El lanzamiento oficial de la Guía de Accesibilidad para establecimientos gastronómicos tuvo lugar en el bar Facal, donde la Intendencia de Montevideo (IM), junto con actores del sector privado, presentó el documento que fue elaborado tomando como referencia buenas prácticas ya implementadas por referentes, como el clásico comercio de 18 de Julio y Yí y la plataforma enológica Wines Of, pensado para acompañar a bares, cafés y restaurantes en el diseño de experiencias inclusivas. La iniciativa forma parte de un concepto más amplio que la intendencia denomina cadena de accesibilidad, según el cual la experiencia turística abarca todas las etapas del viaje: desde la planificación hasta el regreso a casa, incluyendo transporte, alojamiento, gastronomía y recreación.

Según datos del último censo 2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 800.000 personas en Uruguay enfrentan dificultades para realizar actividades cotidianas. De acuerdo con estadísticas complementarias, el 71% de la población no sufre ninguna discapacidad, mientras que el 23% presenta al menos una discapacidad leve, el 8% al menos una discapacidad moderada y el 1% al menos una discapacidad grave.

En relación con estos datos, Karina Fortete, directora de Turismo de la IM, subrayó a la diaria que la accesibilidad es un “proceso gradual” que requiere coordinación, planificación y acompañamiento. “Uruguay cuenta con una normativa muy clara en esta materia, lo que permite pensar que la inclusión universal no es una utopía, sino un objetivo hacia el que se puede avanzar”, señaló.

Esa normativa a la que alude abarca tanto el entorno digital como el físico. En lo digital, el Decreto 406/022 y el artículo 88 de la Ley 19.924 obligan a los organismos públicos a garantizar que sus contenidos web y aplicaciones sean utilizables por personas con discapacidad, en línea con las Directrices de Accesibilidad al Contenido Web (WCAG). La Agesic es el organismo encargado de supervisar y acompañar la implementación de estos requisitos, así como de exigir planes de mejora continua. En el plano físico, la referencia clave es la norma UNIT 200:2013, que establece criterios de diseño para un entorno edificado accesible, desde la eliminación de barreras arquitectónicas hasta la incorporación de señalética inclusiva.

En ese aspecto, la directora destacó que la intendencia ha trabajado dentro de un proceso de certificación como destino turístico inteligente, en el que este tema es uno de los cinco ejes centrales. “Para estas personas, y también para adultos mayores, familias con cochecitos o turistas, avanzar hacia un turismo accesible significa abrir oportunidades de disfrute y participación cultural y recreativa”, aseguró.

En relación a eso, primero se enfocaron en la demanda turística, estudiando las necesidades de quienes visitan la ciudad con algún tipo de discapacidad. Con base en este estudio, se hizo un relevamiento de la oferta en gastronomía, hotelería y actividades recreativas, se diseñó y probó un circuito accesible con personas con discapacidad, y con esa información se elaboró la Guía de Recursos y Servicios Accesibles.

Posteriormente, entendieron que también es fundamental trabajar sobre la oferta, para ampliar la disponibilidad de servicios y productos turísticos inclusivos. Por lo tanto, “detectamos que muchos establecimientos presentan barreras físicas y de diseño, como accesos con escaleras, baños no adaptados, mobiliario inadecuado o falta de señalización clara, además de una carencia de información accesible tanto en los locales como en sus canales de comunicación”, explicó la directora.

“En la División Turismo, por ejemplo, adaptamos nuestra página web para que sea 100% accesible. Otro desafío es la falta de conocimiento en el sector sobre cómo mejorar y las normativas vigentes, lo que requiere un proceso progresivo. Con este diagnóstico, buscamos aportar soluciones, como la elaboración de estos manuales, diseñados a partir de referentes gastronómicos como Bar Facal y Wines of, que aportaron experiencias prácticas y nos enseñaron que es un proceso gradual”, puntualizó.

La Guía de Accesibilidad para establecimientos gastronómicos se suma a otros materiales elaborados previamente por la intendencia para museos, bodegas y hoteles, y se están desarrollando otros para espacios naturales y rurales. Fortete subrayó que estas herramientas no sólo benefician al turismo, sino que generan mejoras que también impactan en la vida cotidiana de los habitantes de Montevideo.

En tanto, Nicolás Raffo, referente en accesibilidad de la División Turismo de la IM, insistió en que el turismo debe pensarse como un ecosistema integrado: “Nuestro objetivo es trabajar las propuestas turísticas en Montevideo en clave de cadena accesible. Un restaurante puede ser totalmente accesible, pero si no se puede llegar a él o no se lo encuentra, el esfuerzo pierde impacto”, aseguró.

Foto: @barfacal

Foto: @barfacal

Por consiguiente, operan en toda la cadena: información, transporte, alojamiento y actividades. Remarcó que debe estar presente en cada etapa del viaje, desde la planificación hasta la experiencia en el lugar, y no sólo como un requisito físico, sino como un recorrido integral”, acentuó.

“Se busca que todo establecimiento nuevo, por normativa, cumpla con los requisitos mínimos, incluyendo baños, accesos y otros aspectos. Por eso, nuestro objetivo es incorporar gradualmente toda esa nueva oferta a la Guía de Accesibilidad de Montevideo, donde registramos la oferta disponible actualmente. Además, el turismo accesible es también una oportunidad de negocio, capaz de atraer a un público diverso que necesita condiciones adecuadas para viajar y disfrutar”, agregó.

Más que barandas

Mientras la intendencia trabaja en la estrategia para toda la ciudad, algunos establecimientos gastronómicos ya cuentan con medidas concretas. El bar Facal dispone de “carta en braille, cartas en macrotipo para personas con baja visión y cubiertos adaptados para personas con discapacidad motriz. También incorporamos aparatos aeromagnéticos para quienes usan implantes cocleares o audífonos: te conectás al dispositivo y escuchás únicamente lo que te hablan, sin la distorsión del ambiente”, detalló Federico Celsi, director del local.

El restaurante tiene además un circuito accesible en el piso, baños con ganchos fáciles de accionar, puertas con barras de apoyo y un sistema de alarma para casos de caída de personas en silla de ruedas. “Son muchos detalles que quienes no tenemos una discapacidad quizás no percibimos, pero que marcan la diferencia”, afirmó Celsi. Consultado sobre la implementación del manual, destacó que es “muy completo, claro y fácil de leer”. Lo importante es que el comerciante y los posibles usuarios hagan el clic en su cabeza”, expresó.

En paralelo, Wines Of, que participó desde la dimensión digital, complementa la parte física con herramientas tecnológicas adaptadas. Andrés Varela, cofundador y director, explicó que su plataforma busca digitalizar la experiencia del enoturismo y llevar estas iniciativas al sector privado, considerando todo el recorrido del usuario: antes de ir a un restaurante, durante la visita y después. “La mayoría piensa sólo en rampas, barandas o baños accesibles, pero hay muchos otros aspectos importantes”, coincidió con los demás entrevistados.

Tras ganar el Fondo de Destinos Turísticos Inteligentes de la IM, la plataforma, que ya está en funcionamiento, busca con esta inversión realizar mejoras equitativas. En ese sentido, Varela destacó que buscan incorporar menús digitales adaptables, traducciones y ajustes visuales y auditivos, como tipografías específicas para personas con dislexia, configuraciones de brillo, supresión de animaciones o cartas digitales traducibles y actualizables en tiempo real, que podrán ofrecerse a los restaurantes participantes. “Cuando realicemos el plan piloto, apuntamos a ofrecer sin costo durante un año a 100 restaurantes, generando un modelo beneficioso tanto para empresas como para clientes y promoviendo un turismo gastronómico más inclusivo”, aseguró.

Adelantó que la aplicación estará lista a comienzos del próximo año y permitirá ampliar el alcance del proyecto hacia más restaurantes de Montevideo, con la idea de conformar una “ruta de restaurantes accesibles” que visibilice las mejoras concretas implementadas.

Desde el ámbito institucional, la diaria consultó a Federico Lezama, director del Área de Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social, para sumar otra mirada sobre el alcance de estas iniciativas. El jerarca destacó que estas directrices funcionan como una herramienta clave para eliminar la barrera del desconocimiento. “Muchos operadores no saben qué criterios incorporar para transformar sus servicios en condiciones accesibles. Estos manuales les dan un marco práctico y legitiman las transformaciones que ya se realizaron en servicios como el bar Facal”, señaló.

Lezama enfatizó que la inclusividad no sólo impacta en el turismo, sino también en la vida cotidiana de las personas que habitan en la ciudad. “Quienes viven en nuestras ciudades también pueden disfrutar de servicios gastronómicos, transporte y paseos accesibles. La ausencia de instalaciones o servicios adecuados genera barreras en el ejercicio de derechos fundamentales, como el derecho a la salud, al trabajo, a la educación y al turismo”, comentó.

En otro orden, resaltó que la entidad trabaja sobre la base de un Plan Nacional de Accesibilidad y Derechos de las Personas con Discapacidad, y en el presupuesto está prevista la creación del Instituto de Discapacidad, “como un paso para fortalecer estas políticas”, remarcó.