El Ministerio de Salud Pública (MSP) abandonará la técnica de rastreo de cada nuevo caso de covid-19 como venía haciendo desde que se inició la pandemia. Según informó este viernes El País, el seguimiento caso a caso quedará limitado a los “grandes brotes” o a los que se generen en cárceles, residenciales para adultos mayores y “otros espacios sensibles”.

En los últimos diez días hubo 25.653 nuevos casos positivos y en 99% de ellos las autoridades sanitarias no tienen información sobre cómo se produjo el contagio, según datos que relevó el matutino. Según explicaron fuentes del MSP “por más contratación de nuevos rastreadores, la vigilancia caso a caso se hace insostenible y se adoptó la estrategia que siguen los países con alta transmisión comunitaria”.

El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, señaló este viernes que el cambio de estrategia se da porque “estamos en una etapa de transmisión comunitaria sostenida”. Explicó que el rastreo “no se abandona, lo que se pretende es que predomine el rastreo tecnológico, que lo tiene que hacer el propio usuario” en la aplicación Coronavirusuy.

“Nuestra fuerza de rastreadores la estamos volcando a trabajar en los brotes, porque los brotes es donde está el grueso de los pacientes”, reconoció el ministro, aunque señaló que “de ninguna manera se abandona el rastreo”. “Lo que sí no se hace el rastreo persona a persona, sino por brotes”, concluyó.

El cambio llega acompañado de una nueva estrategia de testeo; desde fines de marzo el MSP intenta sustituir el uso de los exámenes de PCR por los de antígenos, que son más rápidos y económicos aunque tienen una baja sensibilidad en el caso de los asintomáticos.

Es precisamente esa baja sensibilidad de los test lo que hizo que la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de la República, que asesora al MSP, aconsejara cambiar el tiempo de cuarentena entre los convivientes que dan negativo en el primer testeo de antígenos, según información recogida por El País. Cuando el resultado del test sea negativo la persona debe, de todas formas, hacer cuarentena y repetirlo entre el quinto y el séptimo día luego de la última exposición, y si vuelve a dar negativo puede ser necesaria una prueba de PCR para liberarlo de la cuarentena.

El biólogo Matías Arim opinó que más allá de la saturación, “la renuncia al rastreo es un error estratégico grave”, porque “es una manera de dejar que la enfermedad se despliegue en su máxima expresión, en lugar de contener una parte por más mínima que sea”, dijo al matutino.