El médico intensivista Arturo Briva, grado 4 de la cátedra de Medicina Intensiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, valoró la actual situación epidemiológica en relación con el coronavirus y consideró, que dadas las circunstancias, “lo único que tengo que esperar es que haya más contagios comunitarios y probablemente más ingresos a CTI”.

En entrevista con En perspectiva, dijo que confía “en que haya una vacunación que sea rápida y efectiva, pero es evidente que si de una semana a otra pasamos de 2.500 casos positivos a 4.000, esa es una velocidad mucho más rápida que lo que podamos vacunar”. Por lo tanto, concluyó: “No tengo más remedio que esperar que, a más cantidad de contagios en la comunidad, mayor cantidad de pacientes graves en CTI -algo que venimos repitiendo desde hace meses-”.

Consideró que hay una “progresiva desensibilización” respecto de la evolución de la epidemia, porque el promedio de muertes “sigue siendo inaceptable desde todo punto de vista”, cuando si se logra “un buen control comunitario de la enfermedad vamos a tener un buen control de CTI y vamos a tener oportunidades de darles un buen control a los pacientes”.

En ese sentido, aseguró: “No podemos estar ausentes o no estar sensibilizados frente al hecho de que está falleciendo gente a la que podríamos haberle evitado esta complicación si no se hubiera contagiado”.

Planteó que a nivel social los humanos “nos movemos a través de controles y de estímulos”. Opinó que en este momento “tenemos un sistema de control fuertemente basado en la percepción individual de riesgo, donde queda librado a que cada uno más o menos defina qué situación es de mayor o menor riesgo para el contagio, y estamos teniendo estímulos muy potentes de aumento de la movilidad y de apertura de servicios”. Con esa combinación, insistió, “lo único que tengo que esperar es que haya más contagios comunitarios y probablemente mayor ingreso a CTI”.

Aseguró que el nivel de ocupación en las unidades de cuidados intensivos le preocupa más que el nivel de ingresos diarios a CTI, porque a su entender, los niveles de ocupación “dan una falsa sensación de situación controlada, cuando tengo ingresos persistentes a cuidados intensivos y un aumento progresivo en la tasa de fallecimientos”.

Además, Briva reiteró que las camas libres se generan “en mayor proporción por muertes que por altas”, y consideró que el país fue “efectivo en aumentar las camas físicas, pero nuestro sistema sanitario, los recursos humanos, que son los que verdaderamente sostienen la asistencia en CTI, se siguen comportando como un sistema de 650 camas”, lo que “marca el límite de nuestra capacidad asistencial”. “Están las camas, los ventiladores, pero tengo un equipo asistencial al que le estoy pidiendo que trabaje con 50% más de pacientes, con recursos humanos agotados”, señaló.