Desde hace exactamente 12 días Uruguay se convirtió en el país del mundo con más muertes cada millón de habitantes por coronavirus, con un promedio semanal, al 16 de mayo, de 13,86 muertes por millón de habitantes, según Our World in Data. Los datos del Sistema Nacional de Emergencias del domingo dieron cuenta de 40 fallecimientos, y el promedio semanal está próximo a 50. Sin embargo, en los últimos días se conocieron algunos datos alentadores, como el descenso de los ingresos a CTI y una leve caída en los casos nuevos diarios, aunque científicos e investigadores son cautelosos a la hora de hacer pronósticos.

La Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI) informó este domingo que en la semana que pasó se produjo un descenso de ingresos por covid-19 al tercer nivel de atención a valores que no se observaban desde la segunda semana de abril, si bien el nivel de ocupación en general no cayó por un aumento concomitante de ocupación de camas por otras patologías. Asimismo, dio cuenta de una reducción en el promedio de fallecimientos “que acompaña al descenso en el promedio de ingresos”, aunque el comportamiento de este indicador no siempre está acoplado al primero. En tanto, el promedio de altas no mostró cambios significativos en el último mes.

Un informe del 10 de mayo del Ministerio de Salud Pública consignó que desde la quinta semana epidemiológica de este año “se evidencia un aumento sostenido en la cantidad de casos” y que el máximo fue en la semana 14, a partir de la cual “se registró un leve descenso durante las últimas cuatro semanas”. Además, se ha destacado un descenso pronunciado en los casos diarios y en la tasa de contagios en el personal de la salud desde que comenzó la vacunación para esa población, el 12 de marzo. Hasta el momento hay 26,9% de uruguayos vacunados con dos dosis, ya sea de Sinovac o de Pfizer, 19,5% de los cuales están inmunizados (es decir, ya transcurrieron las dos semanas posteriores a la segunda dosis).

Sin embargo, uno de los datos que prendió las alarmas entre los científicos e investigadores que hacen un seguimiento de la evolución epidemiológica es el sensible aumento que se ha registrado en la movilidad, que tuvo un pico en el Día de la Madre y los días previos al domingo 9 de mayo, sobre todo en lo que respecta a las variables “supermercados y farmacias” y “tiendas y ocio”.

Con pinzas

“Yo no sería, por el momento, muy optimista”, advirtió Luis Núñez, secretario general de SUMI, en diálogo con la diaria. El médico intensivista destacó que los datos publicados por la sociedad científica el domingo dan cuenta del “primer cierre de semana en el que se observa un descenso, después de varias semanas”. Por tanto, señaló que “hay que ver cómo se comporta eso, porque ya habíamos tenido un descenso previo, tal vez no tan pronunciado como este, pero después volvimos a subir”.

Lo esperable, para Núñez, es una tendencia a la “mejoría, en el sentido de que vamos ganando gente que está inmunizada y eso debería empezar a traducirse en un descenso de los números”, pero resaltó que “estamos con un promedio todavía bastante alto; casi 40 pacientes que ingresan por día [a CTI] es una cantidad muy importante”. Asimismo, recordó que hay departamentos, como Salto y Tacuarembó, donde la situación se complejizó en las últimas semanas. “Es sólo una foto, precisamos más fotos para armar una película”, sintetizó.

El País dio a conocer días atrás los resultados de un análisis realizado por la SUMI a partir de una muestra de 290 pacientes graves con covid-19, que arrojó el dato de que sólo uno de ellos estaba inmunizado y aun así contrajo la enfermedad. Según informó el matutino, se trataba de un paciente que había recibido un trasplante tiempo atrás y tomaba inmunosupresores. Además, sólo diez de los pacientes de la muestra habían recibido alguna dosis de la vacuna.

Núñez consideró que si bien este informe no es generalizable, a partir de estos datos se puede “inferir que la vacunación está siendo efectiva, porque la mayoría de los ingresos que hemos tenido son pacientes que no han recibido vacunas, o sólo una dosis”. Con base en esto, opinó, “lo que uno esperaría es que en el correr del próximo mes, mes y medio, se siguiera una tendencia al descenso”.

Otro desafío al que se enfrenta el sistema de salud en la etapa del año que comienza tiene que ver con las enfermedades respiratorias propias de la época: en los últimos días se detectó el virus H1N1 en dos pacientes que ingresaron a CTI por covid-19. Al respecto, Núñez señaló que puede haber cierto “grado de subdiagnóstico”, porque para detectar este virus “hay que ir a buscarlo específicamente”. En ese sentido, señaló que es posible que se deban cambiar los protocolos de tratamiento para pacientes con covid-19 de forma de “empezar a cubrir específicamente la influenza”.

Una tendencia que se insinúa

Integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) y del Grupo Uruguayo Interdisciplinario de Análisis de Datos de Covid-19 que conversaron con la diaria evaluaron positivamente los datos de los últimos días, aunque relativizaron su alcance. En ese sentido, una fuente del GACH apuntó que la movilidad está creciendo de forma preocupante, y el médico e investigador Horacio Botti indicó que el cambio que se está percibiendo es “lento” y “no asegura que no vaya a haber otra ola” de contagios. “El riesgo no está extinto”, advirtió, y señaló que tampoco se puede afirmar aún que estemos yendo hacia un “estado endémico”. Además, resaltó que no se debe descartar la influencia de países de la región como Brasil, que “nos pueden arrastrar a un nuevo empeoramiento”.

Por su parte, el doctor en Biofísica Álvaro Cabana señaló que “todo parece estar indicando que los ingresos a CTI lentamente están descendiendo, pero no así los casos”. Pese a esto, consideró que “hay una tendencia que se está insinuando, como es lo esperado, además, dado el calendario de vacunación que tenemos, el ritmo que tenemos y el tipo de vacunas que estamos dando”. En ese sentido, subrayó que “es clarísimo que en el personal de la salud hay una gran protección de la vacuna, tanto en los casos como en los cuadros graves”, así como en el resto de la población.

Para Cabana, en la actualidad Chile es la “brújula” que puede “predecir un poco lo que está pasando en Uruguay”. Allí, indicó, los casos no bajan demasiado, lo hacen muy lentamente o tienen ciertas oscilaciones. “No estamos viendo un descenso rápido de los casos por más que hay una buena porción de la población que está vacunada. Eso es lo esperado, dada la eficacia de esta vacuna [la de Sinovac] y dadas las variantes que tenemos circulando, que probablemente hagan a las vacunas un poquito menos eficaces”, reflexionó. A eso hay que sumarle “que la gente se puede relajar” con el avance de la vacunación, apuntó.

¿Se puede revertir la tendencia a la baja? “Es difícil saberlo”, responde Cabana, pero “como poderse, se puede”. Por otra parte, sostuvo que se percibe que la mayoría de los fallecidos por coronavirus son personas que estaban internadas en CTI, mientras que hace dos meses eran menos de la mitad. “Eso es un indicador de que la población que llega a CTI, por ahí, no estaba inmunizada”, resaltó.

No obstante lo anterior, Cabana destacó que Uruguay sigue teniendo valores “extremadamente altos”. “A nivel internacional es un récord altísimo, a nivel del país son números muy altos aún”, acotó, pese a lo cual señaló que en países como Uruguay hay muy poco subregistro, mientras que en otros de gran población, como India o Brasil, “seguramente estén subreportados los casos”.