición de la enseñanza al trabajo.