Amos Oz, posiblemente el escritor israelí más conocido en el mundo, falleció el viernes poco después del atardecer, cuando ya comenzaba el sabbat. Tenía 79 años.

Amos Klausner, luego conocido como Amos Oz, nació en 1939 en Jerusalén, cuando la ciudad estaba aún bajo mandato británico. Sus padres, nativos de Europa del Este, habían llegado a Palestina en 1933, expulsados por una ola de odio a los judíos que no paraba de crecer. En varias de sus novelas, Oz, que cambió su apellido a los 15 años, cuando ingresó al kibutz Hulda, se refirió al dolor de los judíos por ese odio que Europa entera volcó sobre ellos. Pacifista y crítico de la política exterior de su país, la suya era una voz siempre lúcida y comprometida con el fin de la guerra y con la solución de dos estados.

En 2007 había recibido el premio Príncipe de Asturias de las Letras por “la defensa de la paz entre los pueblos”, y su nombre solía estar entre los que sonaban para recibir el premio Nobel de Literatura. El viernes, en el suplemento Cultura, la diaria repasará la vida y obra de este escritor excepcional.