Aunque el sistema inmunológico de una persona esté sano, esto no impide que se pueda contagiar de coronavirus, porque no tiene inmunidad para el SARS-CoV-2. Por lo tanto, la vacunación continúa siendo necesaria.

Las pandemias se generan cuando surge un nuevo virus y se disemina por diferentes regiones geográficas alrededor del mundo. ¿Por qué ocurre esto? Justamente, porque las personas no tienen una inmunidad previa contra ese nuevo virus y eso las hace susceptibles a enfermarse y contagiar a otros.

La probabilidad del surgimiento de pandemias aumentó durante el siglo XX debido al crecimiento de los viajes y la integración global, la urbanización, los cambios en el uso de la tierra y una mayor explotación del medio ambiente natural, según se puede leer en el capítulo 17 del libro “Prioridades para el control de enfermedades: mejorar la salud y reducir la pobreza”, editado por varios especialistas para el Banco Mundial en 2017.

Ahora bien, en el caso de la Covid-19, ya están identificadas las poblaciones que corren mayor riesgo de que contraer la enfermedad los lleve a un estado de salud grave o incluso a la muerte: adultos mayores, personas con enfermedades renales, hepáticas o pulmonares crónicas, inmunocomprometidos, personas con discapacidades, enfermos de cáncer, personas con enfermedades neurológicas, diabéticos, personas con síndrome de Down, pacientes cardíacos, personas con obesidad, embarazadas, fumadores recurrentes y exfumadores, personas con trastornos de hemoglobina, personas que recibieron trasplante de órganos o células madre, con enfermedades cerebrovasculares, adictos al alcohol, opioides o cocaína y personas expuestas a desigualdades sociales y de salud sistémicas de larga data.

Además de estos casos, que son detallados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el SARS-CoV-2 puede enfermar a personas inmunocompetentes sanas y sin patología conocida. Por ejemplo, un estudio publicado en The Lancet en abril de este año analizó a 250.000 pacientes brasileños hospitalizados por Covid-19 y halló que el 16% de ellos (40.000 personas) no tenían comorbilidades ni enfermedades previas antes de infectarse.

Algo similar pudo comprobarse en Estados Unidos, un país donde la mayoría de los contagiados durante el año 2020 fueron personas sanas. Según un artículo de investigación publicado en la revista Science en marzo, el sector poblacional de adultos más sanos, es decir, de 20 a 49 años, fue el que sufrió más contagios.

Este contenido forma parte del proyecto Aliados contra la Desinformación, apoyado por OPS/OMS y Unicef para brindar información de calidad sobre las vacunas contra el covid-19.