El taller Caja Baja hace años que se aboca al rescate de la técnica de impresión tradicional tipográfica (letterpress). El proyecto tiene un “componente histórico/arqueológico, pero también una visión artística, experimental y hasta contestataria. Buscando generar nuevos resultados a partir de una técnica antigua en el contexto actual del diseño gráfico, invitando a detener el tiempo y volver a disfrutar los procesos y la incertidumbre”, dice Gabriel Pasarisa.
Como emprendimiento independiente, se financia de la venta de sus ediciones, así como de talleres para diseñadores y artistas visuales. Uno de esos pilares es el calendario Caja Baja, “que busca rescatar algo de la esencia de lo que fue el Club de Grabado de Montevideo: intentar vincular el arte gráfico con un sector más amplio de la sociedad, mediante un formato de impresión de edición limitada, utilizando como vehículo la figura del calendario, objeto gráfico que en otros tiempos tuvo un arraigo muy importante en la cultura popular de nuestro país”.
El plantel de ilustradores varía todos los años, conformando un colectivo artístico temporal en el que conviven distintas generaciones y trayectorias diversas. Cada edición se completa con un llamado abierto para creadores emergentes. Entre los artistas que han participado ilustrando el calendario y como jurados se destacan: Gustavo Wojciechowski (Maca), Dani Scharf, Fidel Sclavo, Álvaro Amengual, Carlos Palleiro y Sebastián Santana, entre otros. La tipografía utilizada esta vez se llama Rufina y fue creada por el diseñador gráfico Martín Sommaruga. Para conseguir el calendario, que se vende directamente en el taller a 1.450 pesos, hay que escribir a [email protected].