El martes pasado la coordinadora Pirotecnia Cero Uy, creada en diciembre de 2020, presentó un spot de sensibilización sobre el uso de fuegos artificiales. Asistieron al evento representantes de algunos de los colectivos que forman parte de la coordinadora y expresaron los motivos por los cuales consideran que en un futuro se debería prohibir radicalmente la producción, exportación, comercialización y uso de la pirotecnia en Uruguay.
Hasta el momento, son 11 los departamentos del país que regularizaron la situación de alguna manera, y el proyecto de ley sobre prohibición total presentado por la diputada Silvana Pérez Bonavita, de Cabildo Abierto, tiene media sanción de la Cámara de Diputados y pasó a estudio del Senado.
“La federación trabaja desde hace varios años en este tema de la pirotecnia, que fue regularizado por primera vez en el departamento de Río Negro”, dijo a la diaria Andrés Pérez, presidente de la Federación de Autismo del Uruguay. Sobre la coordinadora Pirotecnia Cero Uy, explicó que “en primera instancia, como lo dice el nombre de la organización, la intención era llegar a que no se use más pirotecnia, pero luego, revisando y viendo los antecedentes en otros países y en Uruguay, donde se había fracasado, se reorientaron hacia la regulación”. Esto ocurrió porque luego de varios diálogos y debates entre quienes integran la coordinadora, se llegó a la conclusión de que la prohibición inmediata era imposible.
Luego de reunirse con las diferentes juntas departamentales y con diputados, la coordinadora hizo sus planteos y propuestas. Sobre lo logrado hasta el momento, Pérez manifestó que “el camino va en función de la regularización en una primera instancia, pero que luego la concientización social es lo segundo”, y en eso radica la importancia de la presentación y difusión del spot de la campaña que se lanzó.
Sobre cómo afectan los estruendos a las personas autistas, agregó que “quienes viven con autismo pertenecen al mismo mundo y tienen los mismos derechos, por lo cual tenemos que cambiar por ellos”. Pérez ha observado que desde hace varios años se observa un descenso en el uso de la pirotecnia, y considera que para este año espera que a raíz de la difusión masiva que se le está dando “a la última campaña” ese descenso “sea aún más notorio”. De todas maneras, puntualizó que “las empresas cuentan con un stock que va a venderse hasta que se agote y tendremos que sufrir unos años más, pero es parte del período de transición”.
Más allá de las personas
“Todos los animales tienen los sentidos mucho más desarrollados que los seres humanos. Es por esto que los ruidos fuertes los afectan a grandes escalas”, detalló a la diaria Karina Kokar, de Bienestar Animal. Agregó que los ruidos, entre otras cosas, hacen que los animales, por ejemplo los perros, quieran escaparse y muchas veces hasta les provocan ataques que, en el peor de los casos, los llevan a la muerte. “Lo que buscan es llegar a un lugar en el que ese ruido se termine”, agregó.
Sobre cómo son las solicitudes de ayuda a los refugios en esta época del año, principalmente en las fiestas, dijo que “cada año, los 25 de diciembre y los 1° de enero son días de trabajo muy intenso, sobre todo se reciben llamados por un gran número de animales perdidos o lastimados”, contó.
Otra de las áreas afectadas es la medioambiental, aunque tal vez sea la menos notoria a simple vista: los fuegos artificiales significan un problema de contaminación. “El uso de la pirotecnia en general, no sólo la sonora, contamina el aire, el suelo y el agua”, dijo a la diaria Mauricio Álvarez, presidente de la organización por la Conservación de las Especies Nativas del Uruguay. Detalló que “para generar lo que tanto gusta, que son los estruendos, las luces y la variedad de colores, se usa una gran cantidad de sustancias que son altamente contaminantes e incluso tóxicas para nuestro sistema respiratorio y que además, luego de subir, bajan al suelo, al agua y quedan en el aire”, explicó.
El interior se reinventa
Federico Vieta es del departamento de Canelones y dedicó 13 años de su vida a vender pirotecnia. En 2011 empezó a formar parte del equipo organizador de la clásica Noche de las Luces, en la ciudad de Tala. Este tipo de eventos, que incluyen o incluían el lanzamiento de fuegos artificiales, es muy común en numerosas localidades del interior del país durante las fiestas tradicionales.
Sobre la regulación de la comercialización y uso de la pirotecnia, Vieta dijo a la diaria que se ha informado poco porque él abandonó hace dos años la venta de fuegos artificiales. “Más o menos sigo el debate, además recuerdo que antes, cuando aún estaba en la venta, cada año había charlas y movidas de parte de animalistas y personas con diferentes capacidades por el uso de los fuegos”, recordó. Específicamente sobre la regularización dijo que le parece bien, “pero lo que siempre me pareció es que a la hora de prohibir cosas hay que brindar soluciones porque hay gente que vive de eso”.
Sobre los fuegos artificiales como espectáculo en la Noche de las Luces dijo que “hace varios años que se tomó la decisión de no incluirlos más, primero por los precios elevados a los que se comercializan, y por las molestias que causaban a las personas y a los animales”. A pesar de eso, se pensó cómo mantener la fiesta y el nombre, porque “es un espectáculo que cada año aporta dinero para varias instituciones locales, como cuadros de fútbol y cooperativas de vivienda”, contó. “Este año, para reinventarnos y mantener el nombre de la noche, se colocaron 200 metros de guirnaldas de luces; al público le gustó, fue algo que se avisó previamente con la exposición de motivos”, explicó. Sobre la concurrencia, señaló que se contó con unas mil personas menos que en otras ediciones, pero que la merma se atribuye a que el evento se dividió en dos días y no a la ausencia de fuegos artificiales.