En agosto de 2009 llegó a los cines Hachi: A Dog’s Tale (Siempre a tu lado, Hachikō), protagonizada por Richard Gere, y con el estreno, gran parte de occidente conoció a Hachikō, un perro que por su historia de fidelidad conmovió a los espectadores. Lo cierto es que Hachikō ya había sido motivo de una película en 1987, una de las producciones más taquilleras del estudio japonés Shochiku Kinema Kenkyû-jo, y la estadounidense era una edulcorada remake.

Ese animal nacido en noviembre de 1923 fue un obsequio que recibió el profesor del Departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio, Eisaburō Ueno, tras la pérdida de su perra. Se cree que la raza akita existe desde hace más de 3.000 años y además de ser el perro distintivo de Japón, desde 1931 también se lo considera tesoro nacional. Por ende, para aquel profesor, no fue un regalo más.

Debido a una alteración anatómica en sus manos, que se desviaban hacia afuera, se lo bautizó Hachi, que significa ocho en japonés y es representado con un grafismo casi igual a los miembros anteriores de este perro: (八).

A medida que la mascota crecía, se iba adaptando a las costumbres de su tenedor, como todos. En este caso, cuando el profesor se iba a trabajar, la rutina consistía en caminar hacia la estación de trenes junto a su perro que, al final del día, cuando regresaba, seguía en el mismo lugar, esperándolo.

Todo parecía normal, nadie daba cuenta de los predecibles momentos de partida y llegada de la dupla hasta el 21 de mayo de 1925, cuando la rutina dejo de ser tal. Ese día, el profesor Ueno sufrió un infarto en la universidad y tiempo después murió. Sin embargo, Hachikō no contaba con tal información y, como todos los días, próximo a la hora de llegada de su responsable, se dirigió a la estación de trenes. Obviamente el profesor nunca regresó; sin embargo, el perro tampoco volvió a su casa esa noche, sino que optó por esperar.

Esta tragedia ocurrió cuando el perro tenía apenas dos años y, según la historia, durante los nueve años siguientes, el animal se quedó a vivir en la estación, dando a entender a los transeúntes que seguía aguardando al profesor.

En 1932, siete años después de la muerte de Ueno, el diario Asahi (segundo periódico más popular de Japón) recogió la historia y el perro rápidamente se transformó en una celebridad. Tanto los usuarios como funcionarios de la estación de trenes Shibuya comenzaron a prestarle más atención al curioso perro que esperaba, alimentándolo y atendiéndolo en caso de ser necesario.

Se dice por ahí que los homenajes hay que hacerlos en vida, y con Hachikō, la máxima se materializó en 1934. En la misma terminal donde este aún seguía montando guardia, se levantó una estatua de bronce en su honor. El 8 de marzo de 1935 el popular perro fue encontrado muerto con 12 años de vida frente a la estación de trenes de donde nunca se fue. Su cuerpo fue disecado y guardado en el Museo de Ciencias Naturales de Tokio y, próximo a la tumba del profesor Ueno, en el cementerio de Tokio, se colocó un monolito con su nombre.

La estatua original lamentablemente tuvo que ser fundida para fabricar armas durante la Segunda Guerra Mundial, pero en agosto de 1947 se puso otra en el mismo lugar. También existen dos más, una de ellas ubicada en la estación de trenes de Odate (ciudad próxima al lugar de nacimiento del perro) y la otra, frente al Museo del Perro Akita, en la misma ciudad.


Bienestar animal

Hasta el 23 de octubre están abiertas las postulaciones para el llamado a fondos concursables para refugios de animales. La convocatoria parte de una idea que fue presentada y electa para su realización en la plataforma de participación ciudadana Montevideo Decide. La iniciativa integró el ciclo 2019 y obtuvo 3.963 votos. Se deberá enviar el proyecto, con la documentación correspondiente, al correo electrónico [email protected]. La Intendencia otorgará hasta 300.000 pesos por proyecto. Se puede acceder a las bases en ladiaria.com.uy/U6U.

Calendario de castraciones

Los municipios A, D, E y G tienen programadas castraciones de perros y gatos para octubre. Las jornadas son coordinadas por la División de Salud y la Asesoría de Desarrollo Municipal y Participación. Es requisito que la mascota tenga entre cinco meses y nueve años de edad y que concurra con 12 horas de ayuno total. Si tuvo cría, no puede ser castrada hasta 45 días después; si está en celo, puede ser castrada. Para los gatos se debe incluir una bolsa de red que ayude a su manipulación. En todos los casos, llevar abrigo para la mascota para después de la intervención. Las jornadas comienzan a las 8.30 y el calendario es el siguiente: ladiaria.com.uy/U6V.