Que Montevideo es una ciudad cada vez más cosmopolita está claro. Basta caminar por el centro para escuchar los distintos acentos que nos rodean. Entre las muchas ventajas que trae la inmigración están la diversidad gastronómica. La ola migratoria nos da la posibilidad de conocer ingredientes y recetas que se incorporan a la otrora limitada dieta de los uruguayos. Muchos de nosotros sabemos ahora cómo es el sabor de una arepa, un ceviche o un paneer.

Comida mexicana, armenia, china o recientemente la venezolana parecen ser las opciones más comunes. Sin embargo, la oferta es más variada. Entre las muchas nacionalidades extranjeras que se radican en Uruguay para dedicarse a la gastronomía están los coreanos. Su cocina viene abriéndose lugar en el mundo, y conviene recordar que Nueva York ya cuenta con su propia Koreatown.

El mayor atractivo que puede encontrarle un uruguayo a la comida coreana es lo inusual de sus sabores y texturas. Si bien a primera vista puede tener algún parecido con la comida china o japonesa –por el uso de la soja, las especias y la centralidad del arroz– la coreana se diferencia y caracteriza por sus sabores extremos y picantes.

Dos opciones montevideanas son Myeong Ga (Ciudadela 1367) y Kaya (Bartolomé Mitre 1587), en las zonas de Ciudad Vieja y Centro, respectivamente. Myeong Ga es un amplio restaurante de estilo comedor. La decoración es parca, con algunos elementos tradicionales y la cocina completamente a la vista. En la tele se ven desfilar a distintos grupos teens coreanos: es el k-pop, que desde hace un buen tiempo es moda también entre los adolescentes de América Latina. Si bien hay comensales de la comunidad coreana, también hay uruguayos y turistas de otras partes.

Cada mesa está acompañada por una pequeña hornalla para preparar el bul go gui que consiste en carne en tiras marinada, que se cocina ahí mismo. Al sentarnos, la rutina ya se configura diferente a la nuestra: para arrancar sirven lo que en Corea se conoce como la banchan, que consiste en una degustación en platitos que se ponen al centro de la mesa para ser compartidos por los comensales, como una especie de tapeo.

A la hora de tomar el pedido la pregunta de rigor es si querés el plato picante o muy picante, permitiéndote regular qué tanto querés desafiar a tu paladar. Por supuesto, no hay que esperar encontrarse en la mesa un tenedor y un cuchillo; en su lugar hay palitos, que a diferencia de los chinos o japoneses, son de metal.

Kaya es un restaurante más pequeño, con una decoración sencilla y carteles en la entrada bastante más llamativos que los de Myeong Ga. Una mezcla de aromas intensos nos da la bienvenida. Si bien las cartas de ambos lugares son muy similares, Kaya agrega platos tradicionales de la cocina china y japonesa, como opciones con salmón y sushi. Por supuesto que también sirven la tradicional banchan como entrada.

En ambos restaurantes, los coreanos son quienes lideran en la cocina, mientras que la atención al público la realizan hablantes de español, que explican con detalle en qué consiste cada plato. Las cartas, que son bastante extensas, tienen los nombres de los platos en coreano pero también incluyen su descripción en español. La mayoría de las opciones tienen carne, pollo, mariscos, pescado o cerdo, pero también hay platos sólo de vegetales o con tofu.

Un elemento característico de esta cocina es el uso de vegetales fermentados, técnica que se deriva de las condiciones climatológicas de la península coreana, donde no es posible cultivar todo el año. El preparado más clásico con vegetales fermentados es el kimchi, una especie de ensopado con tofu que se acompaña con un cuenco de arroz para matizar el picante. Otro plato popular es el bibimbap, que consiste en arroz con vegetales, huevo y carne. Se repiten varias combinaciones distintas de arroz, carnes y vegetales así como varias sopas o estofados. Otro ítem interesante son las mandu, empanadas de tamaño de copetín similares a las de la cocina china (dumplings) o japonesa (gyoza). Pueden ser fritas, que se llaman gunmandu, o al vapor, que son las jinmandu. En cualquiera de los casos están rellenas de fideos coreanos, verduras y carne de cerdo. En cuanto a lo dulce, una opción universal: el helado.

Lejos de las pretensiones gourmet, ambos lugares nos acercan a una auténtica experiencia coreana. Los sabores y texturas posiblemente no resulten familiares al uruguayo promedio, por lo que se transforman en una excelente oportunidad para expandir nuestro paladar y dar lugar a nuevas experiencias gastronómicas y culturales.

Myeong Ga está en Ciudadela 1357 (al costado del hotel Victoria Plaza). Abre todos los días (menos los lunes), de 11.30 a 15.00 y de 18.00 a 23.00. Una porción de empanadillas al vapor o jinmandu cuesta $340. La banchan es invitación de la casa. Kaya está en Convención 1459. Abre todos los días, excepto martes, de 11.00 a 14.00 y de 17.30 a 21.30. La sopa de kimchi sale $400.